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martes, 11 de julio de 2017

GAMERA: THE BRAVE (2006)

Tras el tremendo éxito de la trilogía noventera de Gamera realizada por Shusuke Kaneko y que supuso la cima del Kaiju Eiga, la tortuga agigantada tardó algunos años en volver a aparecer por las pantallas japonesas, quizás temerosos de realizar una entrega que tuviera que estar a la altura de la trilogía de Kaneko.
Para 2006, Godzilla había finiquitado su saga tras el desplome taquillero de Godzilla: Final Wars (2004). La Daiei decidió hacer regresar a Gamera con una entrega que se dirigiera hacia otros terrenos para así crear distancia con las entregas de Kaneko. Para desgracia de los fans, el camino a seguir sería volver a los terrenos infantiles que arruinaron la saga de la tortuga allá por los años 60. Una noticia algo decepcionante para el apasionado de los terrenos tan serios, dramáticos y espectaculares de las entregas de los 90, quizás esperanzados aún con la aparición de un Gamera 4. El encargado de dirigir este nuevo proyecto sería Ryuta Tazaki, un director que ya tenía experiencia en el género con la realización de diversos episodios de los Power Rangers y Kamen Rider. Una elección para un proyecto que provocó aun más resquemor al filtrarse las primeras imágenes del diseño de este nuevo Gamera, totalmente en línea con el tono infantil de los inicios clásicos de la saga.
En el film: en 1973, el legendario Gamera, murió tras destruir a los Gyaos que estaban atacando un pueblo. Uno de los sobrevivientes era un niño, que hoy ya creció y es propietario de un restaurante en Iseshima y tiene un hijo llamado Toru. Toru encuentra una tortuga aparentemente inofensiva, pero que resulta ser un descendiente de Gamera e irá creciendo de tamaño hasta alcanzar casi 60 metros de altura...
Para sorpresa de un servidor, Gamera: the brave, no resulta tan mala como cabía esperarse. Para empezar, se plantea como un reboot de la saga y del personaje omitiendo a las entregas de los 90 y entroncando sutilmente con la saga clásica de los 60. Se nos presenta un mundo en paz y libre de monstruos gigantes tras el sacrificio de Gamera en 1973. El film se inicia espectacularmente con un guiño a la trilogía de Kaneko con un Gamera autodestruyéndose en su batalla con los Gyaos.
Después nos adentramos en terrenos del puro telefilm con las solitarias vivencias del niño de turno traumatizado por la reciente muerte de su madre. Al poco se encontrará con una pequeña tortuga y entablará amistad con ella. Todo este primer tercio bebe directamente del E.T. de Spielberg con la tortuguita de marras demostrando curiosas habilidades voladoras y que harán las delicias del niño protagonista y su grupo de amigos. El problema pasa con que la tortuga comienza a crecer de forma desmesurada por lo que al niño le resultará imposible mantenerla en su habitación por más tiempo. Para rematar la faena, aparece de improviso otro Kaiju descomunal y maligno denominado Zedus y que pondrá en jaque al ejército japonés. 
Toru, el niño de turno, se encuentra con una tortuga muy especial
Rápidamente entablará amistad con ella 
El malvado Zedus aparece de improviso y aterroriza Japón
La tortuga, ya agigantada, entablará una titánica batalla con el monstruo para defender la Tierra
¿Sobrevivirá Gamera a la batalla?
El infantilismo del film no resulta tan estomagante como podría haber sido y gracias al ligero tono del metraje el film pasa con agrado y de forma entretenida. El apartado técnico es muy notable con unas maquetas espectaculares y un enemigo formidable similar en su diseño a un Godzilla con rastas. Algo que puede servir de consuelo al deseadísimo, por los fans, Godzilla vs Gamera. El problema pasa por el risible diseño de Gamera, con una cara de atontado y de teleñeco y que rechina en muchos momentos. 
En la segunda mitad del film se entra en los terrenos más puramente Kaiju (destrucción y batallas) y donde se logran conseguir momentos muy destacables y emocionantes. Es en este tramo final donde algunos momentos dramáticos están fuera de lugar y no dejamos de echarnos las manos a la cabeza viendo al grupo de niños de rigor aventurándose en lugares que un padre ni en un millón de años permitiría hacer (a ver, ¿el niño insiste en entrar en un edificio en ruinas con Gamera dentro y el padre ayuda a su propio hijo a meterse dentro?). Patrones del género y que el fan acostumbrado aceptará sin problemas y se reirá con ello. Pese a todo, la escena en la que el grupo de niños se van pasando la piedra mágica que revivirá a Gamera resulta conmovedora y de gran fuerza.
Foto de rodaje
Gamera: the brave (2006) es un entretenido reboot para la tortuga. Entendiendo que era imposible superar a la trilogía de los 90, la saga regresa a la vertiente infantil de las entregas de los 60, aproximación a priori interesante pero que peca de los mismos fallos de aquellas con un guion haciendo aguas, unos niños insoportables (a ratos), unas situaciones imposibles y un Gamera recién salido de Barrio Sésamo. Pese a todo, el conjunto no es tan malo como pueda parecer, goza de unos muy notables efectos especiales y excelentes momentos de destrucción y batallas además de algún que otro momento dramático destacable. Además le rodea un aura muy entrañable y sirve como un cariñoso homenaje a ese cine de evasión infantil con monstruos imposibles y que invadieron los cines japoneses en los años 60. Este reboot no destacó precisamente en la taquilla japonesa por lo que las intenciones de continuar con nuevas entregas de esta renacida y “valiente” Gamera se cancelaron, desgraciadamente. Por el momento, es la última entrega de la saga de la tortuga, aunque tras el empujón y revitalización del género que ha supuesto Shin Godzilla (2016) se planea relanzar a la tortuga gigante con Katsuhito Ishii (El sabor del té) encargándose de la dirección de este enésimo reinicio. Por el momento, el fan puede conformarse visionando un teaser lanzado hace unos meses y que sirve de presentación de dicho proyecto, aunque su aire de puro videojuego me eche bastante para atrás.

miércoles, 10 de mayo de 2017

GAMERA 3: LA VENGANZA DE IRIS (1999)

Shusuke Kaneko había logrado llevar el Kaiju Eiga a la gloria absoluta gracias a las dos primeras entregas de la trilogía de Gamera en los 90. Si con Gamera 2: el ataque de Legion (1996), Kaneko supo coger los mejores y más puros elementos del género Kaiju para llevarlos a la perfección de una manera impecable y con una estética espectacular, ya en Gamera 3: la venganza de Iris (1999) está en otra liga.
El nivel de exigencia y trabajo que se puso para elaborar la última entrega de la trilogía fue altísimo, hasta el punto que se invirtieron hasta 2 años de trabajo para lograr la mayor perfección técnica en las escenas de monstruos y los momentos de destrucción. Gamera 3 (1999) supone pues la culminación no solamente de una saga o de un personaje monstruoso, sino también la culminación de un género en sí mismo.
En el film Gamera acaba con Gyaos, pero una joven encuentra el huevo de una criatura al que llama ‘Iris’. El huevo contiene un sangriento feto que rápidamente se transforma en una malvada criatura que siembra el caos en la humanidad.
La película nos ofrece muchos elementos a destacar. Para empezar, la historia y línea argumental va por derroteros muy estimulantes y poco explorados en el género, y sorprende por su grado de profundidad. Nada más empezar te pone en alerta y abre unas expectativas monumentales: regresa la ornitóloga Nagamine (tras Gamera: guardián del universo), quien descubre nuevos pájaros Gyaos, mientras que paralelamente un grupo de investigadores se topan en las profundidades del océano con un cementerio repleto de Gameras muertos.
La continuidad respecto a las anteriores entregas está muy bien atada y explora caminos interesantes, ya que no solamente se recuperan personajes de la primera entrega (que resultan muy agradables y carismáticos) sino que se exploran las consecuencias del desastre ocurrido en ésta a nivel humano y el trauma psicológico generado. Todos estos planteamientos se concentran en el personaje de Ayana. El tratamiento de este personaje es el punto más destacable del film, una adolescente solitaria y que siente odio hacia Gamera, ya que sus padres murieron sepultados durante la batalla entre Gamera y Gyaos en el clímax de Gamera: guardián del universo (1995).
Un personaje complejo e interesante que parece encontrar la culminación de su venganza en el descubrimiento de una pequeña criatura mitológica en una cueva cercana llamada Iris, con la que inicia una relación de dependencia a ratos inquietante. Un punto de vista interesante, ya que esta vez logra acercarte la catástrofe y las criaturas gigantes a un nivel mucho más humano. Por supuesto Iris irá creciendo convirtiéndose a mitad del film en una criatura tentacular de titánicas proporciones, conectada mentalmente con Ayana y que entablará un combate definitivo con Gamera.
Aquí, ya no hay concesiones con nadie
Un punto negativo es que quizás intenta abarcar demasiado para convertirse en el film más grande posible del género y se pierda en varias líneas argumentales pretenciosas o innecesarias. La pareja de nerds obsesionados con Gamera tampoco aportan demasiado a la trama, más que algunas frases interesantes relacionadas con Gamera y su sentido dentro del mundo (incluso se menciona y se explica el por qué Japón siempre es atacada por monstruos).
El tratamiento filosófico que se le quiere dar a la presente entrega quizás acabe rechinando, pero resulta interesante por lo inédito en un film de estas características. Lástima que conceptos tan interesantes como el cementerio de Gameras o la supervivencia y pertenencia de los monstruos dentro de nuestro planeta sean tocados de pasada y sin profundizar excesivamente.
El tratamiento que se le da a Gamera también es muy acertado. Presentándolo de una manera aún más explícita que anteriores entregas, como un anti-héroe temido y oscuro, una criatura que nos defiende pero que parece no importarle reducirlo todo a cenizas y dejar la ciudad hecha un Cristo.
Elementos ya presentes y que se intuían en las dos entregas previas pero debidamente exploradas en profundidad para el presente film. Además, el diseño de la tortuga para la ocasión es aterrador (dark y toda hecha una motherfucker).

Reaparecen los pájaros Gyaos
Ayana quiere vengarse de Gamera y encuentra a Iris
"Está aquí..."
La batalla final será colosal
Iris intenta unirse a Ayana para así ser indestructible
Pero Gamera tiene un as en la manga...
Gamera se despide de nosotros con un final sublime y apocalíptico
Si hablamos de los momentos monstruosos de la cinta no tienen comparación con ningún otro Kaiju realizado anteriormente, y he de decir que contiene algunas secuencias que hoy día siguen sin ser superadas. El grado de perfección técnica conseguido en los momentos de destrucción, la presencia de los monstruos gigantes o las batallas en sí, son sin ninguna duda los más perfectos, dramáticos y espectaculares de la historia del género, consiguiendo una simbiosis perfecta entre efectos tradicionales, disfraces y maquetas junto a los efectos digitales.
Shinji Higuchi y el resto del equipo de FX del film cambia para siempre la estética de la destrucción dentro del Kaiju Eiga; tanto, que a partir de entonces Godzilla (en las entregas Millenium) tuvo que ponerse las pilas para no quedarse atrás.
Ningún Kaiju posterior a Gamera 3 (1999) ha conseguido alcanzar el nivel de dramatismo y potencia destructora, salvo quizás, algunos momentos de Shin Godzilla (2016). Tanto el primer enfrentamiento nocturno entre Gamera y los Gyaos como el impresionante clímax final quedarán para la historia del género. Esa aura apocalíptica que recorre todo el metraje y estalla en el tercio final está muy conseguida, llegando a lo sublime en los últimos 5 minutos, simplemente soberbios y con una amenaza imposible de solucionar cerniéndose sobre Japón, en la que un moribundo Gamera parece despedirse de la audiencia en medio de un escenario desolador.
Gamera 3: la venganza de Iris (1999) supone la culminación del género. Un film marcadamente espectacular y que se lanza a la piscina abarcando temas inéditos en los Kaiju, con profundidad temática y de personajes sin abandonar el sentido del humor.
Pese a sus licencias filosóficas y pretenciosas que no acaban por empañar el producto, el film supuso un antes y un después en toda regla dentro del género, y sin duda el mejor Kaiju Eiga de la historia.

miércoles, 5 de abril de 2017

GAMERA 2: EL ATAQUE DE LEGION (1996)

Es curioso que la gigantesca y exitosa nueva irrupción de Gamera en los cines japoneses coincidiera con la muerte cinematográfica de Godzilla en Godzilla vs Destoroyah (1995). Como comentamos en la anterior crítica, Gamera, el guardián del universo (1995) fue un film sorprendente, fresco y cuidado cuyo éxito permitió el inicio de una trilogía que a la postre se ha convertido en la cima del género Kaiju Eiga. Al año siguiente y con idéntico equipo técnico y artístico que el anterior film pero con un aumento de presupuesto considerable, llegó Gamera 2: El ataque de Legion (1996), aún mejor, si cabe, que la primera parte de este nuevo renacimiento de la tortuga gigante.
Un misterioso meteorito se estrella en Japón desatando la invasión de cientos de criaturas insectoides conocida como Legión. Las criaturas se dirigen peligrosamente hacia Tokio, obligando al ejército a despertar nuevamente a Gamera, la única criatura que les podrá hacer frente y defender Japón y al mundo entero...
Shusuke Kaneko sigue aportando aspectos renovadores y modernos en esta secuela, incidiendo en un primer tercio lleno de suspense y de una atmosfera muy concreta que beneficia al film y que te mantiene atento a la pantalla. Se atreve con aspectos más propios del cine de terror con esas primeras apariciones de los pequeños Legion y que recuerdan al ataque de los marines coloniales en la excelente Aliens (1986) además de contener un pequeño momento gore muy sorprendente. En cierto modo, el concepto del monstruo Legion debe mucho a Destoroyah (la criatura que se enfrentaba a Godzilla en Godzilla vs Destoroyah (1995)) en el sentido de que se trata de un ejército de pequeñas criaturas que acaban por unirse en un mastodóntico monstruo insectoide, si bien a diferencia de la entrega de Godzilla, aquí el monstruo está tanto mucho mejor resuelto como explorado.
Los personajes siguen estando tratados con cariño y resultan carismáticos pese solo mantenerse dos personajes de Gamera, el guardián del universo (el fantástico cameo del teniente de policía y el regreso del personaje de Asagi, interpretado por Ayako Fujitani, la adolescente que se puede comunicar con Gamera). El personaje protagonista, interpretado por Miki Mizuno, es una vez más una mujer investigadora, inteligente y llena de simpatía. Es evidente el cariño de Shusuke Kaneko frente a sus heroínas y su protagonismo, algo desgraciadamente inusual en el Kaiju Eiga, verdaderamente falto de heroínas. Gamera 2: El ataque de Legion (1996) es un film que multiplica al cubo el grado de espectacularidad respecto a su antecesora. De nuevo, el trabajo de Shinji Higuchi en el campo de los efectos especiales, es magistral y revolucionario convirtiendo a la presente entrega en el Kaiju más espectacular y perfecto realizado hasta el momento en la historia del género sin abandonar ni por un segundo los aspectos más tradicionales como son las maquetas y los hombres disfrazados. Además incorpora el uso de los efectos digitales de una manera impecable. El diseño de los monstruos es magnífico y Legion en su formato adulto es un monstruo espectacular alejado por completo de las criaturas humanizadas que predominan en el Kaiju. La batalla entre Gamera y Legion en el aeropuerto es sin duda alguno uno de los momentos más espectaculares y conseguidos en la historia del género. Y además Shusuke Kaneko tiene la valentía de plasmar una enorme explosión atómica en medio de una ciudad (una escena impecable) y quedarse tan ancho. Respecto al guion, si Gamera, el guardián del universo (1995) resultaba fresco y ágil éste es más tradicional, quedándose en el Kaiju Eiga más puro y clásico. En este sentido, el tramo final del film en el que los militares intentan diversos planes para acabar con Legion peca de cansancio y cierta repetición pero son sensaciones que son momentáneas a lo largo del metraje. Y una vez más, el clímax final con Gamera cargándose de energía de la misma Tierra y destruyendo a Legion es algo insuperable.
Un meteorito cae en Hokkaido...
A la vez que unas extrañas criaturas aparecen en los túneles de metro
Se trata de Legion...
"Nadie sobrevivirá..."
Esta vez, Gamera, lo tiene bien dificil
Asagi, la adolescente que se comunica con Gamera, vuelve para la ocasión
La batalla final, será colosal...
Gamera 2: El ataque de Legión (1996) multiplica los logros y sentido del espectáculo de su antecesora cogiendo los mejores elementos del género hasta hacerlos llegar prácticamente a la perfección y a su punto más alto. Llena de detalles sorprendentes (los pequeños Legion atrapando a Gamera y ésta al girar sobre si misma mancha los edificios con su sangre), con un diseño de producción inmejorable hasta el momento, unas escenas con los monstruos espectaculares y un film que destila cariño, madurez y buen hacer por parte de sus responsables. Excelente.

martes, 4 de abril de 2017

GAMERA, EL GUARDIÁN DEL UNIVERSO (1995)

Tras una serie de films de ínfima calidad, la saga clásica de Gamera quedó paralizada y hundida en los confines del mar tras Supermonstruo Gamera (1980). Tras el exitoso renacimiento de Godzilla a mediados de los 80 muchos comentaron la aparición de una nueva entrega de la tortuga gigante. Los fans siempre han deseado ver en la gran pantalla a Godzilla y Gamera juntos y dándose de hostias pero el hecho de que fueran criaturas de estudios cinematográficos diferentes dificultó la tarea aunque eso no evitó que durante finales de los 80 aparecieran carteles publicitarios anunciando un posible Godzilla vs Gamera. Por el momento seguiremos soñando con un enfrentamiento de esas proporciones y conformándonos con los numerosos montajes hechos por fans y que podemos encontrar en Youtube (hay alguno de gran calidad). Con Godzilla disfrutando en los 90 de las mieles del éxito con su serie Heisei (1984-1995), una renacida Daiei se apuntó al carro de este renacido interés por el Kaiju Eiga y anunció para 1994 un reboot de su monstruo insignia, Gamera. Esta nueva entrega de la tortuga y como veremos más adelante no se quedó en el mero exploit (una vez más) de Godzilla. El gran causante de que Gamera, el guardián del universo (1995) fuera algo revolucionario y único es Shusuke Kaneko y todo el equipo técnico y artístico que lo acompañó tanto en ésta como en las dos entregas posteriores de la trilogía noventera de la tortuga. Kaneko, un enamorado del Kaiju y del cine fantástico en general, siempre soñó con rodar una entrega de Godzilla (para eso tendría que esperar hasta 2001) pero la Daiei le ofreció libertad creativa con Gamera, el cual no era precisamente uno de sus monstruos favoritos. Antes de embarcarse en Gamera, Kaneko llamó la atención de Brian Yuzna, quien pidió que rodara uno de los segmentos del film Necronomicón (1994)
En el film que nos ocupa, una embarcación que lleva un cargamento de plutonio choca con un gran atolón en mitad del océano Pacífico. Segundos después, los horrorizados tripulantes observan como el atolón se aleja lentamente por sí mismo. Mientras, en la isla Himegami, un grupo de biólogos que investigaban una nueva especie de pájaro desaparecen junto a la aldea pesquera en la que residían.
Gamera, el guardián del universo (1995) supone una renovación del género en toda regla. Kaneko recoge los mejores y más puros elementos del Kaiju y los moderniza a las nuevas generaciones de manera seria y adulta y con un estilo influenciado por el cine fantástico y de acción americano de la época. Un ritmo non stop, ágil y fresco que te mantiene pegado a la pantalla. Kaneko, además, comete el acierto de tardar en presentar en pantalla a los monstruos prefiriendo crear atmósfera y un clima de suspense muy acertado en el primer tercio del film con el descubrimiento en medio del océano de un enorme atolón y que resulta ser el caparazón de Gamera.
El pájaro Gyaos siembra el caos
"Algún dia te enseñaré Tokyo sin monstruos..."
Batalla en la estratosfera
El mejor plano del film
Asagi tiene una conexión telepatica con Gamera. 
Gamera, preparado para su ataque final
Gamera se retira de nuevo al fondo del mar
Foto de rodaje
Como hemos comentado, el film contiene un ritmo fresco y ágil pero otro de los puntos a favor del film son sus personajes, más carismáticos de lo acostumbrado (el inspector de policía interpretado por el actor fetiche del director, Yukijiro Hotaru, es un ejemplo) y con una obsesión por parte de Kaneko de presentar protagonistas femeninas, como la fantástica Shinobu Nakayama interpretando a la ornitóloga Nagamine y que va tras los Gyaos. Como curiosidad, en el film aparece Ayako Fujitani, hija de Steven Seagal y que también aparecerá como protagonista años más tarde en la interesante Ritual (2000) de Hideaki Anno (creador de Evangelion y director de la reciente Shin Godzilla) y cuyo personaje en Gamera irá apareciendo durante toda la trilogía. Su personaje, llamado Asagi, mantiene una conexión telepática con Gamera sustituyendo así a las hordas de niños chillones de la serie clásica por algo más interesante y moderno. Y no faltan los cameos de actores clásicos del Kaiju como Akira Kubo (Los monstruos invaden la Tierra, El hijo de Godzilla, Invasión extraterrestre) o Kojiro Hongo (Los monstruos del fin del mundo, Gaos el terror de la noche) interpretando a generales militares en el presente film. Gamera, el guardián del universo (1995) presenta elementos inéditos y frescos en el género Kaiju como es su acercamiento al cine de terror en los primeros ataques de Gyaos en la isla (presentados desde la óptica del monstruo) además de un muy agradecido sentido del humor (el científico desaparecido cuyas gafas aparecen de entre los excrementos de Gyaos) y auto-parodia que le sienta de maravilla como cuando el protagonista masculino le dice a Nagamine, la ornitóloga: “Algún día te enseñaré Tokyo sin monstruos…” o cuando las mujeres se quejan del elevado precio del pescado desde la aparición de Gamera.
Foto de rodaje
El elemento que más se resiente en el film, pero por motivos presupuestarios, son los efectos especiales, bastante rudimentarios (nunca me ha acabado de convencer Gyaos en este film, demasiado rígido y con ojos de teleñeco…), pero eso sí, con la mitad de presupuesto que en una entrega de Godzilla de la época se consigue sacar jugo de forma sorprendente. Shinji Higuchi (co-director de la reciente Shin Godzilla), un auténtico mago de los efectos especiales, consigue momentos impecables con las maquetas, remarcando el enorme tamaño de los monstruos y probando cosas como el de utilizar cielo real en los momentos con las criaturas, ángulos realistas y bajísimos a vista de persona, tantear con los efectos digitales o el de grabar a los monstruos con luz natural. Como curiosidad, Gyaos fue interpretado por una mujer para darle así unos movimientos más femeninos a la criatura siendo la primera vez que una mujer interpretaba a un Kaiju. Pese al poco presupuesto, la pericia de Higuchi consigue que el film parezca mucho más de lo que es. Hay muchas ganas, muchas ideas en este Gamera. El origen de los monstruos es totalmente reescrito (de hecho no se toma en cuenta ninguna de las entregas previas de la tortuga) presentando tanto a Gyaos como a Gamera como creaciones de laboratorio de una civilización antiquísima y ya extinta (similar a la Atlántida) y destinadas a enfrentarse. Así, el tratamiento de los monstruos y en concreto de Gamera, como de una criatura que forma parte del espíritu del mundo y el equilibro de éste entra en terrenos más espirituales y que resultan un acierto. El colofón del film lo vemos en su impecable clímax final repleto de fuego y explosiones con unos monstruos pletóricos y que es una muestra de la estética espectacular que veremos elevada al cubo en las dos entregas siguientes de la trilogía (ya con más presupuesto).

Gamera, el guardián del universo (1995) es un film que moderniza el género a las nuevas generaciones. Un film de estética espectacular, de ritmo ágil, fresco y con muchas ideas y sanas intenciones borrando de un plumazo todo atisbo de cutreza e infantilismo visto en los films de los 60 y 70. Una carta de amor al género realizada con mimo y buen hacer y que supone el inicio de una trilogía que acabaría por convertirse en la cima de calidad del Kaiju Eiga. Gamera, el guardián del universo (1995) obtuvo un fuerte éxito en Japón y una buena repercusión internacional llamando la atención de los críticos y llevándose algún que otro premio en festivales de cine.

domingo, 2 de abril de 2017

SUPERMONSTRUO GAMERA (1980)

Para 1980, la saga de Gamera estaba prácticamente muerta tras la debacle y bancarrota de su estudio cinematográfico, la Daiei.
Noriaki Yuasa, es un director a reivindicar más por las ganas e ilusión que por su talento. El verdadero espíritu e impulsor de la tortuga gigante en su saga clásica, decidió darle un merecido homenaje con un curioso experimento titulado Supermonstruo Gamera (1980) y con el que apenas contó con dinero para su realización.
En Supermonstruo Gamera, la octava película de la saga, narra como una amenaza extraterrestre se cierne sobre la Tierra y los aliens de turno despiertan uno a uno a todos los monstruos de las pelis anteriores para destruir la civilización, pero no cuentan con que Gamera estará ahí para proteger al mundo de tan terrible amenaza.
El film resultó ser toda una tomadura de pelo, ya que el curioso experimento con el que se inició el proyecto fue el de rodar el mínimo de material posible realizando un batiburrillo de stock shots de toda la saga. Apenas hay nuevos momentos con Gamera, exceptuando algunos planos estáticos de la tortuga volando y surcando los cielos.
Ver a este trío en acción no tiene precio
Los extraterrestres despiertan a todos los monstruos de la saga (uno a uno, eso sí) lo que es una excusa para presentar y repetir las mismas batallas ya vistas en los títulos anteriores.
Hay una fuerte influencia de Star Wars y la gigantesca nave extraterrestre (incluso la forma en la que es presentada es calcada al inicio del Episodio IV de la saga galáctica), es deudora de la tropa imperial. Incluso no se duda en canibalizar escenas de films anime de la época como de ¡¡¡Space Battleship Yamato!!!.
Como se puede ver, prácticamente el 80% del metraje son stock shots de otros films, sean o no provenientes de la saga de la tortuga. Para las escenas humanas, se incidió en la trama infantil con un niño pesado como protagonista. Lo más divertido (y delirante del asunto) es que al niño lo acompañan tres súper heroínas embutidas en trajes de licra con capacidades para volar o empequeñecer según la situación y que no dudan en realizar, a la mínima, coreografías dignas de admirar.
Como curiosidad, la jefa de las súper heroínas, interpretada por Mach Fumiake, era nada más y nada menos que campeona japonesa de wrestling y decidió dar el salto al cine con este subproducto.

¿Star Wars? No, la nueva amenaza extraterrestre de Gamera
Despiertan a todos los monstruos vistos en la saga
Gamera acude al rescate
La tortuga será ayudada por estas 3 súper heroínas que no paran de hacer coreografías maravillosas para cada movimiento
Este plano de Gamera te sirve para todo. Ya te sirve para colarte un momento anime...
...como para la escena final...
El reloj de la villana te hace hasta la cena
Poco más hay que añadir a este túrmix de tortuga llamado Supermonstruo Gamera (1980). Un film entrañable, delirante y con un cierto tono paródico de la misma saga, además de las series de superhéroes imposibles de la época (sea involuntario o no) y que bien puede servirte como resumen de la saga clásica de la tortuga gigante (y así ahorrarte las peores entregas de la franquicia).
Una película que intenta ser un homenaje a la tortuga y que lo consigue, presentando lo peor y lo mejor de dicha franquicia aunque sea canibalizando escenas de otras.
Además, el momento final y que marca el fin de una época (y el cual no desvelaré), me hacía saltar alguna lagrimilla de niño y rebosa su encanto. Supermonstruo Gamera (1980) pasó sin pena ni gloria por los cines y la tortuga desapareció de las pantallas hasta que en 1995 sucedió el milagro. Llegó Shusuke Kaneko con su trilogía de la tortuga y erigiéndose como la cima del Kaiju Eiga y la renovación espectacular del género.
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