J.A.Bayona,
se consagró con su primera obra
El orfanato en el año 2007, un soplo de aire fresco dentro de un cine español que en demasiadas ocasiones peca de repetir temáticas y esquemas demasiado simplistas. Desde entonces se esperaba con ganas su regreso para poder valorar si confirmaba el talento que demostró entonces. De esta forma el saber que estaba inmerso en un proyecto como era
Lo imposible hizo que mucho estuviéramos muy atentos a su estreno, pues intuíamos que podía ser una de las más atractivas de la cartelera.
La
película está basada en hechos reales que acontecieron en el tsunami
que se vivió en Tailandia durante las Navidades del 2004, convirtiéndose
en la catástrofe natural más devastadora en cuanto al coste en vidas
humanas, cobrándose más de 230.000 muertos.
La historia se centra en el matrimonio formado por Henry (
Ewan McGregor) y María (
Naomi Watts),
que junto a sus tres hijos están pasando unas Navidades de ensueño en
un complejo hotelero de lujo en las paradisiacas playas de Tailandia. Lo
que tenía que ser una tranquila estancia en medio de blancas arenas y
aguas cristalinas, se convierte en un infierno cuando una mañana un
enorme tsunami asola toda la costa, arrasando todo lo que encuentra en
su camino, masacrando miles y miles de personas de forma instantánea.
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Paralizado ante lo que parece imposible, el mar se traga la tierra... |
El film se centra en mostrarnos con todo lujo de
detalles la espeluznante llegada de la mortífera ola, logrando ponernos
los pelos de gallina al sentir el realismo que trasmiten las imágenes al
entrar tierra adentro y destruirlo todo a su paso, arrastrando a las
personas como auténticos peleles incapaces de escapar de esas aguas.
Bayona
ha sabido crear una tensión encomiable a lo largo de unos minutos que
parecen interminables, haciendo que percibamos el miedo de los
protagonistas, la impotencia de hacer nada más que intentar seguir
vivos un momento más en manos de unas aguas cargadas de todo tipo de
restos, convertidos en armas mortales. Siendo uno de los mejores ejemplos dentro de la historia del cine de hacer creíble una catástrofe natural (nada como las fallidas escenas de
El día de mañana, por citar una de tantas).
En el aspecto visual, no
hay reproche alguno, un espectáculo por todo lo alto que conmueve por su
dureza, y junto al impactante sonido de las aguas, nos deja clavados en
nuestras butacas acongojados con lo que estamos viendo.
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Los supervivientes en medio de la destrucción... |
Si esos minutos son sobrecogedores, el resto del
metraje tampoco se queda atrás, mostrando a los
supervivientes en una búsqueda, infructuosa en la mayoría de casos, de
sus seres queridos; o el verismo que trasmiten las escenas de los hospitales,
las zonas anegadas, la desespereación de los heridos y supervivientes, hacen que el film vaya más allá del resto de obras del género de
catástrofes naturales. Las cuales suelen quedar como un escenario
perfecto para mostrar grandes efectos especiales, pero incapaces de
hacernos sentir la mínima empatía hacia unos personajes y situaciones
bastante planos.
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La desolación reina tras la retirada de las aguas... |
Precisamente el elenco protagonista consiguen llevar
la película hacia cotas más altas, con desgarradoras interpretaciones
que de la mano de un guión diseñado con toda la intención del mundo para
tocar nuestra parte más sensible y que la emoción nos embargue (para mí
un pelín demasiado, pero dentro de lo aguantable).
McGregor tiene sobre todo una escena donde se viene abajo, que deja sin respiración, y
Naomi Watts está impecable en todo momento, tampoco descuidar la más que creíble participación de
Tom Holland como hijo mayor del matrimonio. Un pero al film sería la casi nula química entre
Watts y
McGregor o el que ambas historias no hayan sido narradas en paralelo, pues por todos es bien conocida la historia y esta narración partida tampoco aporta ningún efecto sorpresa.
Y también se echa en falta haberle dado cierta presencia dentro de la historia a la movilización de un país colapsado por las circunstancias y no centrarse completamente en la familia en cuestión.
Sin embargo, en lineas generales es innegable que
Bayona
lo ha logrado, una película diseñada para arrasar en taquilla, pero
hecha con la suficiente sensibilidad como para que al salir del cine uno
se quede pensando y reflexionando durante unos minutos lo que acaba de
ver, y eso ya es mucho, en unos tiempos donde el cine comercial se nos
borra de la memoria inmediatamente después de encenderse las luces. Muy
recomendable.
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