Secuela satírica de la mítica Gremlins, que en esta ocasión se autoparodia hasta tal extremo que desvía toda nuestra atención hacia las desmadradas gamberradas de los bichos escamosos sin reparar en su anterior tono cercano al terror del original.
Joe Dante se declara un amante acérrimo de los Cartoons, y aquí se divirtió de lo lindo creando una película a su antojo, de la cual dijo estar tan satisfecho que, según sus palabras, superaba a su primera parte. La cuestión es que son films casi antagónicos, aunque ambos conservan ese contrapunto fantástico de unos seres tan anárquicos como divertidos que todo lo destrozan como si estuvieran dentro de un capítulo de los dibujos animados de la Warner.Pero vayamos por partes y entremos en la propuesta de Dante para esta segunda parte:
Billy y Kate se han trasladado a la ciudad de Nueva York para trabajar conjuntamente en el edificio de oficinas más automatizado del mundo, propiedad del magnate Daniel Clamp (obvia caricatura al ricachón Donald Trump), y donde el bueno de Billy trata de hacerse un hueco en la empresa para poder casarse con su prometida en breve. En una de las callejuelas del barrio chino de la misma ciudad sigue nuestro amigo Gizmo, bajo los cuidados del anciano Mr.Wing. Tras los continuos esfuerzos de Clamp para comprar todo el perímetro, les llega el momento a la tienda de Wing y Gizmo, que se ven amenazados pese a sus continuas negaciones.
La muerte del anciano desata la huida de Gizmo hasta que acaba capturado por unos científicos del propio edificio. Será puesto bajo observación por el responsable de la planta de estudios científicos (un mad doctor con el rostro de Christopher Lee) el cual tratará de obtener sus conclusiones tras realizarle la autopsia (!).
Nuestro amiguito peludo escapa pero accidentalmente le mojan, consiguiendo un ejército de Gremlins que acordonarán el prestigioso edificio, causando el pánico. Argumentalmente resulta una cinta repleta de sutiles dardos a la sociedad de ese tiempo, comenzando por el imparable belicismo tecnológico que proclama el millonario Clamp, o la sátira hacia el mundo de la televisión por cable (pasando Casablanca en color y con un final feliz porque al señorito no le gustan las pelis en blanco y negro..), la ingeniería genética o incluso de ámbito político, con esas punzantes referencias a Abraham Lincoln. Acompañando ese apartado socialmente crítico, la cinta hace inabarcables guiños cinéfilos, empezando por recochinearse de sí misma y su espectacular éxito anterior.
En un momento del film podemos ver como están proyectando Gremlins en un cine, y los propios demonietes queman la cinta y destrozan el original pese al cabreo de Hulk Hogan, allí presente. Abiertos homenajes a la figura de "Rambo" y "Rocky" (la parte más molesta esta vez quizás es el comportamiento de Gizmo, perdiendo mucho fuelle), a "Drácula" (con ese carismático actor de serie B rezagado y hundido en un canal de TV olvidado) a "Batman", a "Marathon man" (la escena del dentista), a "King Kong" o al mítico cine de la Hammer, con experimentos científicos alocados llevados a cabo por el legendario Christopher Lee en persona. La intencionalidad de Dante de recrear un Cartoon de carne y hueso convierte la segunda mitad de la cinta en un apogeo delirante de auténtico desorden y locura. Ya no quedará demasiado guión debido al destrozo global (pretendido) de los bicharracos verdes, que acumulan gags desordenados con un único propósito, autosatirizarse al máximo. Veremos gremlins eléctricos, travestidos, arácnidos, murciélagos o intelectuales, creando un sinfín de animales caricaturescos dentro de un magnífico Spoof en toda regla y convirtiendo a su primera parte en motivo de mofa. Superior técnicamente y con unos efectos especiales mejorados (lógicos por el paso del tiempo), tan sólo pierde ese espíritu mágico e innovador que únicamente la primera parte supo ofrecer.
Si aquella insuperable primera parte nos consiguió divertir y aterrar a partes iguales, esta sólo se contenta con hacernos pasar un buen rato con aquellos bichitos que tanto nos cautivaron, y recompensando al propio Dante tras su taquillazo (la Warner Bros le dio permiso para tomar todas las decisiones que quisiera, tras llenarles las arcas, evidentemente).
Contiene escenas tronchantes, como las protagonizadas por el gremlin travestido, la entrevista con el gremlin erudito (doblado por un inconfundible Constantino Romero) o el personaje de ojos saltones que Kate confunde con Gizmo.
Muy a mi pesar, las actuaciones en general son anodinas y desganadas (salvando a Lee y al inconfundible Dick Miller), las gamberradas rozan el cansancio al final y ciertos toques narrativos se me hicieron pesados (la relación de Billy con su jefa directa o el propósito de boda y final con perdices de nuestros protagonistas).
Por contra, la música de Jerry Goldsmith vuelve a ser tan fabulosa como en la primera parte y el número musical final a lo Sinatra ha entrado ya en las secuencias más llamativas y recordadas del mundo del cine.
En definitiva, una secuela muy valiente, extremadamente sátira consigo misma y afortunadamente acorde a su original, salvando las distancias, evidentemente.
Un poco lo que te comenté, los personajes principales (incluído Gizmo) pierden comba aquí al quedar pobremente dibujados, eso se nota en que no nos transmiten lo que vivimos en la primera. Por otro lado se nota una buena inyección económica para efectos especiales y un descontrol a nivel imaginativo y de homenajes, no lo negaré, pero que la hacen demasiado colorista e inocua. Mientras la primera con muchos menos medios supo darle más bien un toque sombrío con el invierno y navidades de por medio y unos seres terribles para crear una genial cinta de terror-cómico, aquí el cambio de registro empobrece bastante el conjunto, que si funciona es porque los monstruitos tenían un gran carisma gracias a la primera. Recuredo salir del cine de verla con mis hermanos y ya entonces no me gustó tanto con la primera. Yo pondría el link de la primera en la segunda y viceversa, para que la gente pueda consultar la saga completa... jejeje.
ResponderEliminarUna sátira no pretende otra cosa que revolcarse en su propia estampa para reirse de sí misma, por lo que entiendo que desdibuje personajes (tampoco eran lo mejor en la primera Billy y Kate) y así crear una comedia de lo que fue una cinta navideña familiar tintada de terror.
ResponderEliminarCreo en la diferencia de estilos y en que cada una es innovadora en su cometido. Está considerada como una de las mejores 50 secuelas de la historia del cine, e insisto en que las comedias no solo son buenas las sofisticadas rollo Billy Wilder, también hay un espiritu desenfadado y gamberro muy aplaudible. En mi opinión el pistoletazo de salida argumental de esta es muy interesante, y su desembocadura chalada le proporciona encanto y capacidad de comicidad. Que el propio realizador satirice su obra cumbre es digno de elogio, Dante demostró saber jugar sus cartas y regodearse de su ¿desmesurado? éxito anterior. Para mi, ni es inocua ni sale empobrecida en su conjunto, pero ahí radica la grandeza del cine, en el amplio abanico de sensaciones que nos transmite a uno o a otro. Larga vida a gremlins y un hurra por Gremlins 2, una dignísima secuela.
Gremilns es una de las que se podrán ver en la segunda temporada dePhenomena... otra que me tienta volver a verla en pantalla grande... Conan, Toro salvaje, Gremlins... me parece que este año veré unas cuantas sesiones si me lo puedo montar...
ResponderEliminarCuenta conmigo si podemos. Por cierto, Eva me consiguió los números de scifiworld de septiembre y octubre, unas publicaciones muy interesantes, tan sólo me sobran anuncios y videojuegos.
ResponderEliminarHe comprado via su web algunos números atrasados, a ver si los disfruto igual.