Un año después de la estupenda
Demons, Lamberto Bava repetía fórmula pero ahora con más energía y presupuesto. Respaldado por el mago Argento quiso convertir el guión sobre demonios contagiados en un cine de barrio de aquella en un festival a lo grande en un edificio vanguardista y moderno (para mal, ya que no les permite salir) en esta secuela, Demons 2.
Su propia premisa anterior le permite jugar con esos mismos demonios (aún más terroríficos) y sacar adelante una cinta muy satisfactoria, sin sensación de hastío ni
déjà vu. En esa comunidad suceden diferentes historias, fiestas en un piso, cenas tranquilas en otro o visionados de películas de miedo en el de al lado. Es justamente debido a ese pase televisivo que los monstruos consiguen llegar a nuestro mundo, literalmente traspasando la pantalla (homenaje descarado a
Cronenberg y su
Videodrome) y que origina una sucesión de muertes horripilantes y una atmósfera de terror muy conseguida. Es ahí cuando la película se convierte en una huida constante del ataque de dichos demonios, que convierten a esta cinta de Bava en una de las más escalofriantes del género. Una secuela tan conseguida como infravalorada, ya que eleva el nivel de su anterior a clásico inmediatamente. Una cosa está clara, los efectos en general están mejorados, la fotografía es excepcional (aunque podrían haber cuidado más el maquillaje de los cuellos) y el miedo está latente de manera muy directa y explícita, siendo de los films que más terror causarían a personas sensibles a ello (cuando se estrenó yo tenía 12 tiernos años y me hubiera causado muchísimo miedo, os lo garantizo).
Su velocidad
non stop logra que sea un viaje distraido a la vez que tenso, garantizando el acelerado ritmo cardíaco en el espectador, que por momentos olvida su factura italiana y su olfato ochentero para integrarse en la escapatoria demoniaca de esos seres tan perfectamente ideados. En pocas ocasiones evitamos hacernos preguntas sobre su aparición y liberamos nuestras mentes a su simple presencia, demostrando que la propuesta de Bava es un acierto y nos hemos creído su narración.
Sirvió para hacer debutar a una todavía niña Asia Argento (hija de Dario) y prepararla para futuras filmaciones, casi siempre acompañada de su fructuoso padre o sus queridos Lamberto y Mario Bava.
El heroico protagonista (un tipo atractivo que lucha, trepa, dispara, y salva a la chica) es un actor llamado David knight que pese a un prometedor futuro (aquí está acertado) sólo tiene dos films en su haber, una lástima para el mundo del cine, desdichado por esta noticia.
No me iré sin resaltar que un miembro del reparto (no voy con segundas) es
Antonio Cantafora, recordado por su antológico papel en
Supersonic Man, de la cual también hicimos mención en el blog y conseguimos salir ilesos, pese a las probabilidades de daño cerebral.
En general, y volviendo a la película, es un claro ejemplo de secuela exitosa e infravolarada, ya que ofrece lo mismo que la primera, pero con ingredientes renovados e interesantes, y respetando sus intenciones, que no son otras que fomentar el terror en su estado puro, y lo consigue, no os quepa duda.
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Espeluznante el niño demonio |
Alimentándose de David Cronenberg en todo momento (Videodrome,
Vinieron de dentro de...) logra un resultado muy respetable pese a sus carencias, como unos desdibujados protagonistas o un final peor que su anterior entrega, y dando lugar a singulares remakes, como la española REC, proyecto parejo en estructura y esencia.
Tendría una tercera entrega, esta ya fruto del interés propiciado por sus ingresos y que rezuma inferioridad, aunque seguramente caiga en la tentación y también la visione por respeto a esta estimable saga, estoy convencido de sus límites... aunque quizás me equivoque...
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