
En la década de los 80 nos llegaron unas cuantas series que a muchos nos marcaron la infancia,
El gran héroe americano (1981),
El coche fantástico (1982),
El equipo A (1983), pero sobretodo tengo recuerdos muy especiales de
V (1984), ya que es la única entre las mencionadas que realmente tenía una trama y tocaba la temática de la ciencia ficción que siempre me ha atraído. Pasé miedo con algunas secuencias, como el nacimiento de la niña mitad humana mitad lagarto (esa lengua...) y disfruté con ese buen ritmo que tenía junto a unos personajes con carisma, ¿quién no recuerda a Diana, la líder extraterrestre, Willie el lagarto bueno o a Donovan de la resistencia?

Otra serie de ciencia ficción de finales de los 70,
Galactica (1979), tuvo su remake hace poco y cabe decir que
Battlestar Galactica (2004) superaba con creces a la serie original, más profunda, sabiendo combinar buenos personajes y actores, con un ritmo trepidante lleno de acción y una historia de fondo que te dejaba con ganas de más, siendo para mí una serie de referencia. Por eso cuando se anunció el remake de V, me frotaba las manos imaginando el despliegue visual que podía suponer esta nueva versión de mano de la cadena ABC. Sin embargo, y bien pronto, mi ilusión inicial se fue diluyendo y me encontré con una serie mucho más floja de lo esperado en todos sus apartados.

El arranque es el mismo, la llegada de las naves nodrizas a las principales ciudades del mundo y el no menos conocido mensaje de paz por parte de unos extraterrestres de aspecto totalmente humano, pero mucho más avanzados tecnológicamente. No obstante los visitantes esconden un plan secreto y nada amistoso, así como su aspecto real de fríos lagartos. Por parte de los humanos tendremos a Erica Evans (
Elizabeth Mitchell), la que fuera Juliett en la serie
Lost y que aquí toma el papel de agente del FBI que sospecha de los visitantes, su hijo Tyler (
Logan Huffman), obsesionado con los recién llegados, Jack Landry (
Joel Gretsch) un cura que también desconfía de los alienígenas, un ex-mercenario y un renegado de los alienígenas, que acaban por juntarse como la resistencia para hacer frente a los malvados planes de Anna (
Morena Baccarin), la líder extraterrestre.
Podría extenderme a hablar un poco de la trama, pero es que en las dos temporadas que ha durado la serie hasta su cancelación (merecida en esta ocasión), aunque cueste de creer, casi no se ha avanzado en la historia y se han malgastado muchos episodios en subtramas de poco interés o en abrir hilos que finalmente no han llevado a nada. Si acaso voy a comentar los puntos negativos que hacen aconsejable no perder el tiempo viéndola (yo solo la recomiendo para aquellos que quieran reírse de la serie viéndola con amigos o para hacer penitencia y purgar algunos pecados).

Para empezar la nula evolución de los personajes: Tyler, el hijo adolescente de Erica desde el primer episodio se siente fuertemente atraído por los recién llegados y por la adolescente rubita (la hija de Anna), desoyendo las advertencias de su madre para que desconfíe, pues al cabo de 20 episodios seguimos igual, en vez de una serie de ciencia ficción, parece una de conflictos de adolescentes con sus padres, haciendo el personaje de Tyler de los más odiosos que recuerdo. Con el resto casi pasa lo mismo, encasillados en sus roles iniciales, casi sin profundizar en ninguno de ellos y aportando poquísimo a nivel de actuación (solo salvaría a la actriz que encarna a Anna, que tiene un aspecto inquietante).
La poca credibilidad de la resistencia: Erica (la agente del FBI), el cura, Ryan (el lagarto de la 5ª columna), un ex mercenario con chupa de cuero y un científico. Sí, ya está, 5 tíos que ponen en aprietos una invasión extraterrestre casi sin tener recursos, planes ni nada.... señores guionistas, un poco más de esfuerzo, por favor.
Otro gran defecto son los guiones, flojos, sosos y sin ritmo, sin atreverse a avanzar en la trama que nos interesa a todos, conflicto lagarto-humano (¿os podéis creer que en 2 temporadas casi no les hemos visto hacer nada malo de verdad?), tirando por historias aburridas de conflictos de fe, los mencionados problemas de adolescentes y chorradas varias... tras una primera temporada floja, se empezó a ver una mejoría en la segunda con algo más de ritmo y desechando algunas tramas que no tenían sentido, pero tampoco fueron suficientes estos arreglos para elevarla lo suficiente para que la audiencia respondiera y la cadena se animara a renovarla.

Lo peor de todo son los efectos especiales, indignos de los medios actuales, y es que la cadena ABC ha intentado hacer una serie de ciencia ficción pero low cost, y eso se paga doblemente: por un lado encontrándose limitados a la hora de crear escenas de lucha o bien ambientadas en las naves, y por otro lado cuando hay escenas con efectos especiales, son de risa, de aficionado (los trasbordadores al volar se nota que están superpuestos, la infografía de los interiores de las naves se ve a leguas de distancia, la escena delante del Vaticano es de lo peor jamás rodado y para acabar la cola de Anna o esas bocas llenas de dientes, me recuerdan a efectos de hace 20 años)...
En fin, una serie que es un despropósito con muy pocos alicientes para animaros a verla (uno sería la nostalgia de la serie original y buscar algún guiño, pero solo está la aparición de la actriz que hacía de Diana, que aquí toma el papel de madre de Anna), sinceramente, hay muchas otras propuestas interesantes para entretenerse, incluso mirar una pared en blanco puede tener más estímulo que alguno de los episodios de la primera temporada. Estáis advertidos, no os dejéis engañar.