sábado, 24 de noviembre de 2012

LO IMPOSIBLE (2012)

J.A.Bayona, se consagró con su primera obra El orfanato en el año 2007, un soplo de aire fresco dentro de un cine español que en demasiadas ocasiones peca de repetir temáticas y esquemas demasiado simplistas. Desde entonces se esperaba con ganas su regreso para poder valorar si confirmaba el talento que demostró entonces. De esta forma el saber que estaba inmerso en un proyecto como era Lo imposible hizo que mucho estuviéramos muy atentos a su estreno, pues intuíamos que podía ser una de las más atractivas de la cartelera.
La película está basada en hechos reales que acontecieron en el tsunami que se vivió en Tailandia durante las Navidades del 2004, convirtiéndose en la catástrofe natural más devastadora en cuanto al coste en vidas humanas, cobrándose más de 230.000 muertos.
La historia se centra en el matrimonio formado por Henry (Ewan McGregor) y María (Naomi Watts), que junto a sus tres hijos están pasando unas Navidades de ensueño en un complejo hotelero de lujo en las paradisiacas playas de Tailandia. Lo que tenía que ser una tranquila estancia en medio de blancas arenas y aguas cristalinas, se convierte en un infierno cuando una mañana un enorme tsunami asola toda la costa, arrasando todo lo que encuentra en su camino, masacrando miles y miles de personas de forma instantánea.

Paralizado ante lo que parece imposible, el mar se traga la tierra...
El film se centra en mostrarnos con todo lujo de detalles la espeluznante llegada de la mortífera ola, logrando ponernos los pelos de gallina al sentir el realismo que trasmiten las imágenes al entrar tierra adentro y destruirlo todo a su paso, arrastrando a las personas como auténticos peleles incapaces de escapar de esas aguas. Bayona ha sabido crear una tensión encomiable a lo largo de unos minutos que parecen interminables, haciendo que percibamos el miedo de los protagonistas, la impotencia de hacer nada más que intentar seguir vivos un momento más en manos de unas aguas cargadas de todo tipo de restos, convertidos en armas mortales. Siendo uno de los mejores ejemplos dentro de la historia del cine de hacer creíble una catástrofe natural (nada como las fallidas escenas de El día de mañana, por citar una de tantas).
En el aspecto visual, no hay reproche alguno, un espectáculo por todo lo alto que conmueve por su dureza, y junto al impactante sonido de las aguas, nos deja clavados en nuestras butacas acongojados con lo que estamos viendo.

Los supervivientes en medio de la destrucción...
Si esos minutos son sobrecogedores, el resto del metraje tampoco se queda atrás, mostrando a los supervivientes en una búsqueda, infructuosa en la mayoría de casos, de sus seres queridos; o el verismo que trasmiten las escenas de los hospitales, las zonas anegadas, la desespereación de los heridos y supervivientes, hacen que el film vaya más allá del resto de obras del género de catástrofes naturales. Las cuales suelen quedar como un escenario perfecto para mostrar grandes efectos especiales, pero incapaces de hacernos sentir la mínima empatía hacia unos personajes y situaciones bastante planos.

La desolación reina tras la retirada de las aguas...
Precisamente el elenco protagonista consiguen llevar la película hacia cotas más altas, con desgarradoras interpretaciones que de la mano de un guión diseñado con toda la intención del mundo para tocar nuestra parte más sensible y que la emoción nos embargue (para mí un pelín demasiado, pero dentro de lo aguantable). McGregor tiene sobre todo una escena donde se viene abajo, que deja sin respiración, y Naomi Watts está impecable en todo momento, tampoco descuidar la más que creíble participación de Tom Holland como hijo mayor del matrimonio. Un pero al film sería la casi nula química entre Watts y McGregor o el que ambas historias no hayan sido narradas en paralelo, pues por todos es bien conocida la historia y esta narración partida tampoco aporta ningún efecto sorpresa.
Y también se echa en falta haberle dado cierta presencia dentro de la historia a la movilización de un país colapsado por las circunstancias y no centrarse completamente en la familia en cuestión.
Sin embargo, en lineas generales es innegable que Bayona lo ha logrado, una película diseñada para arrasar en taquilla, pero hecha con la suficiente sensibilidad como para que al salir del cine uno se quede pensando y reflexionando durante unos minutos lo que acaba de ver, y eso ya es mucho, en unos tiempos donde el cine comercial se nos borra de la memoria inmediatamente después de encenderse las luces. Muy recomendable.

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