Toca disfrutar de una golosina nipona de consumo nocturno muy desprejuiciado (esperada para los amantes de este género) titulada "Bloody Chainsaw Girl". Una nueva demostración de que los japoneses, en lo referente al cine más gamberro, sangriento y pasado de tuercas, son los mejores. Sin discusión.
Quien no tenga referentes sobre este tipo de producciones podría padecer un fallo cardíaco o un desprendimiento de retina durante su visionado, o incluso sentirse desorientado por la sobredosis de referencias desconocidas con las que tropezará.
Por el contrario, si se está más o menos familiarizado con el inconfundible modo de entender el nuevo gore nipón, se volverá a encontrar con un festín hiper canalla, una nueva orgía hemoglobínica y descarada repleta de colegialas armadas, casquería ilimitada y un humor de otra galaxia, donde sólo se busca la diversión y el disfrute sensorial a toda costa, sin mayor complicación.
Un ejemplo de cómo los japoneses se desprenden durante aproximadamente 1 hora y cuarto de la gran cantidad de corsés de una sociedad reprimida y antisocial; una vía de escape para desahogar su rutina y ver en pantalla lo que siempre han querido hacer en sus pensamientos más oscuros; véase, verle las tetas a las escolares buenorras, trocear miembros humanos con una sierra eléctrica o hincharse a ver bragas mientras luchan dos chicas a muerte. En fin, el sueño de muchos chicos... japoneses.
Esta "Bloody Chainsaw Girl" nos vomita ya en sus primeros 10 minutos una dosis inconfundible de todos estos elementos, con un inicio de la acción frenética y delirante, presentándonos a la guapa Giko, la colegiala de marras, armada con una sierra eléctrica eliminando a mansalva a un grupito de ex-alumnos alterados, infectados y robotizados (todo junto), en una especie de apocalipsis mutante. Nada más y nada menos.
Una suerte de película desquiciada donde todo vale, pues hay proyectiles vaginales, cabezas cercenadas con pies metálicos, sangre a borbotones o absurdos ninjas de cuarta; y como ya es costumbre, nos deleita con las esperadas batallas a muerte en las azoteas con armas imposibles, profesores de instituto trastornados o subtramas de lo más surrealistas (¡¡ese examen de maquillaje!!). Todo esto acompañado de un ritmo non-stop y muchas ganas de juerga visual. En fin, irresistible.
Si bien es cierto que la película tiene momentos en que se desinfla en pro de secuencias menos inspiradas, no se le puede acusar de tomarse en serio a sí misma en absoluto, pues ni pierde su espíritu sinvergüenza ni aspira a más que a darnos carnaza que exorcice nuestros deseos más oscuros.
Se trata pues de un film moderadamente aceptable, si bien inferior a mejores producciones del género como "The Machine Girl", "Sukeban Boy" o "Mutant Girls Squad", y donde lo importante es llegar a contentar a un público muy fiel que ansía cada vez más desfase de locura y tripas; eso sí, todo desde una perspectiva dulcemente ingenua, algo irresponsable pero muy divertida. Una mezcla tan sugerente como imposible de comprender desde nuestra mirada occidental.
Allá en los años 70, en plena era del exploit y de las sesiones grindhouse, era bastante común encontrarse con filmes de Serie B conocidos como rape & revenge. Películas en las que una chica incauta (o grupo de jovencitas) eran torturadas/violadas/masacradas por un grupo de psicópatas o desalmados masculinos para después ser ajusticiados por las mismas chicas o familiares.
El infame film de Wes Craven, "La última casa a la izquierda (1972)" es una de las piezas clave de tan políticamente incorrecto subgénero. En estos tiempos de dictadura moralista, es cada vez menos común toparse con estos trabajos, o por lo menos encontrarlos con la mala baba y gamberrismo que tenían sus congéneres setenteros.
"Revenge" es una nueva muestra de este rape & revenge de nueva hornada, que valga la ironía, acaba resultando “más revenge y menos rape”. Un filme que presenta varias particularidades: la primera, su procedencia; es francesa y por tanto perteneciente a esta nueva oleada de gore galo sin complejos; y en segundo lugar, se trata de la ópera prima de Coralie Fargeat.
El trabajo de Fargeat ha resultado ser toda una sorpresa y un producto tremendamente disfrutable, visto desde la perspectiva de una película sin prejuicios y de pura diversión con casquería. En ella, nuestra heroína pasa de ser la mayor pija del extraradio, con sueños de convertirse en modelo y muy bien provista de unos tremendos atributos físicos que harían palidecer a Irina Shayk, hasta, tras sufrir una serie de catastróficas desdichas, pasar a convertirse en una Lara Croft gore, una Rambo femenina dispuesta a vengarse de sus torturadores. Una obra provista de un cúmulo de situaciones imposibles de pura ciencia ficción (nuestra protagonista sobrevive a una serie de accidentes verdaderamente mortales), que si se superan y se entra en el juego de la pura fiesta, resultará una experiencia muy gratificante.
El film no anda escaso de aspectos grotescos precisamente, y la sangre salpica salvajemente ya desde un inicio. La dirección es verdaderamente acertada, con cierto tufo (agradecido) a videoclip y unas imágenes que contagian tensión y adrenalina. Un visionado que se hace ameno y ágil, "Revenge" es divertidísima y verdaderamente sangrienta, y hará las delicias del fan, si se logra superar sus momentos de ciencia ficción a lo Chuck Norris.
Había mucha expectación tras los primeros avances de "Mandy", presentando una idea de base insuperable como es ver a un cada vez más desbocado Nicolas Cage, ensangrentado y moto-sierra en mano, enfrentándose a una secta pseudo-católica y demás criaturas del averno. Y así lo demostraba una kilométrica cola que daba la vuelta al Auditori Melià siendo poco más de las 8 y media de la mañana.
El resultado final seguro que no era lo que esperaban exactamente muchos de los espectadores. Red (Cage) es un leñador que vive alejado del mundo junto al amor de su vida, Mandy; un día, mientras da un paseo abstraída, se cruza sin saberlo con el líder de una secta que desarrolla una obsesión por ella. Decidido a poseerla a cualquier precio, él y su grupo de secuaces invocan a una banda de motoristas venidos del infierno que la raptan, y en el proceso, hacen añicos la vida de Red. Con la obvia intención de vengarse y equipado con toda clase de artilugios, pone en marcha una matanza que deja cuerpos, sangre y vísceras allá por donde pasa.
El film está dirigido de manera muy personal por Panos Cosmatos, quien te introduce en una experiencia visual única y original que espantará o se adorará a partes iguales.Un estilo visual surrealista, un viaje lisérgico donde predominan ambientes con filtros rojos muy marcados y la sempiterna banda sonora a ritmo de una estruendosa guitarra eléctrica compuesta por el tristemente fallecido Jóhann Jóhannsson.
La obra se compone de dos partes muy diferenciadas. Una primera hora hipnótica, densa y lenta, situada mayoritariamente en una cabaña, donde Cage y su compañera son asaltados por la secta de tarados cristianos, ya que el líder de ésta, como he avanzado, dice sentirse maravillado y deslumbrado por la mujer del gran Nicolas.
Una primera mitad que cabalga pues entre la fascinación y el hastío con un tempo inesperado para el que se ansiaba una fiesta gore con Cage masacrando villanos desde el minuto uno. En la segunda hora vemos la tan deseada venganza, donde los “Jesus Freaks” son masacrados. Es destacable la desagradable presencia de una especie de cenobitas motoristas del infierno que harán pasar un mal rato a nuestro anti-héroe.
Nic Cage sigue dándolo todo a nivel interpretativo, a pesar de encadenar bastantes filmes de muy dudosa calidad, y ofrece una interpretación intensa y pasada de vueltas (la escena del lavabo es gloriosa en ese sentido, con una botella de vodka engullida como si fuera agua).
"Mandy" es irregular pero fascinante en su forma y estilo visual; logra trasladarte a un mundo tenebroso y al infierno de una forma literal gracias al poder de sus imágenes y la maquiavélica e inolvidable banda sonora, que funciona como una invocación al mismísimo demonio.
El resultado en definitiva es curioso, hipnótico y cansino a partes iguales. La historia está mil veces vista y se antoja repetitiva, pero es en el poder de sus imágenes donde esta "Mandy" merece una oportunidad. Recomendable.
Un emocionado Pascal Laugier confesaba minutos antes de la proyección de "Ghostland", su cuarto largometraje, que hace 10 años Sitges fue determinante para que su carrera no se frenara en seco, pues la crítica francesa masacró "Martyrs (2008)", su obra más contundente hasta la fecha y un claro exponente de la denominada New French Extremity, hasta el punto de querer tirar la toalla. Irónicamente, obtuvo el efecto contrario en el certamen del pueblo catalán, más tolerante y abierto con estos géneros tan extremos si se quiere matizar, recompensándole con una acogida por todo lo alto, además de llevarse un premio por su impresionante maquillaje (mítico despellejamiento) y convertir su obra en un instant cult classic.
Queda patente, observando su corta pero intensa filmografía, que al galo lo que le apasiona es el terror sin concesiones. Más concretamente todo lo relacionado con el horror que rodea el cautiverio, explorando los límites y comportamientos humanos relacionados con la tortura física y psicológica, cruzando líneas rojas y pisando terreno espinoso siempre que puede.
Cierta predilección por el género femenino marca su estela fílmica, siendo ellas siempre las protagonistas de los calvarios que plantea, por así decirlo. No pienso que haya mayor lectura en eso, por más que algunos sectores quieran destapar desequilibrios sexistas o incluso sádicos en el autor.
Su nuevo trabajo, originalmente llamado "Incident in a Ghostland", sigue una estructura no por previsible menos respetable en el cine de Laugier, llevándonos de mudanza junto a una familia (madre y 2 hijas en la adolescencia), a una alejada casa que acaban de heredar, y siendo testigos de cómo son asaltadas por un par de dementes psicóticos, violentos y obsesivos, obligándolas a realizar extraños rituales.
Lo más interesante de Ghostland, además de su fiereza narrativa, siempre impulsiva, aterradora y valiente (solo hay que ver la tensa primera escena de las muñecas), es en qué punto se detiene Laugier a inspeccionar la psique del ser humano, alterando nuestra realidad y mostrando que en circunstancias extremadamente estresantes, la evasión de la mente es tal, que se distorsiona a una escala desconocida.
Es ahí, en esa idea tan peligrosa, donde coloca la lupa de nuevo el siempre atrevido cineasta francés, y no tanto en el dolor físico que sufren las protagonistas (que lo hay, y mucho, por descontado), pero que claramente le sirve como vehículo para llevarnos al borde del desquicio, cruzar esa oscura línea donde te desbordas por someterte a tus fronteras racionales.
Film pues de interesante poso discursivo, más sustancioso de lo esperado por bucear dentro de una premisa muy válida, con ecos de Lovecraft incluidos, pero que en su afán de no decepcionar a sus seguidores, acaba por disfrazarse de lo que se esperaba de él, volviendo al terreno del gore a cualquier precio, y a veces de forma gratuita, solo buscando el aplauso.
Nuestro regalo de fin de fiesta, además de la presencia del mismísimo John Carpenter (concierto a teclado incluido) dentro del festival de este año, fue el estreno, por fin, del slasher más esperado de la temporada, "La Noche de Halloween (2018)".
Con un hype por las nubes y una sala, no os engaño, hasta arriba de entusiasmados y muy nerviosos fanáticos de la franquicia (obviamente luciendo sus innumerables camisetas, mochilas y demás con la imagen icónica de Myers), presenciamos una experiencia grupal inolvidable, y no tanto por la calidad final del producto, sino más bien por el impresionante ambiente que es capaz de generar el visionado de una película, aún en nuestros días.
40 años después del estreno del original de Carpenter, y obviando las pseudo-secuelas, remakes y derivados durante este período (no por ello desechables, ni mucho menos), la nueva entrega se presenta como la continuación canónica del original, con un Michael Myers ya entrado en años escapando del sanatorio mental donde ha estado ingresado 4 décadas en silencio absoluto, y haciéndolo, curiosamente, la noche de Halloween.
La alarmante nula originalidad de la propuesta poco importa a estas alturas, pues siempre se puede girar el prisma y darle una explicación cariñosa como si de un homenaje al género se tratara. A mí no me cabe la menor duda de que la jugada es a tres bandas.
Una protectora Jamie Lee Curtis trata de que su familia no sufra como ella
Por un lado, una historia previsible pero sobradamente contrastada asegura una buena recepción de cara al seguidor, que la convertirá en rentable (y más aquí con Jamie Lee Curtis retomando el rol de Laurie Strode). También busca rescatar la fórmula de asesino con cuchillo, antes pura serie B, dotándola de presupuesto y trayéndola al mainstream, algo que, seguramente, se empiece a realizar en masa con otros títulos, vistos los resultados (a ver cuánto tardan los buenos de Jason o Freddy en reaparecer).
Michael Myers no se rehabilita ni un pelo
Y por último, dar protagonismo total a las mujeres en las películas de terror (género donde solían ser casi todas recauchutadas, expuestas y luego troceadas), buscando unir generaciones como si de una carrera de relevos se tratase y sumarse así a los nuevos tiempos. De esta última parte se pueden extraer varias lecturas tras comprobar que se ha convertido en uno de los estrenos más taquilleros de los últimos tiempos con heroína de por medio.
Irónicamente, lo que antes resultaba sexista (cuando simplemente era el paroxismo más básico del terror), ahora, visto desde el lado opuesto, se aprecia como un síntoma de fortaleza sexual femenino, una cumbre por fin conquistada que no admite el mismo rasero crítico.
El director de "Superfumados", David Gordon Green, enfoca su mirada sin demasiada personalidad, copiando planos y secuencias completas del original y aunque, eso sí, asesinando más de lo habitual, incapaz de lograr un clima verdaderamente terrorífico, tan solo briznas de lo que fue, en parte por el uso inteligente de la música propia de la saga, actualizada por el propio Carpenter para la ocasión, y de nuevo inolvidable.
Es más significativa por el efecto social que conlleva que por su calidad como película; más estudiada que lograda y, aunque nos alegre volver a ver asesinar al imponente e icónico Myers, no es más que la misma jugada repetida, una trampa de despacho a la que caemos conformes y encantados, pero no convencidos ni ciegos. Un slasher de fogueo que no pasará de ser un mero guilty pleasure para una generación entera.
Sábado. Cuarto día en Nocturna. Percibimos ya en las calles el ambiente festivo debido a la inminente Final de Champions entre Real Madrid y Atlético. Una jornada calentita en la capital que arrancamos con una de nuestras obligadas visitas por el parque del Retiro (donde coincidimos además con la gigantesca Feria del Libro 2016) donde además, centrifugamos y comentamos todos los films que hemos visto o que veremos a continuación.
El primer pase cinematográfico de este día era con un film español de erotismo y horror rodado en 1977 titulado "Escalofrío", y que fue todo un éxito comercial en España en su momento. Sin duda, por lo suculento que era en aquellos días el planteamiento (bueno, y lo sigue siendo) de juntar apetecibles muchachas en cueros con satanismo en un marco nacional de reciente liberación cultural.
Sin embargo, antes nos arrojan a los ojos un cortometraje (aunque yo lo llamaría "cortohomenaje") de un tal David García que ha conseguido reunir a viejos nombres del panorama fantástico español y les ha dado cobijo en un proyecto sin mayor pretensión, hecho por y para fans, como él mismo no tarda en confesarnos. Lone Fleming, José Lifante, Antonio Mayans, Loreta Tovar o Sandra Alberti entre otros, aparecen en este cariñoso trabajo con base a los templarios Ossorianos titulado "El último guión", y que sin apuntar maneras ni sobresalir en aspecto alguno (más bien todo lo contrario), no es sino un inofensivo tributo más a una época de nuestro cine, una diminuta resurrección de unos villanos ya míticos, con, eso sí, el suficiente y necesario respeto. Así que, por nuestra parte no hay nada que objetar.
A continuación, y para nuestra sorpresa, proyectan un documental sobre "Escalofrío" llamado "Satan's Blood, recuerdos de Escalofrío", que a base de entrevistas a los responsables, desgranan los entresijos de aquél rodaje, y que por supuesto, nos regalan media docena de spoilers que a parte de dejarnos noqueados, también consiguen que no veamos el film que veníamos realmente a ver (debería haberse proyectado luego, sin duda un error de programación). El motivo de nuestra ausencia a esa proyección se debe, sin embargo, a la promesa que John Landis hizo de que estaría alrededor de 1 hora firmando autógrafos en el hall, así que decidimos ir raudos a su encuentro.
Conseguimos un par de foto-cromos de los años ochenta y tuvimos el inmenso honor de charlar con él unos minutos, además de llevarnos un autógrafo dedicado. David además se pudo quitar una espina de encima y le comentó a Landis en persona que no durmió de pequeño por su culpa, debido al escalofriante Thriller o a Hombre Lobo americano en Londres. Momento inolvidable para ambos y uno de los puntos fuertes de Nocturna, la cercanía con los invitados, sean de la talla que sean.
Tras sufrir en mis carnes la victoria del Real Madrid de su undécima Liga de Campeones en el tormento de los penalties, volvemos a lo verdaderamente importante....¡el Cine!.
"Patchwork" de Tyler MacIntyre, nos esperabaya de madrugada para ponerle la guinda a un sábado completo, pues la cinta canadiense prometía mala leche, humor y vísceras. Justo lo que nos hacía falta para aliviar nuestras cansadas mentes.
Tres chicas se despiertan en un lugar desconocido y fusionadas en un único cuerpo, como si del monstruo de Frankenstein se tratara, pero manteniendo intactas las 3 consciencias. Ahora tocará averiguar quién es el culpable de dicha atrocidad para así preparar una venganza.
Un fotograma de Patchwork, una propuesta que seguro tenía mejor pinta sobre el papel
Bien, tras un arranque moderadamente prometedor (con Mad doctors, cadáveres, laboratorios cochambrosos y chicas guapas), luciendo buena factura y con diálogos desconcertantes...llega de nuevo la decepción. Un sinfín de horrorosas e insoportables conversaciones a tres bandas no tardan en llegar, con chismorreos adolescentes y borrachera de escenas sonrojantes mientras las tres chicas con sus problemas de chicas escogen su ropa (¿este sombrero o el otro?), o se gritan entre sí, aburriendo al espectador.
Muy floja aún no siendo del todo irritante, pues entendemos que desaprovecha una historia válida y gamberra, narrándonosla desde su vertiente menos interesante. Sin ser desechable, se queda en poca cosa, y es una pena (por cierto, es verdaderamente alucinante su nota en imdb, para llorar).
En nuestra segunda jornada de Festival, asistimos a la presentación de la nueva figura de Paul Naschy en el museo de cera madrileño. Una estatua diseñada por Alfonso Azpiri y realizada por el maestro inglés afincado en España Colin Arthur (colaborador de maquillaje y FX en films del calibre de "La Historia Interminable I & II", "Conan, el bárbaro", "Furia de Titanes" o "Yo, Cristina F", entre tantas otras), ambos presentes.
Al curioso evento, además de los hijos y la viuda de Naschy, asistieron también caras conocidas de la cinematografía nacional como Jack Taylor, Lone Fleming, Antonio Mayans, José Lifante o Saturnino García. Todos ellos ex-compañeros de Jacinto "Paul Naschy" Molina en la gran pantalla.
Al parecer, el propio Molina (rezumando humildad) creía justo que una figura suya, como adalid del fantaterror español, estuviese presente en el Museo de Cera dentro del espacio dedicado al horror.
Él no la pudo disfrutar en vida, pero a partir de este junio de 2016 el visitante al recinto podrá visitar no sólo al Hombre-lobo, Jekyll / Hyde, la momia o a Vicente Del Bosque, sino también al ya mítico Paul Naschy, quizás en un figura no del todo lograda, pero de obvia relevancia nacional.
Colin Arthur, presentando en castellano su figura de Naschy
Sorprendidos por el nivel de buena parte del museo
Junto al mago Colin Arthur y Víctor Matellano, director y escritor.
Con Saturnino García, el gran Justino.
Aprovechando la visita al Museo de cera decidimos armarnos de valor y subirnos a su "Tren del terror", atracción verdaderamente obsoleta que sin embargo nos procuró uno de los momentos cúspide de nuestro trayecto. Un viaje en el tiempo a los 80, y que resultó ser un paseíto de lo más delirante (con niño muerto en las fauces de un dinosaurio, batiburrillo de héroes de acción o Rambo en vietnam incluidos....). En fin, una experiencia cinematográfica,sí, pero muy sonrojante....aunque divertida.
Ya de vuelta a las butacas del Palafox, nos preparamos para deglutir un nuevo cortometraje, esta vez uno desde Uruguay titulado "El Guardián", de Pablo Moreira. Pablo nos regala una presentación elocuente y original desde la gran pantalla y con su particular dosis de humor macabro. El corto, donde un portero de un edificio será "vampirizado" en circunstancias extrañas, está muy bien fotografiado y presenta una puesta en escena más que decente, con varios puntos de interés (el vampirismo como alegoría social del crimen, la soledad de un trabajo nocturno...) además de estar bien actuada, pero por contra apunta cierta arrogancia conceptual al no estar del todo a la altura de su pretencioso discurso narrativo.
El siguiente largometraje, "Sensoria", se erige como un digno ejemplo de cómo los suecos plantean sus terrores. Edificios fríos, barrios despoblados, con pocos y extrañísimos vecinos y con un elemento turbador como hilo conductor.
En este caso, una mujer en la treintena (sola, triste y desdichada, por supuesto) que se muda a un apartamento con fantasma. Pese a algunos recursos molestos como las cámaras de ojo de pez, grifos goteando o continuos planos desechables por repetitivos, guarda una buena atmósfera, fría y desangelada, y contagia una rara sensación de sugerente terror. Nada escalofriante pero sí estimulante, y sin duda una forma curiosa de enfocar el temor por lo oculto (en cierto modo, recuerda a la admirable "Déjame entrar" de 2008, aunque salvando las distancias).
Confusión psicológica, crisis de edad o ese tratamiento tan sutilmente apropiado sobre la maternidad, convierten a "Sensoria" en una película aceptable, algo aburrida por momentos pero destacable dentro del Festival.
Tras unas alhambras fresquitas y unos trozos de pizza, continuamos nuestra sesión con un cortometraje Canadiense-Mexicano titulado "Madre de Dios". En él se nos presenta a una llamativa moza, amordazada y martirizada, que parece servir para algún tipo de ritual satánico, donde ella es "el recipiente" para la semilla del diablo, o eso creí entender....
Un ejercicio competente y en su medida, interesante, pero muy breve para extraer conclusiones.
El último visionado del día era el más prometedor y para nada defraudó. "Night of the living Deb" es otra vuelta de tuerca más de la tan recurrente corriente zombi, no lo niego, pero nos reserva momentos simpáticos, es inteligente y se sintoniza muy bien con ella, lo que la hacen destacar en un panorama tan trillado como ése.
A medio camino entre "Zombieland" y "Zombies Party", ambas magníficas, aquí Deb, tras pasar una noche con un chico al que apenas conoce, se despierta ante un apocalipsis zombi y comienzan una particular road-movie.
Una planificación de lo más simple pero conducida con gracia, amor al género, decenas de guiños y capacidad para sorprender, además de contar con una actriz protagonista excelente, culpable de que el film funcione como lo hace. Una película que no fue premiada en ningún apartado pero creemos que bien lo hubiese merecido, pues supuso un salto de calidad ante el resto de proyecciones.
Por cuarto año consecutivo asistimos al Nocturna Film Festival madrileño, un ineludible encuentro cinematográfico que durante 7 días ofrece buenas dosis de carnaza a los fans más incondicionales del fantaterror y/o gore, reúne a la prensa más aguerrida (casi toda online) e inyecta mucha vida a los míticos cines Palafox.
En este 2016, y pese a contar con un significativo recorte en su presupuesto, Luis Rosales (director de la revista Scifiworld, además del certamen) ha logrado, sin duda gracias a mucha carrerilla y pulmón, sacar adelante otra más que notable edición. Poco nos importa ya que el material de prensa no tenga la calidad de otros años, o que la parrilla sea sensiblemente inferior a ediciones anteriores si luego nos regalan la presencia de personalidades tan importantes como John Landis, Colin Arthur o leyendas vivas del fantástico nacional como Antonio Mayans, Jack Taylor, Saturnino García, Jordi Grau o Lone Fleming, entre otros.
Lamentablemente, la anunciada visita de la hija de Vincent Price con motivo de su 105 aniversario se acabó anulando por motivos de salud a última hora (...), así que tuvimos que conformarnos con un video dedicado que envió exclusivamente para el festival (sospechosamente editado y guionizado, por cierto, algo que sin duda no es fruto de un día).
Nos confirmaron además que los rumores de años previos acerca de la visita del ya desaparecido Wes Craven o el mismísimo John Carpenter eran totalmente ciertos, condicionados por motivos de salud el primero (recordemos que falleció pocos meses después) y de agenda el segundo. Estamos convencidos de que en 2017, el entrañable director de "La Cosa" será el -Maestro del fantástico-, pues al parecer sigue mostrando un marcado interés en asistir. Crucemos los dedos.
Sin duda el festival sigue conservando intacta toda su esencia, con un ambiente inmejorable y un público entregado al máximo. Sin embargo, es de ley subrayar que las salas no conservan la calidad de otrora.
Proyectores gastados, puntos muertos en las pantallas, sonidos rasgados o fallos técnicos varios condicionaron (a veces demasiado), el visionado de las películas.
La hereje en "Arcana", el mejor corto que pudimos presenciar.
Nuestro festival particular arranca el miércoles 25 con el cortometraje luso "Arcana", donde una repugnante bruja, confinada en una celda inmunda, trata de librarse de sus cadenas mediante un conjuro. Un breve ejercicio fílmico de excelente atmósfera, grandes dosis de suciedad y casquería fina. Naturalmente aún es muy pronto para pronunciarse, pero su responsable, Jerónimo Rocha, puede dar de que hablar en un futuro próximo. El primer largometraje al que nos exponemos se titula "Patient", un sporífero film con fantasmitas acosadores de hospital que adolece de un sonido verdaderamente horroroso, un montaje sosaina y cimentada sobre una idea que se apaga por sí sola a los 15 minutos.
Ni tan siquiera el original "chapapote espectral" presente en todo el film, y responsable de los mejores momentos, o su sencillez estructural (uno a veces agradece seguir un bodrio con el cerebro en modo off) consiguen salvar un desarrollo con aires de cortometraje estirado, del todo insignificante para el género y encima bastante aburrida.
Seguidamente nos proyectan "Exposure", un corto cortísimo de una fotógrafa en paños menores mordida por un vampiro sigiloso. Como bien podría ser un anuncio de yogures, mejor pasamos página.
El siguiente, "Fairest of them all" es un ejercicio amateur sin demasiado sentido acerca de las envidias entre dos compañeras de piso. Resulta confuso, deja indiferente y se hace eterno (en sólo 10 minutos), pretende acariciar las tan entrañables monster movies mezcladas con lo sobrenatural, aunque sin gracia ni interés. Para más inri, aquí también hay chapapote. Un batiburrillo de ver para creer.
La fachada de los cines Palafox, luciendo por cuarta vez los carteles del NOCTURNA
Terminamos la jornada con la mejor cinta de la noche, la británica "The Lesson", ópera prima de Ruth Platt. La directora novel acerca su objetivo hacia un grupo de adolescentes hooligans que tienen atemorizados al profesorado del instituto y que obviamente no dan palo al agua.
Lo que nadie espera, excepto el avispado y resabiado espectador, es que sufrirán una salvaje represalia del profesor de literatura, impávido de sus bromas hasta cierto punto y harto del pasotismo y dejadez intelectual de la mayoría de sus alumnos. Sus tablas de carnicero serán por fin desveladas.
Un concepto de estilo muy nipón pero trasladado con la suficiente sensibilidad social a una pequeña ciudad inglesa, sin descuidar las referencias culturales propias de la zona.
Si bien decir que son dos películas en una tampoco sería un disparate (la primera centrada en un drama social y la segunda siendo una suerte de gore-hipster), ambas funcionan y se calibran entre sí, dando lugar a una cinta que aunque por momentos suene arrogante, no es más que una simpática variante del perturbado de turno, aquí más cultivado que de costumbre.
Si a todo eso le sumamos una ucraniana de atributos fotogénicos en el reparto, llegamos a la conclusión de que estamos ante una película pequeña pero digna, irregular pero estimulante, y original a su manera.
Confirmadas ya nuestras acreditaciones por tercer año consecutivo para el mejor festival fantástico de Madrid, os podemos ir desvelando ya algunas incógnitas sobre su programación, actos e invitados, y os adelantamos que prometen un Nocturna 2015 muy apetecible y sobradamente interesante, sobre todo para los incansables amantes del género.
Como sabéis, del 25 al 31 de mayo los Cines Palafox de la capital acogerán el tercer certamen Internacional Nocturna, que ya se ha posicionado en un tiempo récord como el segundo mejor festival sobre cine fantástico y de terror de España, sólo por detrás del mastodóntico acontecimiento de Sitges, aún incontestable por motivos obvios.
La primera sorpresa de este año será la visita del mítico y muy querido actor californiano Robert Englund (67), de sobras conocido por todos por encarnar al pesadillesco Freddy Krueger en la famosa saga de Elm Street y que por supuesto nos acompañará en el visionado de su film original, dentro del apartado "Classics", además de presentar dos nuevas películas en los que participa, con más o menos suerte. La saga del atormentado Krueger no sólo reinventó el género slasher adolescente a mediados de los ochenta (en parte gracias al audaz Craven, quien décadas más tarde los repetiría con su saga Scream) sino que lo llevó al siguiente nivel con múltiples secuelas e incluso dio lugar a una serie de televisión, un cross-over, infinidad de merchandising y una serie animada, entre otros inventos. Un auténtico fenómeno de masas para un género, por lo general, ninguneado y reservado a incondicionales de la sangre en pantalla. También contaremos con la presencia del cineasta italiano Lamberto Bava (70), conocido hijo del genial Mario Bava y autor de varios films de cierta relevancia como el díptico Demons o Cuchillos en la Oscuridad, además de diversas colaboraciones con el siempre debatido Dario Argento o su mentado e incomparable padre Mario. Lamberto celebrará pues con nosotros los 30 años del estreno de su film más estimable, Demons, en un esperadísimo visionado nostálgico dentro de la entrañable sección Nocturna Classics.
En lo concerniente a la programación, por el momento destacamos por encima del resto el apartado Madness, con títulos a priori muy interesantes como "Lost After Dark" (un buen homenaje slasher con Robert Patrick de protagonista), "Charlie's Farm" (una prometedora Matanza de Texas australiana con Tara Reid en el cast), "Fear Clinic" (con el propio Englund y basada en la serie homónima), "Bunny, The Killer Thing" (una irreverente vuelta de tuerca al género de cuchilladas directa desde Cannes) o la esperadísima y ultra gore "Headless", un brutalísimo spin-off de aquella estimablepelícula vista en Nocturna 2014, "Found" y quequizás sea el estreno más llamativo y apetecible del festival.
Dentro de la sección Panorama, encontraremos el segundo estreno de Robert Englund para este 2015, "The Last Showing", (un film aparentemente menor sobre un proyeccionista desequilibrado y su consiguiente venganza en el interior de un cine), "Monsters 2 : Dark Continent"y "Terminus" (ambascintasde componentesci-fi sin mayor relevancia), el experimento videoblogero ibérico chusquero "Natalie_Net" (que me da muy mala espina) o la más sugerente "The House on Pine Street", que se suma al sempiterno asunto de las casas más o menos encantadas para desarrollar su historia, esperemos, un poco más novedosa de lo esperado.
En Dark Visions nos proponen "III" (un film de procedencia rusa sobre pandemias y monstruos que se nos antoja mediocre), "Another" (una endemoniada de tintes lisérgicos que nos recuerda a La Profecía), "Don't Speak" (una absoluta incógnita de terror patrio) o "Hellmouth", una cinta canadiense sobre un viaje a los infiernos de un sepulturero que según parece, y de momento, es la joya de la sección.
Dentro ya del Oficial Fantástico, se nos han desvelado hasta ahora 5 nombres de la lista. El primero es "Infini", el segundo trabajo del australiano Shave Abbess sobre un rescate coral en una mina espacial, seguro que repleto de peligros de otros mundos y con un amor imposible de por medio; "June" la historia de una huérfana poseída (o no, ya veremos) de la mano del siempre engominado Casper Van Dien (que lamentablemente ya nos lo dice todo); "Kill me three times", un thriller de aires surferos con Simon Pegg de por medio que despierta moderadamente mi interés por culpa del film previo de su director, Red Dog, a mi parecer rodado con sentido del gusto y con gran corazón, algo que personalmente disfruté; "Indigenous", una cinta found footage con grupo aventurero pasándolo mal en Sudamérica, parece cosechar buenas críticas aunque me da que se quedará en nada. El quinto título desvelado es la cinta húngara "Liza, the Fox Fairy", una comedia de extrañísima puesta en escena que acaba de ganar el máximo galardón en Fantasporto. Ojalá estemos ante un premio gordo y podamos estar ahí para disfrutarla.
Por último, destacar el pase especial dentro de Classics de nuestra célebre cinta "La Noche de Walpurgis", una oportunidad única para disfrutar (y re-descubrir) uno de los mejores films sobre licantropía que ha generado el cine español en su historia.
Un clásico de nuestro cine B que además contará con la presencia de miembros del staff original, que recibirán el consecuente galardón.
Como cada año, las sorpresas estarán a la orden del día y nos quedan muchos títulos todavía por descubrir (y que iremos anunciando poco a poco). Estaremos pues atentos a las novedades de interés y prometemos cubrir este año más evento que nunca, para hacer llegar el cine fantástico nacional e internacional a donde se merece. A lo más alto.