Su film en cuestión, Juego de Niños (Come out and play), no era más que un innecesario remake mexicano del (a su manera) clásico del terror español a cargo de Ibáñez Serrador Quién puede matar a un niño, ahora toda una obra maestra si entramos en comparativas.
La historia ya la conocemos. Una pareja de turistas (ella con embarazo incluido) está de vacaciones por México y deciden alquilan una lancha para visitar un islote algo remoto.
Lo que no se esperan es que el lugar se encuentra desolado y misteriosamente dominado por niños poseídos que, movidos por alguna fuerza desconocida, deciden dar caza a cualquier adulto que se les cruce, con un sadismo y frialdad inhumana.
El calco con el original es tal, que quizás haya significado el remake más absurdo de la historia del cine moderno, trasladando simplemente la trama (con absoluta sinvergonzonería además) a su México natal, y copiando descaradamente escena por escena hasta provocarnos antipatía.
No tiene el menor atisbo de convertirse en una posible obra homenajeadora una vez descubierta su infiel coyuntura, y es más bien una cinta tan moribunda como fallida de obligado arrinconamiento crítico y comercial.
Los niños armados hasta los dientes y con sólo una idea en su poseida cabeza... matar a los adultos. |
Si bien es cierto que desde un punto de vista menos cinéfilo y purista, el film puede llegar a entretener e incluso sorprender (únicamente a quién no conozca el original), su condición de película menor le perseguirá siempre y, personalmente, creo que se le irá enterrando hasta condenarla al ostracismo cinematográfico (merecido por eso).
Huyendo de los monstruitos |
En definitiva, un film desmerecedor de mayor análisis y "casi" una pérdida de tiempo para el espectador, ya que rehacer una película de éxito cada vez me parece más inútil (aunque hace unos días me relamí con Maniac, que es la excepción que confirma la regla).
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