En noviembre de 2009 comenzó la emisión de una de las series más comentadas de los últimos años, la británica Misfits (Inadaptados), obra del guionista y productor Howard Overman.
Una original y sencilla puesta en escena sobre un grupo de jóvenes que deben cumplir servicios sociales por diferentes delitos menores, como la compra ilegal de estupefacientes, provocar incendios, peleas o el robo de unas chucherías.El primer día de servicio, mientras aún se están tanteando unos a otros, serán testigos de una extraña y repentina tormenta que provocará la caída de enormes bloques de hielo capaces de destruir coches (un punto menos para Attack The Block, copiándose el concepto de aquí descaradamente).
Al intentar salvaguardarse de tan peligrosa lluvia, serán impactados por un relámpago fuera de lo común que les otorgará diferentes super poderes a cada uno de ellos.
Simon (Iwan Rheon) es un chico introvertido e inteligente que descubre su nueva y asombrosa capacidad tras el suceso, la invisibilidad (aunque tarda en poder dominarla).
Kelly (Lauren Socha) destaca por tener una actitud macarra y chulesca y se despierta en ella el poder de leer mentes, descubriendo que tal vez sería mejor no poseerlo.
Curtis (Nathan Stewart-Jarrett), es un joven de raza negra que ha echado a perder su carrera como deportista por una tontería puntual, percatándose de que es capaz de saltar líneas temporales tras la tormenta, sin ningún tipo de control sobre ello.
Alisha (Antonia Thomas), siempre ha sido la más guapa, sexy y atractiva de todos. Sus encantos le han abierto puertas en la vida y se relame de su consabida belleza. A raíz del relámpago, quién la toca siente deseos irrefrenables de poseerla (bruscamente además), lo que convierte su poder en un verdadero infierno.
Por último, tenemos a Nathan (Robert Sheehan), un adolescente irreverente y bocazas que tardará en encontrar su nuevo super poder pero que lo descubrirá de una manera más bien poco elegante.
El raro fenómeno también convertirá a su monitor en un agresivo y despiadado ser que tratará de matarlos a todos. Tras defenderse de él, el grupo accidentalmente (o no) lo golpea hasta el punto de tener que enterrarlo debajo de un puente, comenzando así las desventuras de una insólita unión de superhéroes nada convencionales.
La primera temporada consta de 6 capítulos que sirven como arranque y despegue de la situación, presentando al quinteto protagonista (de manera algo forzada y torpe, todo sea dicho) pero mostrando un inicio bastante prometedor a la par que original, siendo necesarios más de 4 capítulos para degustarla en su justa medida. No será hasta el impresionante sexto episodio que no llegaremos a comprender el alcance de este fenómeno televisivo en su plenitud. Un espléndido homenaje a George A. Romero con toques a lo John Carpenter romperán la idea que estábamos concibiendo y nos reconciliará con toda la tropa adolescente. Nathan cogerá descaradamente las riendas de la serie y se convertirá en el más carismático personaje de todos, objeto ya de culto para algunos seguidores (el actor Robert Sheehan es un soplo de aire fresco en todos los aspectos, un chico tan expresivo como talentoso que consigue extraer lo mejor de su personaje y hacerlo muy divertido).
Ante tales expectativas, era de esperar que la segunda temporada (esta vez de 7 capítulos) aprovechara el tirón del chaval y le permitieran más momentos de atención, cumpliendo perfectamente con las expectativas creadas y ofreciendo una muy original e interesante sucesión de episodios que serán el momento cúspide de la serie (viajes temporales con historia de amor incluido).
La pasarela de nuevos personajes con diversos poderes es excelente y rematadamente originales (aunque muchos nos sonarán de otras conocidas fuentes), pero nunca cometen el error de plagiar sin sentido a nadie, más bien todo lo contrario, renuevan viejas ideas con enorme magnetismo televisivo.
La llorada salida de Nathan de la serie (le tiraba el cine) ocasionó un bajón importante en la sucesiva tercera temporada, que tuvo que abrirse con un mini episodio online donde su personaje explica el porqué de su marcha y ya nada será lo mismo, con unos episodios con la fórmula agotándose que formarán la que hasta la fecha conforma la última season, como dicen los británicos.
Este fenómeno sociológico cuenta con otros aciertos que la elevan notablemente, como una excelente selección musical (muy acertada), un tono paródico muy inteligente de los mitos del cine norteamericano coetáneo y ese increíble ritmo narrativo que inunda gran parte de la segunda temporada (y obviamente, el sexto de la primera, de lejos, el mejor de la serie).
Por contra, las impurezas del arranque y la desvinculación del personaje más potente hacen cojear a una serie que tenía todos los números de convertirse en mítica y tal vez no lo acabe de conseguir, aunque el tiempo lo decidirá. Profundizando en su acentuada sociología, podemos observar una lógica distribución de los poderes y el por qué de cada uno de ellos. Por un lado, Simon suele pasar inadvertido en su vida, por lo que se le despierta el potencial invisible; Kelly intimida con violencia a los demás por su marcada inseguridad, y se encuentra con la tortura de leer pensamientos; Curtis daría todo lo que tiene por volver atrás en el tiempo y enmendar sus errores para poder seguir su carrera deportiva, por lo que obtiene la capacidad de viajar temporalmente; Alisha ve incrementado su atractivo hasta el punto de que se le viene en contra y el entrañable Nathan tendrá tiempo de sobra para entender la vida desde un punto de vista menos caprichoso...
Puedo decir pues que Misfits, hasta la fecha (me faltan por devorar aún algunos capítulos), posee encanto y mucha personalidad, que se ven desvanecidos sin remedio en su tramo final, pero que salva muy bien su calidad con episodios como el del GTA, la secta de cristianos o la ex-novia de Simon, excelentes todos ellos.
Una sugestiva serie inglesa que da un enfoque muy diferente al mundo de los superhéroes, parodiándolos pero homenajeándolos al mismo tiempo, y con sobrada calidad técnica (le perdonaremos los primeros efectos, no pasa nada). Altamente recomendable para un público hambriento de humor y juerga, los demás, tal vez no le vean la gracia.
Hace bastante tiempo que empecé a ver el primero de ellos, pero a medio episodio me pareció un tostonazo y lo quité. Desconocía su trasfondo fantástico, pero su arranque y personajes no me convenció nada. Quien sabe si en algún momento le daré una oportunidad, pero antes van otras que tienen prioridad: Boardwalk Empire, Los Soprano y otras que quiero comentar aquí en algún momento.
ResponderEliminarDevorada la tercera temporada. La incorporación del nuevo personaje sustituyendo claramente a Nathan (malhablado, carismático y bocazas)ha sido un recurso más que aceptable, y podríamos decir que su perfil psicológico es de los más complejos de toda la serie, por lo tanto, un aciertazo.
ResponderEliminarPor contra, los 8 epidosios que componen la tercera tempoarada nos dejan quizás los peores capítulos de toda la serie (esos nazis, ciertos romanticismos mediocres...) y tan sólo algunos son destacables.
Los mejores, sin duda, el del dibujante de cómics, el de los zombies o el último de los fantasmas.
Lo cierto es que esperaba que fuese peor y ya esperamos nueva temporada con algunas bajas...veremos que nos depara la cuarta temporada de estos inadaptados...