El director de Historias del Kronen, Montxo Armendáriz nos invita a un desarrollo tremendamente psicológico, un juego inclasificable de circunstancias aterradoras con un telón de fondo muy delicado, los abusos a menores.
Apoyado en tres espléndidas interpretaciones, la película va directa al grano, directa a dejarnos intuir lo que sucede sin enseñarnos nada y meternos en la frágil mente de Silvia, la joven que sufre estas atrocidades.Ya desde pequeñita, Silvia parece una niña feliz, con una buena familia y un hogar estable. Para su desgracia, pronto su carácter dará un giro importante, y su felicidad se verá truncada por unos abusos inaceptables que su padre le proporciona.
Sin la ayuda ni comprensión de nadie y tras la separación de sus padres, Silvia se esconde en ella misma y se refugia en su interior para poder soportar la tragedia de su vida, sin que nadie se percate que su introspectivo carácter se debe a maltratos físicos y psicológicos constantes.
Ya con 25 años, decide pasar página como buenamente se pueda y ayudada por una especialista, tratará de empezar de nuevo su vida, con intención de superar y olvidar ese pasado que tanto le condiciona.
De nada le sirve confesárselo a su madre, ni esquivar constantemente a su padre, porque el demonio ya lo tiene dentro y la lucha que debe comenzar ahora es dentro de sí, venciéndose a sí misma.
Esta dura historia está cimentada con un sólido guión, rápido e inteligente que consigue meternos un poco en las circunstancias de Silvia, transmitiéndonos dolor, rabia, impotencia y sobre todo, vergüenza. La ayuda de testigos reales ayudaron a Montxo a saber con certeza las reacciones más comunes a estas vejaciones, y así poder construir un personaje tan complejo como el de Silvia, estupendamente encarnada por Michelle Jenner, sombría y taciturna pero con un carácter libre escondido en ella.Qué decir del padre, un Lluís Homar que le tocó bailar con la más fea y construir un rol de lo más detestable, de los que agotan al actor en cuerpo y mente. Excelente en su realización, como suele ser costumbre en este actor, uno de mis favoritos.
Tal vez Belén Rueda, en el papel de madre, esté un poco más floja que de costumbre, pero estoy convencido que se debe a su escaso papel, ya que es incapaz de transmitirnos en tan pocos minutos una caracterización tan complicada.
Considero que la tarea más interesante de su realización es el haber conseguido rodar una historia tan delicada con tanto mimo, sin nada de morbo ni imágenes innecesarias, tocándonos únicamente el interior de nuestro ser, sin castigarnos la retina.
Dura pero conmovedora, intolerable pero necesaria denuncia a un comportamiento que no se puede tolerar, y que puede ayudar a despertar a muchos afectados enseñándoles cómo actuar, sin dudar ni perder un minuto de sus vidas. Muchas veces no creemos cosas porque no entran en nuestros planes (la niña le confiesa a su madre que su padre le toca, pero ella no lo puede aceptar ni creer) y se hubieran resuelto con mucha más antelación los posibles problemas psicológicos si nuestra reacción fuera siempre más valiente para creernos que estas atrocidades pasan.
Una tortura compartida entre personaje y espectador que nos hace recapacitar en nuestro entorno para descubrir comportamientos desviados que se nos pueden pasar por alto, y que todos deberíamos atender con más atención.
Una lección de cine adulto con magníficas interpretaciones y buena captación de la soledad y el dolor, pero que no acaba de profundizar en algunos aspectos más dolorosos del asunto, como es la denuncia a su padre, la incapacidad para gozar en futuras relaciones sexuales y en esa incomprensible reacción para volver a tu violador involuntariamente, esperando tu dosis de maltrato.
Interesante, la tengo pendiente de ver y un análisis positivo me anima a hacerlo en breve. Por otro lado te animo yo a que veas "TRUST", de la que ya escribí la crónica en el blog, otro tipo de abuso, en ese caso con los pederastas que se esconden en las redes sociales, muy recomendada.
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