Diego (Quim Gutierrez) se encuentra el día de su boda plantado delante del altar por su novia Yolanda (Nuria Gago). Ya solo con sus dos primos, una vez han marchado todos los invitados, deciden dejarse llevar por los impulsos que les dictan sus corazones e irse al pueblo donde veraneaban hace años a recuperar el amor de la adolescencia de Diego, por lo que no dudarán en subirse al coche y conducir hasta el pueblo de Comillas.
Desgraciadamente no puedo decir que estemos ante una gran película, aunque esté por encima de la media de comedias made in Spain (cosa que tampoco es demasiado difícil hoy en día) y que simplemente se deja ver. Es una comedia irregular que tiene un buen arranque (la primera media hora tirando largo), para luego irse disolviendo como una aspirina efervescente y caer en demasiados tópicos como para llegar a trascender y dejarnos alguna marca para el recuerdo.
Si bien el inicio es gracioso por la situación en la que se encuentra de golpe el protagonista, abandonado ante el altar, el film no acaba de ser fluido del todo por culpa de uno de los actores que hace de primo, mientras que los otros dos están bastante bien trazados: Diego (Un Quim Gutiérrez que sabe dotar a su personaje de la desorientación emocional de alguien a quien acaban de abandonar y no sabe bien que hacer con su vida) y Julián (Raúl Arévalo, que está correcto como primo cachondo y deslenguado), pero que se encuentran con un lastre casi insuperable con el tercero de la familia, José Miguel (Adrián Lastra), haciendo un personaje nada creíble con parche incluído y mil fobias estúpidas, tan exagerado y poco acertado que en cada escena que sale nos saca de la historia al no creernos ni su actuación ni al personaje en sí.
Su llegada al pueblo y los primeros momentos que pasan allí son de lo mejor de la película, el rememorar esos recuerdos dulces de la adolescencia, esos veranos en que se salía con los amigos y los primos por la noche o a la playa, y los primeros contactos con ese antiguo amor, Martina (una Inma Cuesta que logra hacer un buen tándem con el personaje de Quim). Por desgracia se profundiza poco en esta historia pasada, daba para mucho más contraponiéndola con los 10 años que han pasado, poder ver la evolución de ambos, y permitiéndonos a los espectadores conocer mejor a los personajes que son el eje central de la historia. Pero se tira más bien por caer en el uso de historias paralelas de menor interés que el director debió creer imprescindibles, yo no. Por un lado conoceremos a El Bachi (un Antonio de la Torre que hace un buen papel como borracho del pueblo) y a su hija Clara que es prostituta, y centrarán bastante metraje en estos personajes, que sin desmerecer, no deberían tomar tanto protagonismo o necesitaban estar un poco más elaborados para hacerlo. Asimismo la aparición de la novia de nuestro nada afortunado amigo del parche, será intrascendente y 100% prescindible.
La sensación que me queda es que se abren bastantes frentes y en ninguno se llega a entrar a matar, solo se esbozan situaciones, gags sueltos y los minutos pasan sin que los personajes evolucionen demasiado, se nos cuenten cosas emocionantes de verdad, haciendo que el interés vaya a menos a medida que pasan los minutos.
Un cierre de la historia relativamente previsible, tal vez demasiado happy y algo insustancial, acaba por dejarnos la sensación de haber visto una comedia correcta pero un tanto desaprovechada y vacía en algunos tramos o personajes. Una lástima porque el guión podía haberse trabajado bastante más para dar como resultado una comedia más ácida y perdurable en la memoria, a mí ya se me empiezan a borrar algunos detalles, que pena...
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