Dentro del aluvión de films que constituye el festival de Sitges (casi 200 películas en 10 días), se escondía tímidamente esta comedia licántropa de sabor ibérico que, tras su visionado, puedo aseguraros que merecía más atención de la que en un principio llegara a suscitar.
Acudir conjuntamente con el grupo de actores/productores/director a su estreno tiene además un aliciente entrañable, pues eramos los primeros jueces de su obra, ansiosos por ver nuestras reacciones y expectantes a nuestros aplausos, que por merecimiento, se llevaron finalmente.La historia nos traslada a las tierras de Galicia, más concretamente al pueblo de Arga (ficticio, por si alguien se lo pregunta), donde Tomás, acompañado de su perro Vito, acaba de llegar para ser nombrado como hijo adoptivo de la ciudad, pese a ser un escritor de segunda fila.
Tomás resulta ser el último descendiente varón de los Mariño, hijo de una familia sobre la que pesa una maldición centenaria. Los habitantes del lugar han tenido que vivir atormentados por la presencia de un hombre-lobo que tan sólo con el sacrificio del último Mariño desaparecerá. Su amigo Calixto (un Carlos Areces en estado de gracia y con acento gallego incluido) será el primero en recibirle en la inmensa mansión familiar que tiene en herencia. Resultando una inesperada bienvenida, todo sea dicho. El segundo en saludarle (con excesiva efusividad) es su tío Evaristo, el nuevo alcalde y a la vez advenedizo cura del pueblo, que con una sospechosa hospitalidad, le invita a su nombramiento como si fuera el acto más importante de los últimos años.
La inesperada visita de su editor Mario desde Madrid no hará sino que empeorar la situación, pues se trata de un liante que debe dinero a todo el mundo y que jamás se han llegado a caer bien.
La verdad de su estancia se hace evidente cuando, tras ser aturdidos a palazos y atados a una cruz, los encierran a ambos en los pasadizos del antiguo monasterio donde se dice que habita el centenario licántropo.
Tomás deberá escapar entonces de la maldición que azota al pueblo de Arga, una maldición muy real de la que no podrá zafarse ni con la ayuda de su inestimable Calitxo, su único aliado del pueblo.
La comedia predomina en todo momento la cinta, salpicándola con acertadísimos toques de humor negro y pisando la delicada línea del terror más clásico, con hombres lobo, catacumbas, antorchas en la oscuridad y personajes variopintos. El guión resulta verdaderamente divertido, con una vuelta de tuerca al tema de las maldiciones muy encomiable, ya que si no acaban con la maldición cuando se cumplan los 100 años, se crea una maldición sobre la maldición, causando un delirio argumental muy entretenido.
Si a esto le sumamos un reparto idóneo, la cosa va mejorando. En especial haré mención al trío protagonista, con un Areces y un Otxoa descomunales acompañados de un Secun de la Rosa tal vez un poco menos afortunado pero también acertado.
Los secundarios están al mismo nivel pero con, obviamente, menos minutos, destacando un excepcional Luis Zahera como guardia civil culto y entendido en Poe y Lovecraft que es protagonista de un gag memorable, digno de tener su propio Spin-Off. Su ambientación en general y su trabajo fotográfico están logrados, con estupendos planos de lunas llenas y caserones terroríficos muy singulares, jugando sabiamente con interiores oscuros y un sonido espeluznante, aplacando las carencias técnicas de las que lamentablemente, hace gala. Es en esos dos apartados, el técnico y el de maquillaje, donde más cojea el film. El diseño de los hombres-lobo se podría definir como chapucero, y se apoya en gruñidos escalofriantes para esconder sus obvias limitaciones, donde vemos claramente hombres con disfraz saltando con cables al más puro estilo de serie B. Su descarada intencionabilidad en ese aspecto no acaba de funcionar lo suficiente como para perdonar ciertas trampas efectistas, y a veces se reduce a sí misma a una simplonería absurda, descolocando al espectador, hasta ahora hipnotizado. Su particular inicio al más puro estilo cómic, su estilismo clásico y sus filigranas argumentales a lo largo del film lo convierten en una de las comedias más refrescantes de los últimos años, tan sólo empañada por subtramas del todo prescindibles, como la abuela de Tomás (la peor escena, el rescate en coche), el niño centenario (una tontería) o la escena final en la iglesia, suprimible y tópica.
Ofrece en cualquier caso, escenas muy originales que agradecemos efusivamente, como el matrimonio de ancianos y el problema con los cartuchos o la impresionante escena de los meñiques de Tomás, la mejor secuencia del film sin lugar a dudas, imprescindible desde ya en la historia de nuestra comedia nacional.
En fin, salvando algunas ramplonerías del conjunto propias de nuestro cine, estamos ante una sorpresa agradable y muy respetable de la comedia de terror, hasta ahora un terreno a merced de cómicos de moda de dudosa condición, nula originalidad y efímera distribución (véase Chiquito como Drácula o Martes y Trece en Aquí huele a muerto). Aconsejable para refrescarnos, que buena falta nos hacía.
Personalmente la he encontrado más bien tirando a floja. A nivel argumental principalmente, ya que en pocos minutos descubrimos que bien poco vamos a sacar en este sentido, siendo la historia muy típica y ramplona. Si salvamos algunos momentos buenos, que no memorables casi todos, principalmente gracias a Areces y Otxoa (sin ellos habría sido imposible terminar de verla), el resto carece de demasiado interés y emoción. Un diseño de hombres lobos dignos de una feria ambulante que se hubiera detenido en Arga para sus fiestas mayores, unos efectos especiales con saltos baratos sacados de una película de 1€ del todo a 100 de los chinos, y algún que otro detalle más como la insufrible escena del coche, el salvamento del perro lanzado al aire (lamentable) y en general todas las escenas de acción, no hacen sino demostrar que estamos ante un bien intencionado, pero mal plasmado en pantalla, intento de rememorar a los clásicos del terror de toda la vida. Un 5,5 justito.
ResponderEliminarYa sabía yo que no pasaría tu filtro crítico. Yo la vi en Sitges, junto a todo el reparto y me sacó varias carcajadas a lo largo del visionado. Estaría bien conocer un tercer diagnóstico del film, así que...quién lea esto y la haya visto....que se anime a darnos su opinión....!!!!!
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