viernes, 19 de agosto de 2011

PAUL (2011)

Graeme (Simon Pegg) y Clive (Nick Frost) son dos frikis ingleses en toda regla que deciden viajar hasta San Diego y asistir a la Comic-Con, para a continuación realizar una particular ruta por los diferentes puntos de los Estados Unidos famosos por sus avistamientos o rumorología relacionada con los extraterrestres (Área 51 y otros lugares del estilo) y llegar hasta México.
Lo que ninguno de los dos se podía llegar a imaginar es que a medio camino iban a recoger en su caravana a un extraterrestre, de nombre Paul, con el que inician una huída por todo el país para evitar que sea capturado por los agentes federales.
La pareja protagonista tiene una serie de culto en Inglaterra y que como suele ser habitual no ha llegado a nuestro país, Spaced (1999) muy recomendable ya que destila un humor inglés de lo más irreverente y divertido. En el apartado cinematográfico, cuentan con dos películas anteriores, que a mí entender, son de lo mejor que hemos visto en el género del humor en los últimos años, con la fantástica Shaun of the dead (2004) y la notable Hot Fuzz (2007), aquí parece que a pesar de intentar seguir el mismo recetario, no les ha acabado de salir tan bien como se esperaba y la sensación que me queda al final es de una cierta decepción teniendo en cuenta los precedentes. En su primer cuarto de hora las expectativas están altas, pues su visita a la Comic Con tiene buenos momentos (típicos guiños a series de culto o el ambiente en general de la feria), así como el inicio de su particular peregrinaje nos hace creer que la película nos regalará una hora y media de mala leche y un humor transgresor. Algunas escenas nos dan esperanzas de que esto va a ser así, como cuando comparten dormitorio en el hotel y les insinúan que son gays, o en el bar con dos pueblerinos que se pican con ellos al tomarlos también por gays (genial la frase "no me mires con esos ojos de homosexual"). Sin embargo, desde que el alien en cuestión hace su aparición, es el dúo protagonista quien casi desaparece y a partir de ese momento quedan bastante desdibujados en el rol que tan bien les había funcionado hasta ahora, el de unos nerds en toda regla. Su punto flaco es el uso de un humor blando y falto de mala ostia (para hablar claramente y sin tapujos), y es una lástima porque el argumento daba para crear multitud de situaciones hilarantes como ya demostraron que supieron tratar con la temática zombie con Shaun of the dead. Tiene sus momentos graciosos que te hacen esbozar una sonrisa o sentir una buena complicidad con Paul, personaje bastante bien conseguido pero al que le falta un poco de gancho, hubiera sido lo suyo emular a Roger, el extraterrestre de la serie American Dad, pues es lo que necesitaba la película, un extraterrestre con mala baba, un humor corrosivo como pocos y que hubiera congeniado a la perfección con Graeme y Clive. También meten de por medio a unos creacionistas de los que se habría podido sacar mucho jugo, pero se han conformado con aprovecharlos bien poco.
                             No todo es malo, ni mucho menos, la película es amena y se hace llevadera, pero de demasiado liviana que es, no logra que nos acabemos de meter en situación con los personajes y acabemos dejándonos llevar más por comodidad que por convicción. Sus mejores logros son los guiños continuos que hace a lo largo de su metraje a toda una serie de películas y series mitificadas para todos aquellos que como ellos cuentan entre los 30 y 40 años. Esa camiseta de The Empire Strikes Back, la Super Nintendo en la caravana que conducen, ver un flashback con Paul habitando el almacén del final de la peli de Indiana Jones en busca del arca perdida, guiños a E.T. disfrazándole para que pase desapercibido, o a Encuentros en la tercera fase por nombrar algunos. Pero el mejor de todos es cuando entran en un bar de carretera y los músicos de country en vez de tocar alguna canción típica, están versionando la música de Star Wars cuando entran Luke y Obi Wan a la cantina de Mos Eisley, genial y el mejor acierto de todos.
Por ello la podemos ir viendo sin ningún problema, es divertido ir pillando al vuelo esos homenajes (y los que se me habrán pasado), pero le falta algo para que trascienda un poco y nos quede grabada en nuestra memoria. Una lástima no haber sabido encontrar la combinación justa de guión y personajes para haber vuelto a lograr una comedia de las que apetece ver con amigos y reírse una y otra vez con gags impagables. Para pasar el rato y poco más.



2 comentarios:

  1. Por fin nos la pusimos ayer, que ya la tenía pendiente hace siglos. No resulta demasiado graciosa, pese a ese frikismo tan marcado del que hacen gala, todo queda en agua de borrajas. Demasiado conservadora a veces, se estanca en el caca-pedo-pis en muchos momentos, desperdiciando a grandes personajes y enormes oportunidades.
    En definitiva, una pequeña decepción por la sensación de no aprovechar el talento que tienen, pero se deja ver e incluso podemos sacarle algo de encanto. un 5,8 para un servidor.

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  2. Se pierde toda la química entre Pegg y Frost pasados no más de 15 minutos. Los mejores momentos son antes que salga el petardo de alienígena, con la Comic-Con o con los marrulleros del bar... lego, pues eso, desaprovechada totalmente.

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