miércoles, 30 de marzo de 2011

I SAW THE DEVIL (ENCONTRÉ AL DIABLO) (2010)

Probablemente estemos ante la mejor película de psycho-killers del año y si me apurais de la década. Es sin duda alguna, una clase magistral de cine mires por donde la mires, de principio a fin, con todos los cabos atados. Impresionante historia, crudeza antológica, actores de nivel y un montaje de los mejores que recuerdo. No puede haber demasiadas críticas adversas hacia este proyecto, escenas como la lucha en el interior del taxi o las torturas en ese cuarto asqueroso del asesino son para enmarcar.
Nos situa en Corea, dónde un asesino que mata por puro placer y de maneras inenarrables, asesina a la hija de un jefe de policía, y éste, en un arranque de venganza aunque conservando una heroica frialdad, le devuelve el golpe lentamente, dándole pequeñas cazas y yendo poco a poco a destruirle. El agente de policía toma el control del juego para que el despiadado asesino (Min-Sik Choi, soberbio) aprenda la lección de la manera más cruel imaginable, pasando un calvario similar o incluso peor de los que él procuraba a sus víctimas. Su mecanismo fílmico funciona desde la primera escena, con el asesinato de la hija de Kim en el coche atrapado en medio de ninguna parte hasta que los títulos de crédito nos devuelven a la realidad, sin haber apartado nuestra retina de la pantalla pese a sus abultados 141 minutos. Ha sido de las pocas obras que no me ha pesado esa duración dilatada, sino todo lo contrario, resulta obligatorio para poder acertar en todos y cada uno de los hechos que aquí nos cuentan.
Su estreno, un año después, se ha hecho esperar, pero ya se puede disfrutar de esta magnífica película en versión PAL, aunque animo a que la degusteis en su versión original, sin lugar a dudas.
Salgo encantado de poder haberla visto, con tranquilidad y tiempo, degustándola completamente.
Aterradora, directa y sin paja, todas las piezas en su sitio y toda la maquinaria en perfecto uso, maquillaje, fotografía, guión... una locura insana que agradecemos encarecidamente. Lo único que me ha molestado sobremanera (pero la película no es la culpable) son algunas lagunas en el subtitulado, que seguro han sido subsanadas con la edición europea.
Podeis ver a estos dos grandes intérpretes juntos también en la notable "A Bittersweet life", que posteamos no hace mucho en el blog. Desde aquí hacemos un llamamiento para promover el cine de Corea del sur, que demuestra calidad, originalidad y se distancia de la putrefacta factoría hollywoodiense, cada vez más alejada de los buenos autores para únicamente salir enriquecidos con el dinero que genera el negocio del cine.


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