John Brennan (un fondón Russell Crowe), es un profesor de instituto de Pittsburgh que lleva una vida normal con su mujer y su hijo pequeño. Un día se verá sorprendido por una redada policial en su propia casa y presenciará la detención de su mujer (Una Elizabeth Banks algo desmotivada y poco creíble en su rol) por asesinato en primer grado.Al perder toda esperanza de sacarla de la cárcel por las vías legales, y estando condenada a 20 años, decide poner en práctica un plan suicida : tomarse la justicia por su mano e ir a rescatarla para fugarse juntos. Entra en contacto con un profesional del asunto (Liam Neeson en un cameo de 3 minutos) que le dará las directrices para hacerlo con éxito.
Antes de tener acabado el plan, y debido a un inminente traslado de prisión de su mujer, tendrá que apañárselas en sólo 3 días complicándole así el resto de la operación.
El planteamiento y la historia tienen sin duda su encanto, y confieso que me mantuvo atento por su agradable textura narrativa, los diálogos pre-digeridos y sus actores en general (el personaje de Neeson se hubiera podido disfrutar mucho más, lástima), pero le faltó una profundidad que por mucho estirar el metraje (nada más y nada menos que 122 minutos), no se consiguió del todo.
Huele a producto americano mainstream, a técnicas consabidas y sorpresas estériles, pero te deja un buen gusto al acabar su visionado, y eso es algo que últimamente no ocurre tanto como nos gustaría. Así pues, seré generoso con mi valoración.
Resulta un remake de la película francesa de 2008 "Cruzando el límite", que parece más humilde pero seguro igual de efectiva.
La tendré en mi punto de mira para visionarla algún día de estos, junto a otras miles.
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