El inesperado regreso de Arnold Schwarzenegger a la competición culturista del más alto nivel en 1980 dio lugar al Mr.Olympia más controvertido de todos los tiempos. Tras sus 6 títulos consecutivos y su retirada de la palestra profesional en 1975 (visto en Pumping Iron), dejaba bien claro que en esta disciplina deportiva él dominaba por encima de todos y ahora pretendía dedicarse al mundo del cine.
Mientras Arnold hacía sus pinitos en Hollywood, trabajando con Robert Altman o con Kirk Douglas, en el panorama culturista habían surgido nuevas promesas que apretaban con fuerza.Arnold empezó a prepararse para su papel en Conan, el bárbaro (1982), ya que le pedían estar en su mejor forma para encarnar al fornido guerrero para filmar sus primeras secuencias en octubre de 1980. La sospechosa dedicación y secretismo que el austríaco estaba cosechando debido a su entrenamiento de preparación dio a entender a algunos que volvía a la competición ese mismo año, para el Olympia de Sidney, Australia.
Lo que empezó para él como una graciosa confusión acabó en una caprichosa vuelta a las competiciones, en rigurosa última hora (algunos dicen que creían que iba en el avión como comentarista del evento), habiéndose preparado en tan sólo 2 meses, según sus propias palabras.
El film sigue muy de cerca la travesía deportiva de este nuevo Arnold (lejos de su mejor forma) pero que aún conservaba la suficiente presencia física como para optar al título, y lo que fue más importante, el calor de gente influyente en el mundo del bodybuilding, jueces incluídos.
Indudablemente la condición física del austríaco era excepcional, pero cabría debatir si merecía el título, que de tan reñido que estaba, hechos como sus logros cinematográficos y la inercia de su fama, decantaron la balanza a su favor, bajo mi criterio. Competidores como Frank Zane (espléndido, en aquella época, tri-campeón consecutivo del ansiado Mr.O), Mike Mentzer (en 5º lugar, inmerecidísimo) o el bueno de Tom Platz, tal vez en el mejor momento de su carrera, hacen que dudemos no sólo del coronamiento de Arnold, sino de la falta de criterio del jurado en general. Controversias a un lado, el escueto documental (apenas 44 minutos) intenta seguir la línea marcada por Pumping Iron, pero se auto proclama una cinta muy underground, de mala factura técnica y carente de la magia de aquella. Sin embargo, representa una joyita en las manos adecuadas, que sabrá sacarle algo de contenido, con un juguetón empleo de las imágenes, muchas irrepetibles y que a cada año que pasa, se hacen más importantes. Abusa ligeramente de las entrevistas a Platz (con toda seguridad, amaestrado para ser el Mike Katz de esta nueva filmación), pero demuestra un respeto y una disciplina muy apropiadas, resultando un culturista muy sensato. Su estado de forma además es impactante, ya que aún siendo de los peores en su rutina de poses, posee un físico muscularmente desmesurado, desproporcionado pero enorme, con un tren inferior asombroso y un abdomen impropio de su estructura.
Seremos testigos además de la espléndida rutina de Frank Zane, un excelente culturista que pierde su reinado en este certamen, y que según cuentan, estampó su trofeo nada más salir del estadio. Su rocosidad y simetría son míticas, y conservan una línea que ya no se ve en el panorama actual, acaparada por monstruos hiperdesarrollados (Ron Coleman y compañía).
Veremos más tímidamente a mitos como Chris Dickerson, Bill Pearl, Samir Bannout o Mike Mentzer, pero no toman el protagonismo que pudo tomar Ferrigno en Pumping Iron, por poner un ejemplo. Arnold sigue jugando sus cartas 5 años después de aquella exitosa cinta de Butler, y comenta algunas joyas como cuando sostiene que tiene absoluta concentración en el proceso de competición y que no se distrae con nada, ni aunque cayeran bombas a su lado, o que le resulta muy divertido ser el hombre más "musculado" (built man) del mundo. Pura estrategia, ironizándose a sí mismo además.
Una muestra de su entrega total al espectáculo del cine es cuando entrenando pectoral en un press de banca, hace chocar bruscamente un pequeño disco al colocarlo, diciendo que en el cine, todo debe ser más grande, ruidoso y efectista.
Un documental editado únicamente en digital en el Reino Unido, y cambiado de nombre a "The Comeback". Desgraciadamente, en mis manos sólo está el VHS americano que conserva el título original, "Schwarzenegger: Total Rebuild", que ha resultado un film de baja factura, muy controvertido pero encomiable de todas formas.
Ahora leyendo lo que comentas de como pone los disco, sí que recuerdo haberla visto. Ese comentario se lo hace a uno de los que filman o ayudan, diciéndole que lo importante es que los discos no es que pesen mucho sino que al chocar hagan mucho ruido (irnía made in Arnold). Casi no tengo más recuerdo que las poses de Arnold, bastante acelerado y que casi parece una exhibición de despedida que la rutina de poses de una final. Ganó por carisma (y cierta calidad eso está claro), pero su sombra era muy alargada, siendo una leyenda viva del bodybuilding y una estrella en ciernes de Hollywood, por lo que todo eso acabó pesando en los jueces, que valoraron mucho más positivo y con mayor repercusión mediática para el mundo del culturismo, que Arnold se despidiera ganando su 7º Olympia. No sé si es el más polémico o no, porque hace bastantes años que no sigo la actualidad de ese mundillo, pero sí recuerdo a Dorian ganando alguno cuando ya no estaba bien o el mismo Coleman también, lo que suele pasar es que cuando alguien gana 6 o 7 u 8 veces seguidas un certamen, es más complicado que lo desbanquen, ni que sea por la enormidad que se ha creado a su alrededor como campeones de leyenda. Algún día conseguiremos el DVD, no lo dudes...
ResponderEliminarmi primera visita chus y no la ultima prometido, ya sabes para mi fue el mas grnade d todos los tiempos, sin desmerecer a nadie del formidable elenco de competidores q tuvo y q ha habido desde entonces, pero él tenia ese carisma especial q solo tienen los mitos, aparte d un fisico excepcional para aquellos tiempos, unico e irrepetible, tocado x la mano d Dios.
ResponderEliminarNo sólo abrió las puertas del culturismo actual, sino que ya es leyenda en vida, con campeonato propio y el reconocimiento unánime de todo el sector culturista. Un tipo con una vida apasionante, y que ahora vuelve al cine, aunque ese es otro cantar.
ResponderEliminarCon el tiempo se le reconocerán intervenciones notables, como en Desafío Total, Conan o incluso Mentiras Arriesgadas, de eso estoy convencido.
Ya que voy con esta inercia, veré "Stay Hungry", que también merece recuperarse.
Stay Hungry tiene alguna escena impagable, como la de los culturistas saliendo del gimnasio y poniéndose a posar en medio de la calle con todos los transeuntes alucinando, a nivel cinematográfico malilla, creo recordar que la tan típica historia de unos mafiosillos que quieren comprar un pequeño gimnasio de barrio... anda que no se ha repetido la fórmula hasta la saciedad. Poco más recuerdo a parte de un Arnold en buena forma y un Jeff Bridges muy jovencillo creo que haciendo de malo...
ResponderEliminar"film de baja factura,controvertido pero encomiable de todas formas" Vamos,que es una mierda pero no es una mierda.¿Eso como se come? Vaya pena de escritor.
ResponderEliminarVida apasionante la de este hombre,engañando a su esposa con una niñera fea como el cagar patas arriba,yo no soy devoto de santos como este.
Simplemente es necesario un mínimo de comprensión escrita para entender que un film puede ser de presupuesto limitado, con un seguimiento argumental tramposo y que siga conservando cierta dosis de atractivo, pero si.."es una mierda pero no es una mierda" es de mejor escritor, todos le pedimos disculpas, oh rei!
ResponderEliminarSi esa "infidelidad" le resta a su trayectoria significado, pues tenemos un problema más serio de lo que me esperaba, qué lástima que la niñera no estuviera buena, por lo menos lo habrías entendido mejor.
Ya ves, hay gente que debe ganar el premio Planeta año tras año, da gusto toparse con gente así... me encantaría leer algo de este enorme talanto de las letras y poder postararme a sus pies.... o su majestad de la redacción...
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