SIN LÍMITES (LIMITLESS) (2011)

Eddie Mora (Bradley Cooper), es un escritor que practicamente ha tocado fondo. Si el no poder escribir una sola palabra durante meses de un libro que le han encargado no fuera suficiente, su actual novia Lindy (Abby Cornish) decide abandonarle tras una relación a la que no ve futuro. Eddie se encuentra entonces deambulando por la ciudad cuando se tropieza con Vernon (Johnny Whitworth), su ex-cuñado (ya que había estado casado con anterioridad), acaban tomando algo juntos y a pesar de sus reticencias iniciales, Eddie termina por confesarle el desastre que es su vida y su incapacidad para crear nada. Vernon le ofrece entonces una solución, una substancia llamada NZT48 que todavía no está a la venta y que le ayudaría a poder escribir.
A pesar de que no le hace mucha gracia tomar drogas extrañas, termina por probar la píldora y su vida cambia como de la noche al día, logrando en solo un día (esa es la duración de la su efecto), escribir buena parte del libro y reordenar su vida. Tomándola con regularidad a partir de entonces logra ir destacando a pasos agigantados en los negocios hasta convertirse en una referencia en Wall Street, llamando la atención de un veterano y exitoso pez gordo de las finanzas, Carl Van Doon (Robert de Niro), quien quiere saber a que se debe ese repentino y desmesurado éxito.

Si le damos una cierta licencia y nos creemos su fantástica premisa, en la que nos recuerdan lo que tantas veces se ha repetido de que solo usamos el 20% de nuestro cerebro, y que simplemente tomando una píldora, se logra usar la totalidad de su potencial y unas capacidades extraordinarias, entonces podremos disfrutar de este entretenidísimo thriller. Sin límites nos ofrece 100 minutos en que el ritmo e interés es bastante homogenio, si bien en la segunda parte acusa un poco el problema de buscar una resolución coherente y creíble para todo lo que tan bien había planteado en la primera hora. Sin embargo sale bastante bien parada de este reto y salvando algún que otro fallo (la falta de seguridad de un piso comprado por ser "invulnerable", por ejemplo o alguna escena de acción), logra cerrarla de una forma bastante satisfactoria. El reparto está bien elegido y logran darle veracidad a sus respectivos personajes, incluso De Niro está muy contenido y sabe dejar atrás los histrionismos que en la última década le han acompañado en sus cada vez menos acertadas aventuras cinematográficas, para conseguir dar vida de forma convincente a un crack de las finanzas, espero que este sea un nuevo comienzo para él. Bradley Cooper logra sacar adelante a su personaje en sus dos vertientes, tanto la desgastada y semi deprimida cuando no toma la droga, a la del exitoso Eddie que está arrasando en los negocios cuando va "colocado". También me ha gustado mucho el actor Andrew Howard, que clava su personaje de mafioso y que da mucha vidilla a la trama en la segunda mitad.
Tiene una cuidada fotografía, de la que me gustaría destacar un par de detalles que me han gustado para hacer muy perceptible cuando Eddie está bajo los efectos de la droga o cuando no, en los momentos bajos y cuando esta sin tomarla, apreciamos unas tonalidades apagadas y unos colores mortecinos, mientras que por el contrario, todo es luz y colores muy vivos al estar bajo los efectos de la NTZ48. Con ciertas sorpresas en su desarrollo, cierto sentido del humor y una buena mano en la dirección por parte de Neil Burger (responsable de la notable El ilusionista), nos podemos dejar llevar y disfrutar de este thriller para pasar un buen rato, eso sí, no le busquemos la lógica al asunto, que dificilmente la tiene.