
La gran maquinaria del cine americano apuesta por estos nuevos "talentos" de fuera de sus fronteras adjudicándoles por norma general algunos remakes de éxitos pasados, donde la taquilla está casi asegurada y valorándolo en función de lo rentable que consiga ser.
Es el caso del cineasta parisino Alexandre Aja (34 años), que en 2003 sorprendió a todo el mundo con una estimable cinta de terror titulada "Alta Tensión"(realmente conseguida, por cierto), y que ya realizase un par de remakes en los USA (rodando "Las Colinas Tienen Ojos" en 2006 y "Reflejos (Mirrors)" en 2008), ambas de rentabilidad satisfactoria cuanto menos.
Ahora, ha sido el encargado de recuperar el filón creado por Joe Dante en 1978 con su clásico "Piraña" , pero obligatoriamente maltratado con la cansina tecnología tridimensional que apabulla cualquier proyecto actual sin compasión.

Aquí, la excusa son unos repentinos seísmos en el lago Victoria de Michigan, que nos sirven como desencadenante para la liberación de unas pirañas prehistóricas que sobrevivían en las profundidades y que sembrarán el terror en la población cercana. La celebración de una enorme fiesta adolescente en el lugar nos deja claro que la carnicería será inmediata, sobre todo con esos jovencitos bebiendo, bailando y pavoneándose de manera incauta por el agua, siendo la perfecta merienda de las peligrosísimas pirañas.



De hecho, la perfecta combinación entre comedia y terror que realiza Aja aquí es encomiable, trasladando los tópicos del género con auténtica y pretendida desfachatez y firmando la más brutal de las películas sobre ataques acuáticos que jamás se haya filmado. De eso no nos cabe duda alguna.
Homenajeando libremente también a "Tiburón", se atreve a zamparse al mítico protagonista de aquella en la primera escena como si fuera él el responsable del problema (Richard Dreyfuss y esa dichosa cerveza...) mientras canturrea la misma canción del celebrado film de Spielberg.
Dentro de esa locura de sangre y frenesí, también hay tiempo para descubrir secuencias de una extraña belleza cinematográfica (esa hipnótica escena subacuática de dos espectaculares bellezas sólo ataviadas con unas pequeñas aletas en los pies), de simpáticos reencuentros cinéfilos (Elizabeth Shue y Christopher Lloyd, juntos de nuevo desde "Regreso Al Futuro") o la colaboración de algunas actrices de género más eXplícito (Riley Steele, Ashlynn Brooke o Gianna Michaels), que hacen de esta película una combinación suculenta de perversiones de toda índole, pero sobre todo, una experiencia desenfadada y valiente.
Por contra, carece de mayor entidad de la que hace gala, y es pasto de su propia condición, que es para un consumo fácil y efímero, sin descubrirnos nada nuevo en lo que reparar.

En definitiva, y para no alargarme más diciendo lo mismo, comentaré que es una inyección de gamberrismo gore a merced de un rebaño juvenil que llenará el lago Victoria de festividad sanguinolenta y dará al espectador más salvaje su dosis anual de hemoglobina.
Todo un ejercicio de carnicería desvergonzada con incluso penes seccionados en 3D.
Ahí dejo eso para el que lo quiera pasar en grande sin prejuicios. Y como no podía ser de otra manera, ya está anunciada su segunda parte, Piraña 3D2, que si no me equivoco, eternizará el mismo concepto.
Vas recuperando rápidamente tu media de desnudos por crítica... y esta vez me traes actrices porno y todo, un crack!!! Típico producto para distraerse con sangre yentrañas por doquier. Mi pregunta va hacia los efectos. ¿Está logrados? ¿O solo se ve la típica escena con burbujeo y el agua tiñéndose de rojo?
ResponderEliminarEstán bastante logrados, y especialmente brutos, también quiero aclarar. Parece una cinta gore con mayúsculas....
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