miércoles, 12 de octubre de 2011

THE YELLOW SEA (HWANGHAE) (2010)

Tras dirigir The Chaser en el 2008 y cosechar un enorme éxito internacional con un duro thriller de un psicópata despiadado que asesinaba prostitutas, el director Na Hong-jin nos trae su nuevo trabajo, donde repite con el mismo duo protagonista de su ópera prima, pero en el que intercambian sus papeles, pasando el que hacía de bueno en The Chaser a hacer de malo y viceversa.
En esta ocasión su segunda película resulta ser bastante más profunda, tocando temas como los problemas fronterizos, la inmigración ilegal y el racismo que eso conlleva, las mafias que sacan tajada de todo ello, pero sin olvidarse de darnos una más que generosa ración de violencia, no lo dudéis ni un solo momento, pues tenemos algunas escenas sangrientas de las que uno recuerda durante bastante tiempo.
La narración arranca en la provincia china de Yanji, junto a la frontera entre Corea del Norte y Rusia, la gente que vive allí es conocida como "Joseon-Jok", gente abocada a la miseria y con un futuro nada prometedor ante ellos, por lo que la necesidad les impulsa a todo tipo de trapicheos para tirar adelante o decidirse como último recurso a cruzar ilegalmente la frontera. Precisamente el título original Hwanghae lleva el nombre del mar que se sitúa entre Corea del Norte y China (El mar amarillo), haciendo referencia a este arriesgado viaje ilegal que emprenden muchos para llegar hasta la vecina Corea del Sur.
Una vez situados, ya es hora que nos vayamos metiendo en la historia que tenemos entre manos: Kim Goo-nam (Ha Jeong-woo) trabaja como taxista en la citada provincia de Yanji, agobiado por tener que mantener a su hija y presionado por la mafia china para que pague una deuda contraída por su mujer al cruzar la frontera hasta Corea del Sur en busca de una vida mejor, quien además no le devuelve las llamadas y empieza a sospechar que le ha abandonado definitivamente. Para acabar de rematarlo está enganchado a las apuestas con el famoso juego del Mahjong, perdiendo el poco dinero que puede llegar a ahorrar.
Myeon Jeong-hak (Kim Yoon-seok), un mafioso local, le ofrece un trato que puede solventar sus problemas, pues se compromete a liquidar todas sus deudas si realiza un trabajo para él, deberá ir hasta Corea del Sur y asesinar a un hombre. Si lo logra saldará su deuda, en caso que no sea así le advierte que le matará a él y a su familia. Aceptando el trato al no ver otra salida al quedarse sin el taxi, Kim Goo-nam cruza ilegalmente en barco hasta llegar a Corea del sur (muy bien retratadas las duras condiciones del peligroso viaje), donde tiene 10 días para cumplir el encargo antes de que zarpe el barco que deberá llevarle de regreso. Dedicando prácticamante todo el día a estudiar a su objetivo y el poco tiempo que le sobra para investigar el paradero actual de su esposa, la fecha límite se acerca y Kim deberá armarse de valor para asesinar a un desconocido a sangre fría y sin conocer las motivaciones del encargo.
Sin embargo, de forma inesperada, se encontrará involucrado en una compleja conspiración que le convertirá en uno de los hombres más buscados del país...
La película tiene un punto que en ciertos momentos mientras la veía pensaba que jugaba a su favor, mientras que en otros en su contra; no es otro que su dilatada duración con 155 minutos. Si bien durante la primera mitad, esto permite dedicarle tiempo a ver el día a día de Kim y así darnos cuenta de todos los problemas que le atormentan, así como al cruzar la frontera e iniciar su labor de conocer los pasos de su futura víctima, con largas escenas en la calle pasando frío o comiendo algo para hacer tiempo, percibir lo dura y larga que puede resultar esta vigilancia en medio del invierno y ponernos en su piel. Por otro lado, en la segunda parte, cuando la brutalidad se desata, ha habido escenas que me han parecido suprimibles o que si acaso no aportaban mucho más a la acción, por lo que sí creo que algún tijeretazo dejándola con 20-30 minutos menos, no le habría hecho ningún mal irreparable.

La actuación de los dos actores principales, encarnando a Kim y al mafioso Myeon Jeong-hak le van como anillo al dedo al film, el primero sabe transmitir el sufrimiento y dolor que padece, y la situación que ha tenido que llegar a aceptar para poder tirar adelante y asegurar el futuro de su hija, como es quitarle la vida a alguien; mientras que el segundo sorprende acertadamente como sádico y enajenado mafioso a pesar de su apariencia tranquila, capaz de blandir un hacha o un cuchillo y acabar bañado en sangre en medio de una pelea con sus rivales convirtiéndola en una auténtica carnicería.
El ritmo es variado, y va acelerándose a medida que se acerca al final, al principio con la presentación de Kim y su vida, impera la calma, mientras que en el momento que arranca la acción cuando tiene que cumplir con su encargo, el pulso del film se dispara y seremos testigos de todo tipo de persecuciones y peleas. En su mayor medida todas acertadas, a destacar la que tiene lugar en el barco, con hachazos despiadados y cuchilladas varias o en la escalera donde vive el objetivo que debe ser eliminado, o un brutal interrogatorio. Por otro lado no me ha convencido demasiado la persecución con coches, algo más floja de lo esperado y con una explosión de uno de los vehículos quizás algo forzada que le quita verosimilitud.


Considero acertada la fotografía, con colores apagados que trasmiten la soledad, el vacío y el frío imperantes en toda la cinta, y que junto con un buen juego con la cámara, dotan a las escenas de mucha personalidad. Asismismo el guión está elaborado y no se conforma en darnos una ración de violencia sin más, sino que exige de nuestra parte que estemos atentos para ir ligando cabos y entender las diferentes motivaciones de todos los personajes que van haciendo su aparición (y no son pocos), también nos tiene preparadas algunas sorpresas inesperadas que la hacen más interesante aun.
Un dato que sorprende es la falta de armas de fuego (a excepción de la policía, y a estos los retrata bastante torpes), pues aquí todos van a ajustar las cuentas armados hasta los dientes, pero con armas blancas, preferiblemente hachas y enormes cuchillos de cocina o barras de hierro, hay que darle una licencia al director queriendo crear unas luchas mucho más personales y cuerpo a cuerpo, que con la presencia de armas no habría sido posible, también con algún que otro exceso, pero que acabamos aceptando de buena gana, pues el resultado es la mar de entretenido.
Después de ver sus dos primeras obras, hay que tener muy en cuenta a este director, pues promete ser un nombre que seguirá sonando fuerte en el futuro y con películas impactantes para los amantes de este género. The yellow sea espero que se estrene en salas comerciales o al menos sea editada en DVD después de llevarse el premio al mejor director en el Festival de Sitges, una cita que recomiendo que no dejéis escapar.


2 comentarios:

  1. He leido que la versión internacional no superará los 140 minutos, tal vez alguien te ha hecho caso con las tijeras....

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  2. Tiene su lógica, supongo que cortarán parte del inicio, que ya te digo que está particularmente bien, pues no corre atropelladamente a meterte en la acción sin darte ni tiempo a asentarte. Aquí si cortan te quedará la sensación de tener menos perfilados los personajes, cosa que hoy en día pasa casi siempre. En la segunda parte entre tanta persecución si cortan algo, no será grave, total 15 minutillos menos seguro que la ayudan a la hora de ver en el cine. Lo que siempre es interesante después es que en el DVD permitan ver ambas versiones, que son tan listos que primero te sacan una y luego la otra, y a gastarte la pasta (ya me entiendes, es un decir...).

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