Recreación cinematográfica del manga homónimo Riki-oh, que entremezcla el mundo del Gore y las artes marciales como también lo hizo Hokuto No Ken o si se me permite, Dragon Ball (salvando las enormes distancias). Estamos en China, año 2001 (supuesto futuro), un grupo de nuevos reos llegan a una prisión de máxima seguridad donde cumplirán condena y serán pasto de los abusos del sustituto del alcaide, que aprovecha su posición al mando para divertirse de lo lindo con el personal recluso. Entre los prisioneros está Ricky, un fornido homicida que por causas injustas (de hecho, no tan injustas) está entre rejas, y que esconde una sorprendente fuerza a la vez que unas dotes marciales poco comunes. Ricky no dejará que le sodomicen tan facilmente y se revelará contra el trato inhumano que allí se recibe, derrumbando la impunidad del mandamás y de su grupo de secuaces. El área carcelaria se divide en 4 frentes, como los puntos cardinales. En la zona Norte manda el esbirro Oscar, un yakuza tatuado hasta el tuétano que será el primero en enfrentarse a nuestro protagonista, y que a su vez pertenece a la "banda de los cuatro". Ricky destapará la red de tráfico oculto que promovía la cárcel y luchará por su libertad con todo Dios que se le interponga, sea un hombre, una mujer con voz masculina o un monstruo de casi 3 metros.
El manga original |
Destacaré el ambiente manga que se respira, con los detalles más significativos de ese mundo tales como los enfrentamientos épicos contra maestros de artes marciales o las macabras muertes a las que despiadadamente son testigos el resto del grupo recluso (mirar fotografia superior), todos inocentes cervatillos en comparación.
Personalmente no pregonaré su calidad técnica ni sus efectos especiales, pura serie B en toda regla, pero si confesaré haberla disfrutado tremendamente y haberme reído de lo lindo con sus cachondas pretensiones. Un producto made in Hong-kong con ironía, sentido del tempo y honestidad, ya que en todo momento alardea del uso de trucos y demás artificios para lograr trasladar el imposible mundo del manga a la pantalla grande.
Muy divertida propuesta china de los 90 que ofrece garantías de pasárnoslo bien y desbloquea nuestro gusto por el buen cine para reírnos un rato largo de esta cinta tan brutal como delirante. La nota que le otorgo alumbra en su totalidad el arrollador talante divertido que le desborda, dentro de su género, para mí ya todo un clásico.
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