Esta cinta coreana del 2004 narra las desdichas del que fue uno de los mejores luchadores de la historia del Japón, pero nacido en Corea (mientras en el país Nipón le llamaban Aoyama, su nombre real era Choi Yeong-eui). Nos muestran crudamente como a temprana edad fue humillado y plenamente trastocado por muertes cercanas hasta rozar la locura y conseguir un desarrollo corporal y un limite inhumano para soportar el dolor. A medida que avanza la trama y descubres por donde van los tiros (que es simplemente que quiere llegar a ser el mejor de la historia, bueno, él dice el más fuerte) y todo lo que en esa búsqueda acaba comprendiendo, como el verdadero amor, la amistad, el valor del honor...
Argumentalmente sólo nos interesa su historia, y pasa por alto otras que se antojaban realmente intrigantes, como la de su profesor que trágicamente pierde la vida (no es un spoiler, es un punto desvelado en todas las sinopsis) o las verdaderas intenciones de los grupos yakuza radicales.
La puesta en escena es digna, los combates son notables, y el dibujo de personajes es completamente de manga, considerándolo un acierto si, como un servidor, le gusta ese tipo de estructura, pero tal vez canse al no iniciado o al que huya de este tipo de género.
Casi todo el metraje es en lengua japonesa, reconociéndose los coreanos entre si por alguna expresión en su lengua, pero también hablan en inglés e incluso en chino, así que verla en la lengua del Quijote le resta coherencia y profundidad a la ubicación de la historia.
Si este personaje existió (dicen que persisten sus enseñanzas a día de hoy) bien se merecía un largometraje de esta calidad, o incluso un proyecto a gran escala, porque material tenemos.
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