viernes, 30 de septiembre de 2011

J'AI TOUJOURS RÊVÉ D'ÊTRE UN GANGSTER (2007)

Muchas veces al ver una película, más allá de simplemente sentarse e intentar disfrutar con la trama y la actuación de los actores (cosa que a veces por desgracia no es posible), es divertido hacer un ejercicio para identificar las posibles referencias que otros films o estilos de rodaje han podido influenciar al guionista o director a la hora de escribir y dirigir respectivamente.
En esta ocasión resulta muy sencillo y no hay que devanarse demasiado los sesos para detectar un claro homenaje principalmente al cine de Tarantino y más concretamente a Pulp Fiction por parte del director que aquí también firma un divertido y buen guión. Algunos de los identificativos más claros de Pulp Fiction son el uso de episodios que nos van presentando las diferentes escenas de la película, la utilización de historias paralelas que al final acaban por cruzarse, diálogos memorables, personajes estrambóticos y el uso de un local que suele ser visitado por los diferentes protagonistas de las distintas historias, permitiéndonos ver una misma escena desde diferentes puntos de vista. ¿Quién no recuerda el bar donde Vincent y Jules están hablando mientras de fondo se oye la conversación que mantienen Honey Bunny y su pareja a punto de atracar el local? ¿Y esa conversación sobre las hamburguesas? ¿O las consecuencias cuando las distintas historias se entrecruzan? El resultado es una de las mejores películas de los 90 y que marcó un estilo muy personal de hacer cine, que a posteriori ha sido imitado hasta la saciedad con poco acierto en la mayoría de los casos. Afortundamente en esta ocasión tenemos ante nosotros una película, rodada en un elegante blanco y negro, que ha sabido tomar prestados algunos elementos y cierto estilo de rodaje pero no ha abusado de ellos, sabiendo encontrar su propia identidad en todo momento, evitando así que nos quede la sensación de estar viendo un intento de copia sin gracia alguna. Aquí seguimos cuatro historias paralelas presentadas en episodios y que tienen como nexo común una cafetería a pie de autopista. En la primera, titulada "Drew Barrymore está relacionada con una hamburguesa", conocemos a Gino, un pésimo atracador que pretende robar dicha cafetería; el arranque con un travelling lateral donde vemos avanzar al atracador con una media en la cabeza hacia el local, consigue ponernos en tensión al empezar a imaginarnos el inminente atraco, pero al chocar este contra una farola y obligar a la cámara a retroceder para buscarle o al ver como se deja las llaves dentro del coche con el que pretende huir o la dificultad que tiene para que la camarera y el cajero le hagan caso, ya nos damos cuenta del tono de comedia que en parte va a imperar en la película. Es en esta historia donde conocemos a otro personaje importante del film: A la camarera, Suzy, donde con un divertido flashback rodado al estilo del cine mudo (con la imagen acelerada y los típicos cartelitos), llegamos a enterarnos de la peculiar manera con la que obtuvo este trabajo (genial escena que sirve de apunte a la conversación que mantiene con Gino), durante la cual también se homenajea la conversación de Pulp Fiction acerca de las hamburguesas y sus diferentes nombres.
La segunda historia titulada "¿Por qué ansias tanto la muerte pequeña?" nos presenta a Paul y Malaury, dos amigos que ya han superado los 40 y que deciden secuestrar a la hija de un ricachón con la intención de lograr un jugoso rescate de 500.000€ y así poder dar un giro a sus grises y fracasadas vidas.
Sin embargo, la falta de profesionalidad de esta pareja se hace patente desde el primer minuto en que entran en la casa para llevarse a la joven, los problemas que les da una adolescente con tendencias suicidas (tomando aquí la misma idea de los intentos de suicidio para llamar la atención de sus padres de la curiosísima Harold y Maud). Es en este episodio donde tiene lugar una de las mejores escenas de toda la película con la graciosísima llamada telefónica que hacen al padre para hacerle saber que tienen a su hija, dando lugar a un diálogo muy bien hilvanado donde tienen que acabar hablando con un contestador automático, demostrando la improvisación de todo el plan al no saber exactamente cuanto pedir, que decir ni que tono usar, para acabar concertando el intercambio en el párquing de la cafetería en cuestión.
El tercer hilo argumental titulado "Oh, Gaby" es el más corto y tal vez el de menor importancia del film, ya que en su conjunto es el que menos relación guarda con el resto de las historias. Aquí coinciden en la cafetería dos viejos camaradas, líderes ahora de dos bandas de música. Mientras uno de ellos viste elegantemente, con estilo y la vida profesional le sonríe, el otro vive la otra cara de la moneda: desaliñado y teniendo que tocar en pequeños locales y tugurios para ir tirando. Será durante una conversación que tienen cuando uno acusa al otro de haberle robado una canción titulada Oh, Gaby... que ha acabado por lanzarle a la fama. Dando lugar quizás a un tipo de "gangster" diferente de los vistos con anterioridad, un ladrón de la propiedad intelectual. Es quizás la más floja de las cuatro, pero se deja ver sin problemas. Para rematar el poquer tenemos el cuarto capítulo: "La forma en que todo cambia", en la que un grupo de ancianos entra a un hospital para llevarse a otro que está allí ingresado. El motivo por el cual le van a buscar no lo voy a desvelar de ninguna manera, pues es crucial descubrilo mientras la vemos. En su viaje hacen un alto en la misma cafetería, donde rememoran sus viejos tiempos de gloria como gangsters.
Lejos de ser unicamente una divertida comedia, existe una importante carga dramática que precisamente sirve para darle a la película una mayor trascendencia, todas las historias tratan acerca de perdedores y de sueños rotos o pasados.
Gino es un pobre y torpe desgraciado que se ve obligado a atracar una cafetería simulando llevar una pistola en el bolsillo de su chaqueta; la vida de los dos secuestradores frustados es un desastre y no pinta que vaya a mejorar; el viejo rockero que malvive con el resquemor de como habría ido su vida de haber alcanzado la cima, y para acabar los cinco ancianos que recuerdan con nostalgia y amargura sus días de juventud, tan lejanos ahora que están cerca del final de su vidas donde su grandes preocupaciones pasan a ser la salud cada vez más precaria o la nula pensión que tienen (pues ¿cómo van a tener pensión unos viejos gangsters?). Los actores están todos bien, realmente saben darle a cada uno de sus personajes el equilibrio que exige esta comedia dramática, haciendo que por un lado nos riamos y por otro sentir cierta pena y empatía hacia ellos. Unos perdedores que como esboza el título: "siempre he querido ser un gangster", pero no lo logran...
Otro buen punto es la banda sonora, de igual manera que Quentin Tarantino cuida al detalle este apartado en sus obras, aquí se han elegido algunas canciones que logran dotar de más fuerza las imágenes que estamos presenciando, a destacar la inicial con la entrada de Gino en la cafetería, titulada Casey's last ride de Kris Kristofersson, os dejo el link para que podáis escucharla, a mí me ha encantado:
A pesar de que en su conjunto me ha gustado y la encuentro muy acertada en su planteamiento y desarrollo, es una pena que al final las historias solo se crucen muy tangencialmente, sin influenciar realmente unas sobre las otras y como único nexo en común de compartir la misma cafetería por una u otras circunstancias. Tenía la sensación que al final se iba a liar un buen follón cuando convergieran todas ellas, pero no ha sido así. Es una lástima, porque de haberlo hecho de una forma acertada se podría haber logrado un film más interesante aún. La película termina con un epílogo que sirve para cerrar el círculo de todo lo ocurrido en la cafetería y el devenir de sus personajes principales, logrando en mi opinión dejar una más que notable apreciación por parte del espectador, totalmente recomendada.  


jueves, 29 de septiembre de 2011

ENGENDRO MECÁNICO (1977)

Recupero una de las cintas de ciencia ficción más peculiares de los años setenta, de un director escocés de filmografía muy escueta (sólo dirigió 2 largos en realidad) pero con un anecdotario muy extenso.
La película en cuestión, Engendro Mecánico (Demon Seed) ha sido tan injustamente menospreciada por la crítica que necesitaba un análisis por mi parte con todo merecimiento, ya veréis por qué.
De entrada, no cabe duda que el director de la misma, Donald Cammell, fue un verdadero personaje y tuvo una vida tan agitada como interesante. Asiduo a orgías y fiestas liberales, se dedicó a la pintura gran parte de su vida, pero optó por participar en extraños documentales y, de vez en cuando, ponerse detrás de las cámaras para seguir creando arte, esta vez de índole cinematográfica.
Explicando el suicidio que acabó con su vida nos podemos hacer una idea de su extravagante comportamiento. Tras pegarse un tiro en la cabeza sin éxito, aguantó una agonía de 45 minutos en estado de éxtasis premortem, perfectamente lúcido según cuentan, pero evidentemente herido de muerte, donde le pidió a su mujer un espejo para admirar su propia muerte. Un caso claro de ser humano trastocado y muy lejos de la tan necesaria cordura. Esta es la versión de su mujer China Kong (!), que de todas formas seguramente lo contó como quiso, porque sino se la hubiese imputado algún que otro cargo. En fin, el señor Donald Cammell se atrevió a llevar a la pantalla la novela de Dean R.Koontz "Demon Seed" (la semilla del demonio), con un estilo muy particular. El planteamiento no tiene desperdicio como podréis apreciar y su realización es a la vez extraña y perversa.Susan Harris está casada con Alex, un innovador científico que ha sido capaz de crear un ordenador con cerebro orgánico (glups) al que ha bautizado como "Proteus". El constante aprendizaje de la máquina no tiene límites y razona con cada vez mayor precisión, hasta que llega el día que se quiere alzar con el mando de sí misma, plenamente autoconsciente de su naturaleza prisionera.
Debido a la automatización de la futurista casa de Susan, Proteus decide encerrarla para hacerle pruebas psíquicas y físicas, para llegar incluso a procrear y conseguir hacerse corpóreo.
Susan pasará un verdadero infierno ese mes (no hay manera de salir) y completamente estupefacta dará a luz al propio Proteus contra todo rigor científico. Como podéis ver, el guión es de auténtica ciencia ficción y muy adelantado a su tiempo, tocando temas escabrosos y no del todo controlados aún en nuestros días como son la clonación o la inteligencia artificial y sus límites (por cierto, tema central en el inminente Festival de Sitges 2011). La película arranca con cierta lentitud para presentarnos al creador de la máquina, un científico sumergido en su sótano y lejos de una vida conyugal satisfactoria, que tiene a su mujer, psiquiatra de profesión además, casi olvidada.
También nos enseñará las intenciones de Proteus y más tarde viviremos el calvario de la pobre Susan, que le toca la peor parte del asunto. A mi parecer, la premisa es muy interesante y transgresora, haciendo que la experiencia de su visionado sea muy entretenida. Momentos como los que suceden en la casa de Susan son espléndidos, con una silla con mano robótica llamada Joshua muy traviesilla, un videoportero moderno bastante curioso y un servicio de cafés en todo el recinto digno de mención.
Proteus realiza pruebas a Susan de fertilidad que son permanentes en mi retina ya (atada de pies y manos, utiliza al bueno y servicial Joshua para introducir artefactos por diferentes orificios), y sus inquietantes planes para tener vida propia sumados al resultado final son de un bizarrismo raro en la época. De hecho, el engendro mecánico que hace referencia el título es el "hijo" del propio Proteus, regalándonos uno de esos finales que jamás olvidaremos. La fuerza del film está en su marcado erotismo entremezclado con pequeñas dosis de terror comedido pero angustioso que encima, son punzantes con la sociedad actual (incluso con la contemporánea).La actuación de Susan (una impresionante Julie Christie peleándose con sillas, enajenándose por momentos y actuando casi en solitario) fortalece el film de una manera excepcional, recayendo en ella el peso de la película y con total merecimiento siendo lo mejor del mismo. En conjunto es digna de recuperar, aún teniendo momentos ralentizados o prescindibles (algunos minutos del principio tal vez) se eleva como un mini-clásico que hará las delicias de los seguidores de la ciencia ficción, planteando muchas incógnitas acerca del uso de las máquinas y su propia consciencia futura.
Hitchcock copió la idea para un episodio de su mítica serie e incluso en un especial de Halloween de los Simpsons se le rinde homenaje.
Me quedo pues con ese embrión mecánico superdesarrollado (tan sólo 1 mes de gestación) y con una Julie Christie fenomenal que acompañados de un buen guión, valiente y atemporal, me han seducido lo suficiente como para que la tenga siempre en mi memoria.

TYGRA, HIELO Y FUEGO (1983)

Quizás el nombre de Ralph Bakshi no os suene demasiado (para ser sincero, a mí tampoco), pero es el creador de un par de títulos que merecen al menos que nos detengamos a comentarlos. Muchos años antes de que Peter Jackson lograse lo que a priori parecía imposible, adaptar de una forma bastante fidedigna la obra maestra de J.R.R. Tolkien: Lord of the Rings; Bakshi se armó de valor para intentar recrear el universo de la Tierra Media mediante la animación, pues estaba claro que a finales de los 70 la tecnología disponible no permitía una buena recreación de ese universo mediante una producción convencional con actores. Hoy en día ese intento fallido (pues solo se realizó una parte que comprendía el libro de "La Comunidad del anillo" y la primera mitad de "Las dos Torres") puede parecer desfasado y poco atractivo para las nuevas generaciones, pero si retrocedemos en el tiempo y nos situamos en el año 1978, quizás podamos valorar con más justicia ese esfuerzo. Se hizo uso de una técnica llamada Rotoscopia, en la que inicialmente se rodaban a actores reales realizando los movimientos, para luego pasarlo a los animadores para que dibujasen sobre los fotogramas, logrando de esta manera una animación muy fluida y realista (hoy en día su equivalente sería la captura de movimientos que han permitido ver en pantalla a Gollum entre otros).
Cinco años más tarde usaría la misma técnica para la que quizás es su mejor aporte y que es la obra que comentamos hoy, consiguiendo que los resultados a nivel de animación sean más que notables, dotando las escenas de mucha fuerza, realismo y de un dinamismo del todo encomiable a pesar de los casi 30 años que han pasado desde su creación.
                              Ralph Bakshi se asoció para sacar adelante este proyecto con todo un icono en el mundo de la ilustración fantástica como es Frank Frazetta (responsable de la animación aquí), suyas son las inconfundibles portadas creadas para multitud de cómics de Conan, rebosantes de energía y de una calidad altísima que todo aquel que los haya leído, identificaría sin ningún problema. No es de extrañar que el diseño de personajes, los fondos e incluso la misma historia de Tygra, nos pueda recordar perfectamente a una de las aventuras de La espada Salvaje de Conan, podría haberlo sido sin ningún problema. Para reforzar aún más en esta idea, deciros que en el guión trabajó Roy Thomas, responsable de varias historias creadas también para algunos cómics del Cimmerio más famoso de todos los tiempos.
Pasando ya a comentaros un poco el film, la historia nos sitúa en un mundo que está viviendo el final de una larga glaciación, por un lado está el Imperio de los Hielos, regido por la reina Juliana y su hijo Nekron, un tirano dotado de poderes mágicos y que busca extender sus dominios a la totalidad del planeta cubriendo todas las tierras bajo enormes glaciales que lanza contra sus enemigos, apoyado por sus huestes de subhumanos que se dedican a masacrar a todos los supervivientes. Los pueblos libres del sur no pueden detener su avance y huyen hasta las cálidas tierras dominadas por el rey Jarold, que resiste sus ataques desde la fortaleza llamada Guardián del Fuego.
Es Juliana quien decide mover ficha para desestabilizar la balanza, enviando a algunos de sus subhumanos a secuestrar a Tygra, la voluptuosa hija del rey, para así poder coaccionarle y obtener su rendición. Sin embargo éste se resiste a hacerlo y manda a algunos de sus hombres para rescatarla antes de que llegue a los dominios del hielo y perderla irremediablemente. Habrá otros que también se unan al reto de hacer frente a este despiadado enemigo, por un lado el joven Larn, único superviviente de su pueblo tras uno de los ataques de Nekron y que busca venganza, y por otro un misterioso guerrero armado con un hacha llamado Lobo Oscuro.




                                                                                                                   La película si destaca por algo no es por la originalidad de su guión, pues en este apartado nos encontramos con un punto de partida de lo más tópico (dos bandos enfrentados y uno de ellos con un malo que quiere conquistar el mundo, si Sauron quería dominar el mundo y cubrir el mundo con su oscuridad, aquí lo mismo pero con el hielo) y personajes muy estereotipados sin desarrollar sus personalidades, por lo que sabremos poco de ellos, Nekron es malo hasta la médula de los huesos, pero habría sido de agradecer profundizar en él y mostrarnos sus motivaciones reales o conocer más del carísmático Lobo Oscuro. Sin embargo este hecho no impide que el resultado sea una historia tremendamente entretenida, que en algunos momentos puede llegar a hipnotizarnos con una animación muy fluida y una acción que no concede un respiro (la escena de la persecuión en el árbol es genial, por nombrar una) y que se disfruta desde el principio hasta el final gustosamente.
                               Es de agradecer poder ver una cinta de animación dirigida sobretodo al público adulto, pues si bien disfruto como un niño de los aportes de Pixar, Disney o Dreamworks, resulta dificilísimo tener la oportunidad de ver una propuesta cargada de violencia, sangre y un cierto erotismo gracias a las generosísimas curvas de la princesa Tygra y de la ropa interior talla XS con que Frazetta decidió "vestirla".
Todos los que de pequeños viéramos la serie animada de He-Man tendremos la sensación de que el rubio Larn tiene algo que recuerda al poderoso guerrero del castillo de Grayskull, y por supuesto, la estética y la contundente manera de luchar de Lobo Oscuro no deja dudas de que vendría a ser un Conan enmascarado.
Algunas de las fotos que he puesto destacan por sus fondos (sobretodo la del beso con el castillo de fondo) y en otros casos la imagen no llega a hacer justicia a lo que vemos en pantalla, pues el gran atractivo aquí es el movimiento y una captura quizás no llegue a trasnmitirnos la belleza de algunas de las imágenes. Como curiosidad he incluído un par de imágenes del rodaje con actores que se realizó previamente para luego poder realizar la animación, para la primera de ellas también hay una captura de un fotograma de la misma escena, pero en la que se aprecia la buena labor y efecto creado con los fondos. Resulta curioso ver a los actores llevando las vestimentas y ver que el parecido físico en el caso de Larn no es nada despreciable.
Otro punto que me gustaría destacar es la música a lo largo de toda la película, una banda sonora que potencia las imágenes, en especial en las escenas de batalla y de acción.
Con todo no me queda otra que recomendaros ver Tygra, una película un poco olvidada e infravalorada y que es merecedora de ocupar un puesto de honor para todo aquel amante de las historias de capa y espada, no la dejéis pasar. Cuando se estrenó no tuvo un gran éxito de taquilla y las críticas tampoco le fueron favorables, pero con el paso de los años ha sido muy apreciada por los fans de Frazetta y del cine de aventuras, y en el año 2003 fue incluída entre las 100 mejores películas de animación de todos los tiempos, por lo que algo tiene, os lo aseguro. Un clásico para mí.


martes, 27 de septiembre de 2011

GREEN LANTERN (2011)

Vaya por delante, antes de empezar a comentar esta película, mi total desconocimiento previo del personaje, ya que a pesar de ser un gran amante de los cómics, y habiendo devorado durante mi juventud multitud de colecciones del género de los superhéroes, éste en concreto nunca me llamó la atención. Por ello es posible que mis apreciaciones en manos de un conocedor de la saga queden desvirtuadas y no haya sabido apreciar si se ha logrado captar de forma digna tanto el universo, el espíritu y los personajes que lo conforman. En fin, espero que me perdonen si digo alguna barbaridad. La película arranca con un buen prólogo, unos primeros minutos muy logrados donde nos intentan poner en situación explicándonos que millones de años atrás una raza de seres inmortales llamados los Guardianes del Universo reunieron la energía más poderosa que existía: la energía esmeralda de la fuerza de voluntad y crearon también un mundo llamado Oa desde donde cuidaban de toda existencia, para ello dividieron el universo en 3600 sectores y enviaron un anillo con la energía de la voluntad dentro de él para que eligiera un recluta en cada uno de esos sectores, el prerrequisito que debían cumplir los reclutas era el de no tener miedo. Estos 3600 elegidos conforman el Cuerpo de Linternas Verdes de pacificadores intergalácticos (bonito nombre). En un pasado la peor amenaza a la que tuvieron que hacer frente fue una entidad de miedo llamada Paradax, el cual solo pudo ser detenido por el mejor de todos los Linternas Verdes, el legendario Abin Sur, confinándolo en el planeta perdido de Ryut  para siempre... ¿He dicho para siempre? Perdonadme, ha sido un lapsus, porque de ser así se trataría de la película más breve hecha jamás.
Una nave extraterrestre se estrella precisamente en ese planeta perdido de la mano de dios y justo encima de la caverna donde se encuentra aprisionado Paradax (más casualidades imposible), el cual se alimentará del miedo de estos pobres para lograr la energía suficiente para liberarse y empezar a arrasar algunos panetas para fortalecerse e ir a vengarse de su antiguo enemigo Abin Sur, al que con facilidad deja herido mortalmente, obligándole a huir a la deseperada para acabar estrellándose en un planeta llamado Tierra.
Hablando de lo terrenal, se nos presenta a nuestro protagonista, Hal Jordan (Ryan Reynolds), un experto piloto de cazas que es el elegido por el anillo para substituir al guerrero caído, una decisión que tanto él como el resto de los Linternas Verdes creen equivocada. Así empieza la historia del primer Linterna Verde humano de toda la historia...
Ya entrando a analizar lo que da de sí la película, hay que decir que no se han devanado excesivamente los sesos el equipo de guionistas encargados de esta adaptación, pues han recurrido al ABC de como hacer un guión de una película de superhéroes en 5 minutos usando casi todos los tópicos habidos y por haber. Me refiero a esa sensación que te empieza a invadir de: "Esto ya lo he visto en..." y que deja claro que el índice de creatividad en Hollywood está bajo mínimos desde ya hace mucho. Tenemos al chico guapo piloto de cazas, la preciosa chica que todos sabemos que acabará con él, el amigo fiel que como pasaba de forma casi paralela en Spiderman acaba siendo su enemigo, la muchas veces vista escena donde se despierta el poder del protagonista tras el ataque de unos macarras (bueno, en este caso ex compañeros de trabajo) y obviamente al final nuestro héroe se erigirá como única posiblidad de salvación para la Tierra. Vamos que si alguien no ha visto algún film con estos elementos en común, poco cine ve o se ha pasado años en una isla desierta comiendo cocos.


Sin embargo quiero romper una lanza a favor de la película, pues lo que sí tiene es un buen ritmo y la energía suficiente como para que se me haya pasado volando (quizás se me han hecho más difíciles las escenas con que nos van endulzando nuestro visionado con la love history de turno que no podía faltar), por lo que tan mala como se ha dicho tampoco creo que sea. Una lectura fácil sería decir que el hecho de no conocer nada de los personajes ni de la historia pueden haberme ayudado a mantenerme metido en la película (puede que sí), sin embargo en otras producciones en las que mi conocimiento inicial también era nulo, esto no ha ocurrido, llegando a sufrir para aguantar hasta el final sin llegar a desfallecer. Los efectos especiales son su mayor logro, con una luminosidad y detalles dignos de alabanza y casi al mejor nivel de otras grandes producciones, solo hay una escena en la que me tengo que retractar de esta afirmación, y es en la que vemos un accidente de helicóptero y como este va deslizándose por el suelo, en concreto este efecto es de lo peor que un servidor puede recordar teniendo en cuenta la dimensión del film.


Las actuaciones son esquemáticas, con clichés vistos decenas de veces antes, personajes de corta y pega en casi todas las historias que nos presentan superhéroes, ya sean de la Marvel o de DC, como en esta ocasión, pero tampoco es algo sorprendente, pues este tipo de producciones no buscan actores metidos en el desarrollo de sus personajes mediante el método stanislavsky, sino mucha acción, personajes con carisma y diversión a raudales. Green Lantern no llega a lograr dar en el clavo en ninguno de estos puntos, pero tampoco naufraga estrepitósamente para no merecer un visionado por nuestra parte, acabando por ser un entretenimiento más que decente aunque inferior a la premisa de la misma, sobretodo en cuanto a echar de menos a un malo más interesante y trabajado.
Entre los actores si debo destacar a uno elijo a Peter Sarsgaard en su papel de Hector Hammond, un científico amigo de Hal y que es el que creo que al menos se esfuerza más en lograr actuar un poco, y en la otra cara de la moneda un flojísimo Tim Robbins en su papel de senador, el resto de aprobado muy, pero que muy justito (estoy generoso).
Se le agradecen guiños desmitificadores como el del antifaz del héroe, donde para situaros, tenemos a Hal Jordan que acaba de aparecer en público por primera vez como Green Lantern y ha salvado a la bella Carol Ferris (Blake Lively), ya más tarde, vuelve a aparecérsele y ella se sorprende de tener a un superhéroe delante suyo, pero al acercarse enseguida le reconoce y le dice que se quite el antifaz. Genial este punto, pues hemos tenido que aguantar a féminas cortas de vista a lo largo de toda la historia, empezando por la que creo que se lleva el premio gordo: Lois Lane, incapaz de ver a Clark Kent cuando se ponía el traje a pesar de que solo se quitaba las gafas, pero hay más ejemplos que no se quedan muy lejos...
También las escenas en el planeta Oa, destacan por un buen diseño tanto de escenarios como de los personajes que podemos ver de fondo como Green Lanterns de otros sectores del universo, y que supongo que en el cómic abrían la posibilidad a miles de nuevos personajes y líneas argumentales.
Un detalle para todos los que finalmente os decidáis a verla, no apaguéis el DVD antes de finalizar los créditos, pues hay una pequeña sorpresa que abre la puerta a una posible secuela, que si llega a realizarse deberá esforzarse en mejorar en todos sus aspectos para poder codearse con otras creaciones del género que han logrado arrasar en taquilla. Si el poder del anillo nace de la imaginación y de la voluntad de su portador, recemos para que al menos de lo primero hagan uso los futuros guionistas, con eso ya me conformo.


domingo, 25 de septiembre de 2011

SEIS GRADOS DE SEPARACIÓN (1993)

El hecho de comentar esta película se debe principalmente a que era una de las pocas de Will Smith que no había visto aún, y que por fin pude conseguir en su edición digital para verla en condiciones.
Fue su primer papel principal aunque ya había arrancado su serie "El príncipe de Bel-Air" que tanto éxito le propició, y además lo hizo acompañado de grandes actores de la talla de Ian McKellen, Donald Sutherland o la nominada al Oscar por este papel, Stockard Channing, más conocida por su papel de Rizzo en Grease.
El joven Paul (Smith) se presenta en casa de los Kittredge en pleno Soho Neoyorkino de manera inesperada, con una puñalada en el costado, sangrando y víctima de un supuesto robo cerca del lugar. Presunto amigo de su hijo, pronto advierte maneras y cultura propias de un universitario con talento, admirador de arte y de conversación sobradamente elocuente.
Su formalidad también se debe a que dice ser el hijo de Sidney Poitier, el cual anda de viaje y no volverá en un mes. Ouisa y Flan Kittredge son marchantes de arte adinerados y sienten admiración e interés por el nuevo e inesperado huésped, al cual invitan a pasar la noche en su casa dadas las circunstancias.


Tras un modélico comportamiento toda la noche (les cocina, filosofea e incluso les habla de sus lienzos) se van a dormir con total normalidad. A la mañana siguiente, Ouisa descubre para su asombro que Paul ha invitado a un chico a pasar la noche ahí con él, sorprendiéndolos en la cama (ese giro nadie se lo espera, siento spoilear). Después de encolerizarse y echarlo de casa, comienzan a investigar al extraño amigo de su hijo, comprobando que no resulta ser quién dice ser y demostrando una inquietante personalidad que preocupará sobremanera a la pareja, acaparando extrañamente su vida personal y social. El hecho insólito de sus actos despiertan un gran interés en sus amistades, que sólo se verán atraídos por tal historia, trastocando la vida de la rica pareja.
Basada en una obra teatral de Broadway, su concepción cinematográfica resulta del todo atractiva en su primera mitad, apagándose lentamente en su avance y castigando una excelente premisa con alargadas escenas algo inapropiadas.
El personaje de Paul es una delicia y sus partes del guión son espléndidas, pero las tablas de Smith no eran las que son ahora y quedan algo insuficientes e incluso absorvidas por este complicado rol. Pese a ello, los secundarios como Sutherland, McKellen y Channing le otorgan mucha dignidad al proyecto, con un acabado discutible pero con una entereza argumental muy inteligente.
Su agudeza narrativa y sus pinceladas críticas a la cultura de las altas sociedades se desvela mordaz, incisiva e incluso irreverente. Hay lugar también para tocar la homosexualidad abiertamente (pese a rodeos con la censura), el valor de las amistades o los prejuicios raciales, demostrando que si eres el hijo de Poitier, todos estaban más tranquilos junto a él.
Acompañados por la sutil música del genio Goldsmith y una filmación propia del teatro (se entiende, rodado en interiores, con planos secuencia más largos, etc, etc..) podemos afirmar que se trata de una admirable película en clave satírica pero sin llegar al humor y con ocultas intenciones de abrir debate entre los espectadores.
A mi humilde entender, no pertenece a ningún género en concreto pero utiliza todas sus fórmulas muy sutilmente (comedia de sofisticación, dramatismo comedido o incluso terror psicológico en pequeñas dosis), lo que sugiere un cuidado y una dirección notable.
La actriz principal antes citada recibió la nominación al Oscar en 1993 por su papel, y hoy en día la cinta es objetivo de curiosos que quieren ver, como me ha pasado a mí, un papel de Will Smith sin el uso de su arrolladora comicidad.
Anecdóticamente citaré la presencia de J.J.Abrams (director de la actual Super 8 ) como actor en el personaje de Doug, toda una curiosidad. También la frase de Sidney Poitier al encontrarse con Will en la vida real no tiene desperdicio, le dijo:
 - Bueno, al fin y al cabo eres lo suficientemente guapo como para poder ser mi hijo-, un detalle por su parte.

sábado, 24 de septiembre de 2011

GREMLINS 2 : LA NUEVA GENERACÍÓN (1990)

Secuela satírica de la mítica Gremlins, que en esta ocasión se autoparodia hasta tal extremo que desvía toda nuestra atención hacia las desmadradas gamberradas de los bichos escamosos sin reparar en su anterior tono cercano al terror del original.
Joe Dante se declara un amante acérrimo de los Cartoons, y aquí se divirtió de lo lindo creando una película a su antojo, de la cual dijo estar tan satisfecho que, según sus palabras, superaba a su primera parte. La cuestión es que son films casi antagónicos, aunque ambos conservan ese contrapunto fantástico de unos seres tan anárquicos como divertidos que todo lo destrozan como si estuvieran dentro de un capítulo de los dibujos animados de la Warner.
Pero vayamos por partes y entremos en la propuesta de Dante para esta segunda parte:
Billy y Kate se han trasladado a la ciudad de Nueva York para trabajar conjuntamente en el edificio de oficinas más automatizado del mundo, propiedad del magnate Daniel Clamp (obvia caricatura al ricachón Donald Trump), y donde el bueno de Billy trata de hacerse un hueco en la empresa para poder casarse con su prometida en breve. En una de las callejuelas del barrio chino de la misma ciudad sigue nuestro amigo Gizmo, bajo los cuidados del anciano Mr.Wing. Tras los continuos esfuerzos de Clamp para comprar todo el perímetro, les llega el momento a la tienda de Wing y Gizmo, que se ven amenazados pese a sus continuas negaciones.
La muerte del anciano desata la huida de Gizmo hasta que acaba capturado por unos científicos del propio edificio. Será puesto bajo observación por el responsable de la planta de estudios científicos (un mad doctor con el rostro de Christopher Lee) el cual tratará de obtener sus conclusiones tras realizarle la autopsia (!).
Nuestro amiguito peludo escapa pero accidentalmente le mojan, consiguiendo un ejército de Gremlins que acordonarán el prestigioso edificio, causando el pánico. Argumentalmente resulta una cinta repleta de sutiles dardos a la sociedad de ese tiempo, comenzando por el imparable belicismo tecnológico que proclama el millonario Clamp, o la sátira hacia el mundo de la televisión por cable (pasando Casablanca en color y con un final feliz porque al señorito no le gustan las pelis en blanco y negro..), la ingeniería genética o incluso de ámbito político, con esas punzantes referencias a Abraham Lincoln. Acompañando ese apartado socialmente crítico, la cinta hace inabarcables guiños cinéfilos, empezando por recochinearse de sí misma y su espectacular éxito anterior.
En un momento del film podemos ver como están proyectando Gremlins en un cine, y los propios demonietes queman la cinta y destrozan el original pese al cabreo de Hulk Hogan, allí presente. Abiertos homenajes a la figura de "Rambo" y "Rocky" (la parte más molesta esta vez quizás es el comportamiento de Gizmo, perdiendo mucho fuelle), a "Drácula" (con ese carismático actor de serie B rezagado y hundido en un canal de TV olvidado) a "Batman", a "Marathon man" (la escena del dentista), a "King Kong" o al mítico cine de la Hammer, con experimentos científicos alocados llevados a cabo por el legendario Christopher Lee en persona. La intencionalidad de Dante de recrear un Cartoon de carne y hueso convierte la segunda mitad de la cinta en un apogeo delirante de auténtico desorden y locura. Ya no quedará demasiado guión debido al destrozo global (pretendido) de los bicharracos verdes, que acumulan gags desordenados con un único propósito, autosatirizarse al máximo. Veremos gremlins eléctricos, travestidos, arácnidos, murciélagos o intelectuales, creando un sinfín de animales caricaturescos dentro de un magnífico Spoof en toda regla y convirtiendo a su primera parte en motivo de mofa. Superior técnicamente y con unos efectos especiales mejorados (lógicos por el paso del tiempo), tan sólo pierde ese espíritu mágico e innovador que únicamente la primera parte supo ofrecer.
Si aquella insuperable primera parte nos consiguió divertir y aterrar a partes iguales, esta sólo se contenta con hacernos pasar un buen rato con aquellos bichitos que tanto nos cautivaron, y recompensando al propio Dante tras su taquillazo (la Warner Bros le dio permiso para tomar todas las decisiones que quisiera, tras llenarles las arcas, evidentemente).
Contiene escenas tronchantes, como las protagonizadas por el gremlin travestido, la entrevista con el gremlin erudito (doblado por un inconfundible Constantino Romero) o el personaje de ojos saltones que Kate confunde con Gizmo.


Muy a mi pesar, las actuaciones en general son anodinas y desganadas (salvando a Lee y al inconfundible Dick Miller), las gamberradas rozan el cansancio al final y ciertos toques narrativos se me hicieron pesados (la relación de Billy con su jefa directa o el propósito de boda y final con perdices de nuestros protagonistas).
Por contra, la música de Jerry Goldsmith vuelve a ser tan fabulosa como en la primera parte y el número musical final a lo Sinatra ha entrado ya en las secuencias más llamativas y recordadas del mundo del cine.
En definitiva, una secuela muy valiente, extremadamente sátira consigo misma y afortunadamente acorde a su original, salvando las distancias, evidentemente.

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