lunes, 20 de junio de 2011

DR. JEKYLL Y MR. HYDE (EL HOMBRE Y EL MONSTRUO) (1931)

El eminente Dr. Jekyll (Fredick March) da una charla en un auditorio científico a rebosar para escuchar en esta ocasión su teoría según la cual  existe una dualidad en la personalidad de la gente: una parte positiva capaz de las mejores obras y logros, y otra negativa que es la que impide que el hombre alcance las cotas más altas en su desarrollo. Jekyll se propone llegar a separarlas y liberar así todo el potencial de la mente humana. En esta ocasión la exposición del doctor tiene poca aceptación entre la comunidad científica, creando mucho escepticismo ante tales ideas.
Tras la charla el doctor visitará a su prometida, la joven Muriel Carew (Rose Hobart), con quien quiere casarse lo antes posible, sin embargo el padre de Muriel, el General Carew (Halliwell Hobbes) pide que se respeten las tradiciones y les exige un largo tiempo de prometidos. Algo más tarde desencantado de como ha ido el día y paseando con su amigo el Dr. Lanyon (Holmes Herbert), ayudará a una joven en apuros, Ivy Pearson (Miriam Hopkins) que resultará ser una artista de music-hall (aunque en esta primera secuencia da para pensar que es una prostituta) y que tentará al bueno del Dr. Jekyll con quedarse a hacerle compañía para recompensar su inestimable ayuda.
Ya en su laboratorio el doctor probará consigo mismo la poción que le acabará convirtiendo en Hyde (del inglés "hide" / oculto) y que liberará sus deseos más escondidos y reprimidos, recordando evidentemente la nada desdeñable invitación que recibió por parte de Ivy, la joven a quien ayudó...Adaptaciones del personaje clásico del Dr. Jekyll y su alter ego Mr. Hyde, las ha habido practicamente desde el inicio del cine y seguirán apareciendo en el futuro, ya que sin duda alguna, esta dualidad interior del alma humana es un rasgo inherente en toda persona sin importar la época en que nos situemos. Con dos versiones mudas anteriores (en 1913 y 1920), ésta que estamos tratando hoy es la primera adaptación para el cine sonoro, y quizás la mejor de todas ellas (aunque la versión de 1941 protagonizada por Spencer Tracy también está muy bien valorada y que espero ver en breve para dar mi opinión). En años posteriores la mayoría de propuestas rescatando este personaje, no han pasado de mediocres y en algunos casos son bochornosas como la perpetrada en fórmula de comedia (cuesta darle este adjetivo y se me ocurren otros mucho más faltones) con el título de Dr. Jekyll and Miss Hyde (para olvidar).

Por fortuna la que tratamos hoy en este hilo es una grandísima adaptación que consigue captar y transmistir la esencia de la historia creada por Robert Louis Stevenson (conocido también por obras como La isla del tesoro o La flecha negra). La película tiene un arranque sorprendente, no por ninguna circunstancia argumental a destacar sino por el trato de cámara que se dará al doctor durante los 5 primeros minutos mediante el uso de plano secuencia, donde la cámara toma en primera persona al doctor y vemos lo mismo que ve él ve: dirigiéndose a su criado, mirando en el espejo como le queda la ropa, subiéndose a un carromato, hasta el momento en que se dirige a su público para hacer su discurso. El uso de este tipo de enfoques para 1931 lo encuentro sorprendente, novedoso y muy acertado. Más tarde, una vez transformado en Hyde, recuperemos durante unos instantes el mismo punto de vista para ver el reflejo del monstruoso ser por primera vez en un espejo. Es una verdadera lástima no haber estirado esta secuencia un poco más y ver los primeros avances por la calle de Hyde, pues desde esta perspectiva podría haber sido muy interesante observar la reacción de aquellos que se hubieran cruzado con él.
A nivel técnico también destacaría la primera transformación, pues utiliza un torbellino de imágenes que van girando sin parar, entremezclando recuerdos y diálogos anteriores, y alternándolas con las de una olla que está en el fuego y que justo cuando acaba la transformación salta la tapa para derramar su contenido, como indicando que se ha vertido algo incontrolable... y así es.
Los cambios de plano también son dignos de mención, con fundidos largos, y en otras ocasiones con la pantalla partida mostrando dos lineas de acción diferentes al mismo tiempo.
En cuanto a los efectos especiales son magníficos, con primeros planos en los que vemos la sufrida cara de Jekyll mutando lentamente hasta Hyde, o juegos de cámara para ir pasando de las manos a la cara y viceversa para poder apreciar los diferentes cambios que va experimentando, completándose con una excelente labor de maquillaje.
Sin llegar a ser una película de terror al uso, se genera una tensión continua por la gran lucha interna que libra Jekyll para controlar sus instintos ocultos (llegando incluso a tratarse la tentación sexual o la tortura, que para la época eran temas tabú), dejando de lado la necesidad de mostrar sangre o escenas explícitas.
El único punto que si acaso lastra un poco el film es la vena romántica de la relación de Jekyll y Muriel, que quizás en algún momento se dilata más allá de lo necesario, pero son obligaciones del cine de esa época.
Las actuaciones son solventes, siendo Fredick March en su doble papel quizás el más destacado de todos, creando una caracterización muy interesante del descontrolado Hyde que le valdría ganar el Oscar ese año (curioso el parecido con un simio al transformarse, del cual incluso copia algunos movimientos, dejando entrever que es la parte animal más primitiva de nuestro ser la que nos puede llegar a corromper).
Una fantástica ambientación acaba por completar un clásico imperecedero del cine de terror que no dudo en recomendar.

3 comentarios:

  1. Me ha parecido de las mejorcitas reseñas que has hecho. Interesante punto de vista.

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  2. No, si al final de tanto escribir acabaremos pudiendo hacer algo más laborioso que la lista de la compra... ^^

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  3. Ayer tuve ocasión de disfrutar este film de Mamoulian. Me quedé realmente fascinado, nunca antes había disfrutado tantísimo de la historia Jekyll/Hyde y encima, filmada magistralmente. Una vez vista, uno entiende porqué nunca llegó a estrenarse en España (erotismo más que sugerente, esa parte indecente del individuo que sale por la puerta de atrás a beber, irse de "cabaré" o "pellizcar" mujeres estando uno prometido....) todo ¡¡a principios de los años 30!!. Increible.
    El actor hace un papel prodigioso, los diálogos son deliciosos y la ambientación, de quitarse el sombrero.
    La relación que comentas con su amada creo que es necesaria para equilibrar ese contraste entre el doctor burgués educado y la bestia indecente y agresiva que lleva dentro (que llevamos dentro).
    Con todo, entiendo tu percepción, pero no creo que sea un punto desfavorable.
    Una película fantástica, cercana al terror (da un mal rollo Hyde que no veas...) y con esos planos de cámara subjetivos asombrosos. Un gran hallazgo por mi parte al que puntuaría con un 8,5 sin pestañear.ç
    Classic. Ahora, a por el film de Tracy.....

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