THOR (2011)

Con muchas ganas y cierto escepticismo esperaba el momento de poder ver Thor, una de las pocas hazañas Marvel que me quedaban por disfrutar. No he sabido nunca con certeza la verdadera naturaleza del "Dios del Trueno y de la Guerra", ni en su versión mitológica noruega, pero sí había ojeado algunas de sus aventuras en el cómic y se me antojaba interesante.

El punto de partida de la historia se inicia en la Tierra, donde unos científicos esperan con el mismo escepticismo que yo que pase algo fuera de lo normal en el desierto de Nuevo México. Repentinamente se origina una especie de tornado resplandeciente y atronador que hace caer a Thor del cielo, justo en el punto donde ellos ya esperaban un acontecimiento.
Tras aturdirlo con una descarga y llevarlo al hospital, descubrirán que llegó con la tormenta de luz, y que puede ser interesante de estudiar su presencia en nuestro mundo.
El grupo, con Natalie Portman al frente de la expedición (desacertada elección de cásting, por cierto, ya que su caché dificultará su presencia en futuras entregas) se las ingenia para esquivar a los S.H.I.E.L.D y recuperar al buenazo de nuestro protagonista (un Chris Hemsworth algo inexperto pero que físicamente encaja con nuestra idea del héroe).
Paralelamente nos muestran lo que pasó en su mundo, Asgard, para que esos hechos sucedieran. La arrogancia y vanidad de nuestro protagonista originó una guerra con un antiguo enemigo y el rey del lugar, su padre Odin (un Anthony Hopkins muy desaprovechado), decide desterrarlo a la Tierra para convertirlo en un hombre humilde y con valores, ya que debe ser un digno heredero.
La amenaza de traición por parte de su hermano Loki es evidente, y la enfermedad del rey Odin dará pie a resultados desastrosos en su mundo, al que por cierto, Thor no puede volver. Así pues, sin desvelar nada más, la película promete mucho más de lo que acaba ofreciendo, incluso para el ya convencido. El mundo creado para definir Asgard no me lo creí ni por un segundo, ya que está repleto de efectos Kitsch y de iluminación propia de festivales techno-trance, por no incluir el puente horriblemente cursi del arco iris. Los paisajes pretenden situarnos en un paraje ambiguo entre futuro y tradición, pero únicamente consigue dejarnos estupefactos con su pomposidad retro, propia de los peores planos del nuevo Star Wars de Lucas. Pequeños detalles rescatables son los uniformes, ideales para el film o algunas armas, como el fantástico martillo de Thor, exacto al original. El guardián Heimdall, protector y responsable del artefacto donde viajan, me ha recordado mucho al caballero de tauro (versión oro) de Saint Seiya, y estoy convencido de que se le ocurrirá a alguien para plasmarlo en un film. Ya lo estoy viendo, Saint Seiya : Evolution, terrible.
Volviendo al film, su inocente trama y su desacertada ambientación de Asgard son excusas suficientes como para desencantarnos sobremanera, pero aún hay más. Una vez en la Tierra (EEUU evidentemente) un áspero Thor hará un repentino cambio de personalidad por enamoramiento de la Portman, resultando una de las cosas más ridículas que he visto en un superhéroe. Su actitud se corrige entonces, sus valores dan un cambio de 360º en menos de 20 minutos de metraje y a partir de ahí ya será digno del reino de Asgard. Me duele decirlo, pero es un argumento basurilla.
Ni la lucha con el robot enviado para aniquilarlo en la Tierra, ni las batallas en otros planetas con los alienígenas helados son ni tan siquiera mencionables, y como diría Aguilar, la desolación del cinéfilo resulta exasperante. El fraude llega a su máxima expresión cuando su tramo final es de chiste, con algún que otro resultado crítico pero carente de ningún encanto. Para recuperar un poco el aliento diré que nos deja algunas secuencias con cierto honor, como la de su reencuentro con el martillo, digna de Excalibur o el enfado de Odin por las acciones de su hijo, interpretación casi Shakespeariana del asunto por parte de Hopkins. La idea de su prometedor personaje es aliciente suficiente como para tragarse este film, pero seamos sensatos, es de las peorcitas de su estirpe, floja, aparatosa y sumamente comercial.La inminente llegada de "The Avengers" sirve de excusa para su continua presencia en nuestras pantallas, ya que después de esta versión junto a sus compañeros héroes (la cual espero con ganas) llegará Thor 2, que esperemos tenga un enemigo más emocionante. Mi conclusión es que como figurantes en un museo de cera todos serían adecuados, pero hay algo en el film de Branagh que no ha funcionado, que no me ha convencido y que la sitúa por debajo del resto de producciones similares hasta la fecha.