jueves, 29 de diciembre de 2011

LA DEUDA (2011)

En 1965 un comando del Mossad formado por tres jóvenes agentes (Stephan, David y Rachel) es enviado a Berlín con la misión de capturar al Doctor Dieter Vogel (Jesper Christensen), apodado como el Cirujano de Birkenau por las barbaridades que cometió al servicio de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, realizando todo tipo de experimentos con los prisioneros judíos encerrados en los campos de concentración. Tras la derrota alemana, no llegó a ser capturado, las investigaciones del Mossad apuntan que ha rehecho su vida como ginecólogo, creyéndose a salvo con su nueva identidad. Pero el plan lleva a Rachel Singer hasta su consulta haciéndose pasar por una paciente más y así poder confirmar su identidad y empezar a planear su captura. Con un plan milimétricamente trazado para capturarle, sacarle de Alemania y llevarlo hasta Israel para que pueda ser juzgado y condenado por los crímenes cometidos contra la humanidad, todo parece ir sobre ruedas, pero finalmente las cosas se tuercen y deben optar por matarle antes de dejarle huir. Aclamados desde su regreso a Israel como héroes, todos ellos han tenido una buena carrera y el reconocimiento popular auspiciados por este hecho. Treinta años más tarde, la hija de Rachel presenta un libro acerca de la exitosa misión que realizó su madre en el sector soviético de Berlín para acabar con el odiado doctor. Sin embargo parece que el pasado les reserva más de una sorpresa a Rachel y Stephan con el regreso del tercer componente de ese comando, David, quien está decidido a contar la verdad de todo lo que aconteció allí.
La Deuda es un thriller más de los muchos que cada año se proyectan en nuestros cines, pero que tiene algunos elementos que la sitúan por encima de la media habitual de este tipo de producciones y que hacen que me lo haya pasado muy bien viéndola. Por un lado tenemos la buena dirección por parte de John Madden, con un minucioso trabajo para que sea creíble el vernos inmersos en el Berlín comunista de los años sesenta, el desarrollo de la misión por parte de los agentes, así como el intento de fuga posterior al haber cazado a su objetivo. Es notable el hecho que ambas historias, la situada en los años 60 y la que tiene lugar 30 años más tarde, funcionen a un alto nivel, pues el interés narrativo no decae en ninguna de ellas y están bien hilvanadas a lo largo del metraje, haciendo que con los diferentes flashbacks o regresos al presente, nos seduzcan por igual.


El reparto funciona perfectamente en ambos casos, teniendo que destacar la labor realizada por los siete actores principales del film (los 3 agentes del Mossad en el pasado, los mismos agentes en el presente y el maléfico doctor Vogel). Helen Mirren y Jessica Chastain dan vida a la agente Rachel, y no sabría por cual de las dos decantarme si tuviera que elegir a una de ellas, pues ambas hacen un buen papel dando vida a esta agente, la primera de ellas sabe transmitir muy bien el miedo de que se descubra la verdad de su pasado y la segunda sabe expresar el miedo y la tensión que vive su personaje envuelta en una peligrosa y delicada misión.
El resto cumple sobradamente para que todo vaya rodado a medida que se desarrolla la historia y destacaría a Jesper Christensen logrando que los gestos, acciones y forma de hablar creen a un inquietante doctor nazi.
También notable la estructura narrativa, salpicada de flashbacks muy bien ubicados para que ambos marcos temporales avancen al unísono, y se vayan complementando mutuamente con la narración de cada uno de ellos. Por ponerle algún pero si acaso serían los minutos finales, que rebajan la apreciación que estaba teniendo hasta ese momento de la película, y que en cierta manera traicionan el congruente desarrollo que me había hecho disfrutarla hasta ese preciso instante. No sé si es cosa del director, tentado por hacerla más comercial o forzado por la propia productora (quien sabe) para que siguiera los cauces más habituales de los thrillers y pudiera acabar satisfaciendo al espectador que suele preferir ver repetida la misma fórmula una y otra vez, que no una interesante variación de los clichés que ya nos conocemos todos de sobra. Con un final más acorde a lo que era la película, podríamos tener entre manos una historia mucho más perdurable, pero se queda a las puertas de ello, con todo al final tenemos un film correctísimo y muy disfrutable, no voy a negarlo.
La película es un remake de la obra israelí con el mismo título del año 2007, de la que no puedo aportar una comparativa al no haberla visto.



1 comentario:

  1. De nuevo he usado la táctica de ver una de las "tuyas". Yo me quedo con la historia del Berlín sesentero, con esa fuga imposible y ese trío actoral impecable (sí, el doctor es bueno, cierto).
    Como bien dices, es un thriller por encima de la media, con un tema sólido a tratar y buen ritmo, aunque debo confesarte que mis ojos me traicionaron en algún momento.
    Mi valoración seria muy próxima a la tuya esta vez, no más.

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