
Guy (Ray Milland) construye dentro de un mausoleo una cripta anti-encierros, donde tiene a su alcance una decena de opciones en el caso de que lo enterraran vivo (con sólo un dedo saldría del ataúd, conseguiría abrir la puerta con un simple mecanismo o simplemente tendría comida para un tiempo, entre otros)
Pronto descubrirá que sus temores no eran del todo infundados, y que la gente que le rodea no era lo que parecía, comenzando así su terrorífica historia. El responsable del film, Roger Corman, está considerado como el más prolífico productor del mundillo, no en vano le llaman "king of the business" en Hollywood y aquí volvió a demostrar ese peculiar talento para contar historias de terror en un tiempo récord (sus films son conocidos por su breve metraje). Aún con vida (tiene 85 años) el cineasta estadounidense se dedica más a la producción que a rodar actualmente, queriendo evitar ajetreos.




Fruto de la pluma de Edgar Allan Poe y su relato "el entierro prematuro" de julio de 1844, esta adaptación cinematográfica es considerada de culto por varios cinéfilos, a la que catalogan (pienso que equivocadamente) de Serie B, y que a día de hoy se le rinden homenajes y es proyectada una y otra vez en diferentes festivales mundiales de terror.
Únicamente se le pueden achacar algunos bajones de ritmo a mitad de metraje que se hubiesen podido arreglar ahorrándose explicaciones, y que hacen mermar la apreciación final pese a ser un ejemplo de cinta de terror con todo el encanto de los años sesenta.
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