La propietaria de un sanatorio, Julia (Maureen O´Sullivan) está ahogada por las deudas. Su única opción para evitar tener que venderlo al villano de turno que quiere aprovecharse de la situación, es encontrar un benefactor que desee invertir su dinero en el hospital. Una millonaria un poco hipondriaca (encarnada por la actriz fetiche de los Marx, Margaret Dumont) decide ayudarles al saber que el prestigioso Dr. Hackenbush va a venir al hospital como médico jefe. Sin embargo, poco puede imaginar que quien realmente viene hacia allí es Groucho, un veterinario también llamado Dr. Hackenbush, al que equivocadamente ponen a cargo del hospital. 
Tras el regusto agridulce que me dejó "Una noche en Casablanca", de la que esperaba bastante más, he querido buscar una apuesta segura dentro de la filmografía de los Marx y aquí tenemos a la elegida para reencontrarme con su mejor humor.
Con algunas de las situaciones más cómicas que recuerdo desde hace mucho, a destacar por encima de todas esa de... "hay helado de tutifruti...", sí, este gag que podía haberlo hecho Faemino y Cansado también, pues raya lo absurdo y sorprende ver a Groucho engañado y desbordado una vez tras otra por Chico. Impagable.
Tiene sobre todo los 2/3 iniciales muy buenos, con varios gags brutales, con un Groucho locuaz y liándola siempre que le daban la mínima oportunidad (tomado el pulso a Harpo "O se ha muerto o se ha parado mi reloj", o con frases como "si me acerco más voy a salir por su espalda", etc...). Aunque el desenlace, sobretodo por juntar dos números musicales bastante largos, dejar de un lado los gags humorísisticos para resolver la trama "seria" y cerrar la película con un final bastante tópico de malo derrotado con galán de por medio, se me hizo algo menos amena. No obstante el Dr. Hackenbush ya forma parte de los personajes más cómicos que ha habido y una cita inexcusable para todo amante del humor inteligente, de lo absurdo o quien simplemente quiere reírse un buen rato. 
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