viernes, 17 de junio de 2011

HANNIBAL (2001)

Recuerdo haber disfrutado a horrores la exquisita novela de Thomas Harris, donde detalle a detalle me hizo imaginar un Dr. Lecter extremadamente sofisticado a la par de interesante, y me atrapó de principio a fin su mixtura entre demencia e inteligencia.
También recuerdo haber degustado el film que repaso a continuación, con la firma del gran Ridley Scott (aunque últimamente no nos ofrezca ni Aliens ni Blade Runners) pero con esas garantías de buen cineasta que le acreditan. El resultado, aún con sus aciertos, se queda a las puertas de lo que podía haber sido. Situados una década después de los sucesos narrados en la elogiable "El silencio de los corderos", (curiosamente, 10 años reales desde aquella), enfoca las vidas paralelamente de Hannibal Lecter, que se oculta en Florencia disfrutando del arte y la cultura que tanto aprecia, la agente Clarice Starling (sin Jodie Foster, pero con una Julianne Moore a la altura) y de Mason Verger (un Gary Oldman escondido tras una cara destrozada) que fue una víctima de las manipulaciones del doctor Lecter y que clama venganza desde su millonaria mansión sobornando al FBI y a quién haga falta. Adapta con buen ritmo los desafortunados sucesos de la agente Starling, ahora expulsada indebidamente del cuerpo, y como le consume su obcecación hacia el doctor Lecter, al que lleva años intentando encontrar. También es interesante la presentación de Hannibal en Italia, con sus refinados modales y su relación con el inspector Renaldo Pazzi, víctima por entrometerse egoistamente en los asuntos de nuestro caníbal protagonista con muerte dantesca incluida (nunca mejor dicho).
La incesante búsqueda de Verger hacía Lecter logra su objetivo y consigue atraparlo, pero el gélido carácter de éste no le pone las cosas fáciles a nadie y no le será tan sencillo.
En cierto modo, el patrón argumental que usa Ridley es bueno, ya que no aburre en absoluto, pero sales con una sensación de pequeña decepción tras ver malogrado un enorme personaje con algunas triquiñuelas cinematográficas prescindibles (cintas de audio con sus anteriores conversaciones sonando constantemente, numerosas alusiones al primer encuentro o comportamientos impropios de agentes del FBI (Ray Liotta, en mi opinión, infumable)).
Si se le añade un alargado metraje con escenas interminables, la cosa empeora, ya que nuestro aguante, por entusiasmados que estemos, acaba por ganarnos la partida y salimos agotados de seguirle el juego al Sr. Scott. No es por Anthony Hopkins (no puede haber otro Hannibal, pese a notársele trabajando ya por encargo) ni por su partenere, sino por ese montaje parco de ritmo que la cinta nos ofrece, teniéndonos como toros enfurecidos sin salir al ruedo.
Hay algo de buena intención en todo ello, ya se sabe, la composición musical (digna de los gustos del psiquiatra), la delicada fotografía de Florencia y detalles que perseverarán en nuestras retinas para siempre (el cerebro de Liotta servido a sí mismo), pero las enormes intenciones que proponía el libro se ven claramente afectadas por una narración fílmica algo tosca a fin de cuentas. Tampoco explican de qué manera Lecter consigue pasar desapercibido entre esos países tantos años, pero tenemos que pensar en su maravilloso talento y montarnos nosotros mismos esa parte. Tal vez no consiga ser ni mordaz ni hiriente en su cometido, pero al menos conserva un personaje mítico y algo de destreza visual nada desdeñable.
Anecdóticamente diré que en nuestro viaje a Italia, visitando Florencia, estuvimos en la perfumería donde Lecter compra sus fragancias y es casi idéntica, escalofriante visita, sin duda.
Por casualidad también visitamos todos los lugares donde filmó sus secuencias y eso gratifica tanto a nivel cinéfilo que se verá reflejado en mi nota final, pese a quién pese. De hecho, existe una guia turística de Florencia llamada "Hannibal Lecter : Visit the places of the city where he was" que nos sumerge completamente en su día a día, resultando como mínimo interesante. En resumen, una propuesta algo decepcionante pero elegante y sofisticada que nos devuelve un personaje mítico, pero que no consigue llegarnos tan adentro como su antecesora.

1 comentario:

  1. Es muy floja realmente, para mi gusto no da la talla en ningún momento y ni los efectismos de abrirle el craneo a Liotta la salvan de ser una muy mediocre adaptación del libro. No encontré casi nada de lo que me transmitió el libro en el film y se deja ver simplemente por la personalidad de Lecter. Aún así se pierde casi todo: La exquisitez tanto musical, su refinado olfato con los perfumes o su excelente conocimiento culinario del bueno del Doctor, aquí quedan reducidas a un par de visitas a algunas tiendas de Florencia y para de contar, no saben transmitir el sentimiento que despierta en él y por consecuente mucho menos a nosotros.
    La captura de Lecter en la película es de risa, casi parece que Lecter sea el tonto del pueblo, muy poco trabajada y lejos del montaje que tienen que hacer en el libro. Salvando un par de detalles como la ambientación o el policía italiano, el resto es cine de rebajas que vive de rentas sin ningún esfuerzo por ser una nbuena secuela. No sé si le llegaría a dar más de 6 pelado.

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