"After my death (Choe Manheun Sonyeo, 2017)" venía precedida por varios premios de gran importancia en festivales coreanos, y ha sorprendido gratamente a un servidor, encontrándose con toda una experiencia, incómoda y por momentos inquietante, pero muy interesante.
Una chica de instituto muere una noche, y al día siguiente la policía empieza a investigar los pormenores del trágico suceso. Una compañera de clase es sospechosa de haberla estado molestando y sale a la luz un posible bullying en clase. Mientras, la madre sufre buscando respuestas y el instituto intenta hacer todo lo posible por volver a la normalidad y salir adelante. El arranque del film engancha de primeras con la policía investigando el supuesto suicidio y a los posibles sospechosos de ello, que bien podrían encontrarse, fácilmente, en su propia clase.
Ahí es cuando asistimos a un cúmulo de pistas falsas, caminos que no llevan a ninguna parte y un misterio que parece crecer cada vez más a medida que nuevos descubrimientos se van conociendo. Una película que como ya afrontaron con gran acierto clásicos del reciente cine coreano como "Princesa (2013)" o "Un monstruo en mi puerta (2014)", se adentran en la parte más oscura y violenta de la difícil etapa del adolescente.
"After my death", a pesar de su calidad, se queda un escalón por debajo de las previas mencionadas, pero es capaz de introducirnos durante un par de horas en una atmósfera rara, agónica y asfixiante, con sorprendentes momentos inquietantes de violencia psicológica y física, además de un final, que a pesar de la primera reacción de insatisfacción que pueda provocar por abstracta, es coherente y acertada, generando más preguntas que respuestas. Una obra que va creciendo con el tiempo y la distancia. Ciertamente interesante.
Adrián Roldán
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