
Junto con su compañero Whistler (Kris Kristofferson), al que rescató de una matanza vampira, formarán un tándem vengativo para acabar con ellos.
Cuando el vampiro "convertido" Deacon Frost (un inconsistente Stephen Dorff) se revela contra sus "pura sangre" por intentar salir de las sombras, verá como su plan para dominar a los humanos y eliminar a Blade no será tarea fácil..
La propuesta inicial del film conjuga elementos, a priori, interesantes, como pueden ser la guerra silenciosa contra los vampiros, la búsqueda incesante para encontrar nuestra redención personal (caso de Blade) o el simple hecho de llegar a ver posibles dilemas raciales en todo ese contexto de sangres (humanos, convertidos, puros o híbridos).
La película ofrece un primer bloque (20 minutos) frenético y muy entretenido, con suficientes estímulos visuales como para mantenernos sujetos al sillón (la primera escena de la lluvia de sangre en la discoteca con la música techno sonando ha quedado ya para el recuerdo). El abanico de personajes logra que nos situemos fácilmente en el contexto, que nos dejemos llevar por el justiciero de gafas de sol y que compartamos su misión, sin empatizar mucho con él, todo hay que decirlo, pero siguiéndole bien los pasos.
Tras esos minutos iniciales la cosa se va apagando inevitablemente llegado a su meridiano, coincidiendo con el inflado protagonismo de la "chica" de turno, la hematóloga Karen. Su aportación (como personaje y como actriz, a cada cual peor) lastima el film de manera considerable, estropeando lo que hasta el momento, prometía ser algo diferente (el antihéroe que no lo quieren ni unos ni otros y que lucha casi contra sí mismo).

Unos flojos efectos en general (muy desafortunadas las volatilizaciones vampíricas) y una historia estirada sin complejos (el resurgir del vampiro completo es, en realidad, una tontería) dejan en evidencia un prólogo que prometía más, y que se acaba convirtiendo en un divertimento de feria entre vampiros de tercera.
Quizás la morbosa actuación de Stephen Dorff como Deacon Frost pueda despertar atracción y rechazo a partes iguales, pero sí dota a su rol de un carisma peculiar y no desentona demasiado en el global, siendo posiblemente, el personaje más original de la cinta (sin contar a Blade, claro).

¿Resultado?, un intento medianamente entretenido y bastante superficial de un personaje que quizás, no merecía tanta atención (fue un secundario al principio en cómics de Drácula) y del que, por una inapropiada seriedad conceptual (debería tomarse más en broma a sí misma), acaba por resultar ciertamente necia.
Es apta para todos los públicos, pero no es necesaria para ninguno.
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