El director de 300 y Watchmen, Zack Snyder nos demuestra que tras algunos trabajos por encargo, uno puede permitirse rodar una frikada de las que sueñas cuando eres niño. Si hasta ahora sus obras eran siempre adaptaciones de otros (que había conseguido filmar con auténtica soltura), esta vez nos marea con un film que acaba empachándonos con efectos de videojuego.Una chica es internada en un psiquiátrico para que le practiquen una lobotomía y así no desvelar el verdadero motivo que esconde su pervertido padrastro. Acusada de matar a su hermana y desarrollando una desbordante imaginación, entrará en un mundo alternativo donde de alguna manera escapará de su truculenta realidad.
La institución psiquiátrica se convertirá pues en un burdel, sus responsables médicos (por llamarlos de alguna manera) se transformarán en el grupo de macarras que velan por los negocios íntimos de sus prostitutas, y sus enajenadas compañeras serán sus aliadas en sus continuas misiones bélicas.
A su llegada, planteará un plan de fuga donde les harán falta 5 objetos, un mapa, fuego (mechero), un cuchillo y una llave (no nombraré el quinto por no spoilear).
Con la ayuda de sus compinches y los hipnóticos bailes de nuestra "heroína" (lo más surrealista de todo) afrontarán misiones de lo más extrañas, permitiéndose hazañas en el Japón feudal, la Segunda Guerra Mundial, en una especie de Tierra Media y en un planeta futurista plagado de robots.La llegada a la institución del "gran apostador" causará un gran revuelo que aprovecharán para darse a la fuga, aunque parece que nada saldrá como esperaban.
En la difícil tarea de describir tal producto, me referiré a él como un homenaje a la generación geek amantes de la X-Box, pues todo suena a video-clip y a "nerd" calentorro.Para empezar, nuestra protagonista (Babydoll) es una rubia con coletas y cara de porcelana que lleva minifalda de cheerleader y lucha como una superheroina de manga.
Al ritmo de canciones cañeras (interpretadas por el propio reparto en su mayoría) nuestras buenorras trastornadas se lucirán en esas peligrosas misiones que son fruto de la mente de Snyder, mezclando juegos de consola como Prince of Persia o Half Life 2 y elementos del cine más célebre como Star Wars o The Lord of the Rings. 
Su estética es efectista, plagada hasta el abucheo de trucos infográficos y creando un mundo tan poco creíble como acelerado, que a medida que pasan los minutos nos acaba por irritar.En diferentes tramos causa cierta adicción, no ya por su condición freak, si no por el apabullante despliegue de medios que hoy en día somos capaces de crear, pero en gran parte del metraje peca de grandilocuencia, queriendo asombrarnos continuamente sin conseguirlo.
La psicodelia y atmósfera clipera emborronan un proyecto que podría haber sido más gamberro y que se queda en anecdótico y fallido. Esta Sucker Punch (su traducción seria como un puñetazo a traición) nos intenta sugestionar a base de canciones y gráficos de X-Box, con algunas secuencias descaradamente de videojuego y tratando de completar nuestra hipnosis con un final lleno de moralidad y creando un mártir en Babydoll, en mi opinión, demasiado inverosímil.Supongo que en líneas generales se le puede extraer algo de jugo, ya sea por su destacable y desenfrenada acción o por algunas luchas (cuando no abusan del slow motion) que resultan incluso divertidas de excesivas que son.
Momentos como el del dragón y su cría del Medievo o los Samuráis gigantes superan el resto de secuencias, pero únicamente nuestra generación le sabrá ver el encanto que guarda.
A nivel interpretativo destacaré tímidamente al actor Oscar Isaac, que encarna al macarra jefe, y que dignifica el reparto por su entrega y buena dosis de brutalidad.
Tan sólo aguardo a que Zack Snyder no haga lo mismo que en Sucker Punch con su esperado nuevo proyecto, la sempiterna adaptación del hombre de acero "Man Of Steel" (2013).
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