jueves, 3 de noviembre de 2011

EL GONG DE LA VICTORIA (1938)

Thomas McCoy es el hijo de una humilde familia de los suburbios, con un padre que vive del recuerdo de los tiempos en los que logró hacer algo de dinero en el negocio de las varietés, pero que ahora pasa el tiempo alcoholizado y soñando con grandes negocios que nunca se materializan, por lo que es la madre que se tiene que romper la espalda trabajando de sol a sol para sacar adelante como puede a la familia. Thomas tiene una gran voz y por ello canta en la coral de la iglesia, cosa que su padre decide explotar a espaldas de su madre llevándole a bares y otros locales para que amenice el ambiente y sacarse algunos dólares que "sabiamente" administra luego en la barra del bar pillando un buen pedal. Un día en un pequeño local de boxeo para chavales, coincide allí el actual Campeón de los pesos medios, Johnny Martin, que viendo las dotes del chico para cantar y que también se defiende bien con los puños, les ofrece la posibilidad de acompañarle de gira por todo el país y tener un pequeño espectáculo antes de cada uno de sus combates. Así se inicia el contacto de Thomas con el mundillo del boxeo y durante más de 10 años vive el día a día de la vida del campeón, empezando a entrenarse también junto a su equipo técnico, cogiéndole el gusto y demostrando tener buenas maneras para ello. Ya con Johnny Martin retirado tras una larga carrera, le llega su turno empezando a pelear desde las categorías inferiores e ir subiendo lenta pero inexorablemente dentro del ranking. Un tiempo después durante un combate tendrá lugar un penoso incidente que le hace ganarse el sobrenombre de Killer McCoy y que a punto está de retirarle para siempre del boxeo llenándole la cabeza de dudas. Sin embargo, debido a las importantes deudas contraidas por su padre con un importante pez gordo de las apuestas llamado Jim Cain, se ve obligado a volver a los cuadriláteros y ponerse en sus manos acatando sus planes para que se llene los bolsillos a su costa y lograr enjuagar las deudas del patriarca de la familia. A partir de este momento Thomas se ve mezclado entre intereses de mafiosos varios, teniendo que vivir la parte más oscura del mundo del boxeo y las apuestas en contra de su voluntad e intereses.



La película tiene dos partes que podríamos dividir claramente, desde la infancia de Thomas hasta la retirada del campeón Johnny Martin, y la segunda desde que empieza a boxear de forma profesional en adelante, siendo la primera de ellas la que me ha parecido más original y conseguida, sobretodo con un acertado montaje de imágenes mezclado con titulares de periódicos que nos permiten seguir en pocos minutos los 10 años del chaval al lado del campeón. La segunda correcta también, ya entra en los problemas adultos de verse mezclado con corredores de apuestas y teniendo que vivir la dura realidad que esto supone en ciertos momentos, siendo original la forma que encuentran para ganar los combates y el punto de inflexión en la carrera del protagonista, interesante y bien encontrado. Si bien en general la película es buena, le falta algo para que tenga más garra durante ciertos pasajes de su vida adulta, sobrándome un poco la tópica historia amorosa de por medio.
Las actuaciones de los protagonistas son notables, teniendo que destacar la de Frank Morgan como padre de Thomas McCoy, dando vida a un borrachín bocazas y egoista que consigue en algunos intantes caernos simpático, mientras que en otros le echamos las culpas por ser el culpable de todos los males con los que tiene que lidiar su hijo.
Otro interesante film girando alrededor del mundo de boxeo, uno de los géneros que más me gustan, al rodearse en muchos casos de grandes historias de perdedores y toques de film noir con ambientes sórdidos y oscuros. 


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