El film tiene el interés más allá de la pura comedia, de conocer vivencias y anécdotas reales de su vida que son para alucinar, de esas que parecen imposibles, pero que realmente sucedieron. Pero como toda historia personal, no todo son alegrías para Vázquez, y más allá de la parte canalla y divertida, existe cierta tragedia en el trasfondo de este peculiar dibujante. Me ha gustado sobre todo por el personaje y la época con la censura de por medio y el recato típico de esos años; justo me acabo de leer un cómic que se llama "El invierno del dibujante", que retrata los años 58 y 59, cuando varios dibujantes de la Editorial Bruguera intentaron independizarse y montar una pequeña editorial por su cuenta, por lo que tenía ganas de verla.Sin embargo hay algunos peros: no te acabas de creer la ambientación de los años 60 en Barcelona, cuando abren plano y ves todo el cielo hecho por ordenador, y huele a decorado cutre en más de un momento.
El responsable del maquillaje de Ibáñez hace un trabajo horrendo con la peluca de calvo que le han puesto, parece una de esas que puedes comprar en carnaval. La falta de veracidad en algunos puntos de la vida de este "genio" y por no trabajarse más la ambientación (que no todo es poner un 600, un retrato de Franco y ya estamos en los años 60...), hacen que no le de más nota. No obstante es un producto altamente recomendable para pasar un buen rato y descubrir a uno de los vividores más grandes que ha habido.

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