jueves, 14 de agosto de 2014

SATANIK (1968)

En pleno auge del subgénero fumetti en Italia (ya se habían estrenado la notable Diabolik y el entrañable díptico Superargo, entre otras), llegaba a las pantallas europeas una de sus escasísimas expresiones fílmicas con heroína femenina a la cabeza, la sensual a la par que letal Satanik.
El timonel para llevar a cabo este proyecto hispano-italiano fue el ya desaparecido Piero Vivarelli, quien tonteó con el fumetto nero gracias a su film "Mister X" años antes, y que se sirvió de los encantos naturales de la actriz y/o modelo polaca Magda Konopka para encabezar la cinta.
Lo que arranca como una simpática y muy libre adaptación de Jekyll y Mr. Hyde (con una mujer horriblemente fea asesinando a su colega científico para conseguir el elixir de la eterna juventud), va perdiendo su agradable y casposilla impronta fantástica para transformarse, pasada media hora, en una banalidad policíaca de lo más convencional.
La doctora Bannister (Konopka), comprensiblemente infeliz con su monstruoso aspecto, decide llevar al límite las consecuencias del experimento y se toma la supuesta pócima reparadora, para luego despertar como la sinuosa (y perfectamente maquillada) Satanik.

Una buena intro, esperanzadora
Será entonces cuando, como si de una venganza personal por sus carencias previas se tratase, comenzará su cruzada criminal para conseguir todos los lujos y joyas que se puedan, y por qué no, también algún que otro caballero de abultada billetera.
Como era de esperar, se abre una investigación por la muerte del científico asesinado y saltan a escena los inspectores de turno (entre ellos nuestro Julio Peña, aquí como miembro de Scotland Yard), que perseguirán a nuestra protagonista con bastante calma y que originarán una segunda línea argumental dentro del film, lamentablemente más aburrida.
Como viene siendo costumbre en estas co-producciones fumetti, tendremos un inevitable viajecito a la capital española, una sesión de auténtico flamenco, una moderada atmósfera pseudo-erótica (muy por debajo del homónimo en viñetas e incluso censurada en la España franquista) y gran cantidad de zooms innecesarios junto con un buen número de planos detalle que delatarán las limitadas artes de Vivarelli y su ramplona puesta en escena.

La doctora Bannister, de apariencia monstruosa
Ya convertida en la letal Satanik, y claro, jugando sus bazas
El fumetto original
El potencial de la historia resulta en sí atractivo y por momentos prometedor, sobre todo en sus primeras secuencias, con un buen arranque. Cuenta además con una excelente banda sonora del todo apropiada y bastante superior al material de base (todo una pieza de culto para coleccionistas), pero desgraciadamente esa agradable y esperanzadora trama sobre el brusco cambio físico de la protagonista se difumina alrededor del robo de un collar de diamantes que nos hará desesperar y que miremos el reloj como haría Boyero.
El desfile de maquillajes, pelucas y modelitos de la Konopka aliviará momentáneamente nuestro sufrimiento, y pasaremos por alto sus sonrojantes ineptitudes interpretativas, gracias en buena medida, a sus contoneos y demás insinuaciones a cámara, a la que corteja a menudo y en especial, por su estupendo strip-tease final, bastante sutil pero genial (momento que no se disfrutó en la pacata versión española).
Sin embargo, de entre el grueso argumental que nos ofrece su plana segunda mitad, me gustaría destacar una secuencia en concreto con un puntito delicioso de pura erotomanía : la lucha entre una violenta Satanik y la mujer de un mafioso (con un minúsculo camisón y en bragas) dentro del dormitorio de ésta última.

Seguramente en el cómic era buena idea....
Julio Peña, aquí de Scotland Yard, al acecho de Satanik
Filmada con evidentes limitaciones pero con un estupendo ritmo, destaca por ser una escena del todo pasional y dueña de un peculiar erotismo, con tirones de pelo, agarrones en lencería, asfixias, coreografías asincrónicas, admisibles errores de raccord y un acelerado jazz de fondo, cargada además de una idónea selección de recursos fílmicos, como la cámara en mano o el trato subjetivo mientras Satanik "nos" abofetea. Una secuencia que otorga cierta dignidad al conjunto global y despierta algo más que simpatía en el espectador, convirtiéndose en una de las escenas clave del film (y que colma a nuestro pequeño fetichista interior).
Así pues, podemos decir que esta mítica cinta fumetti (tremendamente conocida en Italia, no tanto aquí), tiene un buen arranque gracias a su vertiente fantástica y su punto caspa, pero que deviene plana y convencional a medida que avanza, quedándose en terreno de nadie y por momentos aburriendo al personal.
Curiosamente Miguel Bardem le rindió un inesperado tributo en su film de 1999 "La mujer más fea del mundo", con resultados más que debatibles pero con un punto mitómano destacable. Una rareza que para algunos es de culto y que para otros va directamente al cubo de la basura.

La belleza de Konopka como Satanik es evidente
Una de las mejores (y más esperadas) secuencias del film : el strip-tease final
Por último, debemos agradecer al sello italiano Nocturno por mimar tanto su edición en DVD, presentándola con un excelente transfer (debe ser el único fumetti junto a Diabolik que puede decir eso), buenos aunque escasos extras y un gran tratamiento del audio. Sólo se echan en falta unos buenos subtítulos en castellano, pero de eso, no tienen culpa los italianos.

http://www.filmaffinity.com/es/film835661.html

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