jueves, 20 de octubre de 2011

RED STATE (2011)

Kevin Smith asombró a todo el mundo en su debut con la excelente e insolente Clerks (1994), y a poteriori siguió explotando el mismo filón con una serie de films en tono de comedia desenfrenada de cine independiente como Mallrats (1996), Jay y Bob el silencioso contraatacan (2001) o Clerks II (2006).
Sin embargo, los últimos proyectos que había dirigido se centraron en comedias comerciales nada originales con títulos tan banales, flojos y olvidables como Una chica de Jersey (2004) y Hacemos una porno (2008), o más recientemente fracasando con la nefasta y paupérrima "comedia" titulada Vaya par de polis (2010) que no duró ni un suspiro en cartelera. Por lo que uno podía llegar a pensar que quizás su buena estrella se estaba apagando y sus mejores trabajos quedaban ya muy lejos en el tiempo. Pero Red State puede marcar un punto de inflexión en su carrera por varios motivos: para empezar por el cambio de registro, dejando de lado la comedia para presentarnos una historia mucho más seria y que en algunos momentos entra incluso en el género del terror, con una atmósfera sobrecogedora y dañina, y por otro por la innegable calidad que atesora la película, que espero que marque el inicio de su recuperación en el mundo de la dirección y tenga continuidad en el futuro. Recientemente se ha llevado en el Festival de cine Fantàstic de Sitges el galardón a la mejor película y al mejor actor, demostrando que no ha dejado indiferente a público y crítica. La historia nos situa en los Estados Unidos y nos cuenta como tres adolescentes a través de una página de contactos se citan con una mujer para tener una sesión de sexo en grupo, sin embargo y para sorpresa suya (y mía) al llegar a la caravana en la que vive la mujer, caen en una trampa planificada por un grupo de extremistas religiosos encabezados por el padre Abbi Cooper y los componentes de la Iglesia de Five Points, que tienen en su punto de mira principalmente a los homosexuales y todos aquellos que tienen un comportamiento alejado de lo que dictan las Sagradas Escrituras. A partir de este momento se ven envueltos en una historia de terror psicológico muy inquietante en el interior de la iglesia, donde somos testigos de las libres interpretaciones que hacen de los textos de la Biblia para llegar a justificar sus aberrantes acciones.
Tengo que reconocerle a Kevin Smith que me ha engañado con el planteamineto y arranque de la película, pues en el primer tercio pensaba que me encontraba ante una comedia que iba a usar una serie de historias paralelas (la manifestación en un funeral gay de los fanáticos religiosos, los tres chavales en su búsqueda de una oportunidad de tener sexo con una mujer por primera vez chocando con un coche aparcado a pie de carretera, el personaje que está dentro y que está haciendo, etc...), para cruzarlas convenientemente y acabar liándola como en él era habitual y hacernos reír un rato.
Pero en solo unos instantes nos deja congelados en la butaca al comprobar que todas las apariencias eran engañosas y de la mano de los discursos radicales y las divagaciones mentales del líder de la Iglesia de Five Points (gran performance por parte de Michael Sparks dando vida a un personaje inspirado en Fred Phelps, fundador de la Iglesia Bautista de Westboro), nos situa dentro de una incómoda realidad que pone de manifiesto la crítica que el director hace contra los fanáticos religiosos. Abriendo a partir de este punto en el interior de dicha iglesia una dura, desagradable y violenta segunda mitad rodada con un envidiable pulso. Si bien los primeros 50 primeros minutos son excelentes, y en conjunto la obra es notable, es en la parte final (no desvelaré de que va) cuando ciertas carencias narrativas afloran, pues no se llega a profundizar en las historias planteadas, dejando la sensación de cierta superficialidad que perjudican un poco mi valoración. Las actuaciones del reparto logran hacer creíble la multitud de extrañas situaciones de las que somos testigos, desde los actores que encarnan a los jóvenes con la testosterona por las nubes, los inquietantes seguidores de la iglesia en su papel de enajenados radicales, un John Goodman muy sobrio y convincente como agente federal, y por encima de todos ellos Michael Sparks que con sus monólogos en el altar y su caracterización de líder visionario deja un mal cuerpo del que cuesta recuperarse.
En resumen, una buena opción para redescubrir a un cineasta que puede empezar aquí una segunda juventud y para disfrutar (sufriendo, eso sí) de una película con muy buenas intenciones, pero que no es redonda del todo, donde la crítica a los fanatismos y los excesos del poder son los temas de trasfondo que la sustentan.
Para acabar, destacar el excelente video que pudimos ver en la cerimonia de clausura de Sitges (el más divertido de todos ellos), donde Kevin Smith expresaba la alegría que suponía para él recibir este premio, con un discurso donde no se cortó ni un pelo. Por fortuna hoy en día siempre hay alguien grabándolo todo en cualquier sitio, y esta vez no fue una excepción, por lo que os dejo el enlace de Youtube para verlo.


1 comentario:

  1. La vimos ayer David y yo en una de nuestras sesiones dañinas. En mi opinión, ese cambio de registro de Kevin es muy loable y atrevido, un gran paso adelante en su carrera que ofrece más credibilidad a un cineasta tildado de juvenil o soez. Su primera mitad es brillante, con unos acontecimientos enfermizos y la irrupción de esa secta tan aterradora, junto a ese gran Pastor, núcleo y causante de esa sensación tan angustiosa con sus palabras. Lo malo es como se desinfla, ya que acaba por desesperar en una larguíiiiiiisima secuencia de balazos que diluye nuestro interés.
    Estoy de acuerdo contigo en lo sobrio que está Goodman (y con 30 kg menos) y lo bien grabadas que están las escenas de desesperación de cualquier personaje. Para mi, la primera mitad es un notable alto, pero el lastre de su segunda mitad, de 5,5 convierte mi valoración personal en un 6,6.

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