Como os comentaba recientemente, la primera parte de la adaptación de la saga literaria de
Los Juegos del Hambre me dejó un sabor agridulce. Por un lado encontré interesante el posible futuro distópico que presentaban, pero desgraciadamente se profundizaba tan poco en muchas de las cuestiones relativas a esa sociedad totalitaria (sus leyes, su organización, el drama que teóricamente sufren los distritos con la represión por parte del gobierno central y todas las preguntas que nos puedan llegar a surgir al respecto), que la sensación que daba era la de encontrarnos ante una nueva producción cara y hueca. Donde se apostaba más por una cuidada estética efectista, empalagosos amores adolescentes, desfiles de modelitos y un desarrollo con poca intensidad alargado en exceso, que por un film de scifi con cara y ojos. Por eso mismo no tenía mucha prisa en abordar su secuela, pero en una tarde de debilidad he pecado, y aprovecharé para comentaros que da de sí la segunda parte de la saga creada por
Suzanne Collins.
Érase otra vez en el país de Panem podríamos empezar... pues como ya veremos la función "
copy-paste" aquí ha sido un recurso bien usado.
Nos situamos 6 meses después del final los 74º
Juegos del Hambre, en los que resultaron vencedores Katniss Everdeen (
Jennifer Lawrence) y Peeta Mellark (
Josh Hutcherson), los tributos del Distrito 12.
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Leyendo el discursito que les han escrito durante su Tour de la Victoria... |
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Nueva cháchara televisiva contando las intimidades en plan programa del corazón... |
El fin de los juegos no implica el retorno a su vida pasada, sino que como pasara con los ganadores de las ediciones anteriores, para ellos empieza el llamado
Tour de la Victoria. Durante el cual son llevados de un distrito a otro donde presentan sus respetos a los caídos, para posteriormente llevar una acomodada vida en
la capital. Sin embargo, el control que supuestamante tiene el Capitolio
en todo este montaje televisado y el pretendido mensaje conciliador que obligan a transmitir a la pareja, empieza a escapar de
sus manos con evidentes signos de una creciente rebelión en los 12 distritos. Todo ello está generando mala imagen y dudas entre el hasta el momento manso y aborregado público del Capitolio. Será entonces cuando el
Presidente Snow (
Donald Sutherland) vea necesario sacarse de
encima a tan molestas figuras para retomar el control, organizando los 75º
Juegos del Hambre, El Vasallaje.
¿En qué consiste esto? Pues nada más y
nada menos que en esta ocasión los tributos de cada distrito saldrán de entre los
ganadores de las anteriores ediciones, sin tener en consideración edades ni
condiciones físicas, por lo que hasta una anciana entra en juego.
Creando un clima de malestar entre unos personajes que ya tuvieron que
sufrir la experiencia de enfrentarse a la muerte y que ahora contaban con cierto estatus en la capital.
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Dos grandes actores que con su presencia dan un poco de cuerpo a la historia... |
No hay
sorpresas al descubrir que la pareja de moda vuelve a representar a su
distrito, y de vuelta al Capitolio tendremos un desfile en carrozas con modelitos y miradas al infinito, la
presentación de los distintos tributos, un entrenamiento para
prepararles y un escenario de lucha para que se maten a gusto con
variopintas armas... Un momento, ¿tenéis una sensación de dejà vú? ¿Algo
os recuerda a la primera parte? Sí, no os devanéis los sesos, es lo
mismo prácticamente en este sentido y pocos matices tendremos respecto a
la anterior y salvo alguna que otra pincelada socio-política para definir mínimamente que está pasando, el film no llega a avanzar demasiado.
La película repite el mismo esquema narrativo, de tal manera que incluso podría seguirse la saga empezando por la segunda parte si nos dieran un breve resumen de unos minutos en su arranque de lo visto hasta ahora. Nuevamente dos bloques bien diferenciados: el primero con el
Tour de la Victoria y el regreso para la presentación-entreno. Solo los primeros minutos en los que se viaja a los otros distritos y empezamos a ver unas señales de rebelión, escapan a lo visto anteriormente, aunque sigue faltando darle profundidad al tema, no me sirve ver un par de guardias malos aporreando a cuatro pueblerinos, que le den unos azotes precisamente al novio de Katniss y que lancen un par de tomates en señal de protesta. ¿Es una revolución o unos seguidores descontentos porque su selección ha perdido en el Mundial? Pues eso...
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Guapos en acción con más y más modelitos... |
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Otro guapo para regocijar vuestros ojos... |
Acto seguido tenemos la llegada al Capitolio, las entrevistas en directo de los distintos participantes (aquí destacaría la labor de
Stanley Tucci en el papel de Caesar, el presentador, pues tiene un toque magnético-repulsivo interesante), el posterior entreno con la forja de alianzas entre algunos de ellos, desfiles con infinitos cambios de vestuario, diálogos de relleno, etc... todo idéntico.
La segunda mitad transcurre en la arena elegida para la ocasión, en su desarrollo vuelven a pecar de poca pegada en cuanto a los enfrentamientos físicos y las muertes de los personajes, la sangre sigue sin correr (que poco interés genera el enterarnos de la muerte de algunos participantes que ni han desarrollado mediante un cañonazo y la proyección de su foto en el cielo); pero hay que reconocer que en esta ocasión la selva elegida así como las distintas trampas diseminadas desde la sala de control, le dan un tono más oscuro y algo más de tensión. Se agradece un mejor uso de la cámara y ciertos aciertos parciales en el que las imágenes trasmiten a ratos ese punto de emoción del que carecía la primera entrega. Solo con escenas como la de la niebla venenosa o la de los mandriles, por ejemplo, ya queda claro, que en este sentido se ha dado un pasito adelante. Sin embargo su largo metraje, casi 2h30, es injustificado y sobran muchos minutos que no aportan nada.
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La nueva arena de lucha, eso sí, más interesante que la anterior... |
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Que dura es esta vida en una playa paradisiaca... ¿Matamos a alguien o charlamos de amores? |
Respecto al desarrollo de personajes tampoco se esmeran mucho más allá de lo imprescindible salvo la presentación de algún que otro acompañante de rigor. El plantel de caras conocidas es largo, y a los
Jennifer Lawrence,
Woody Harrelson,
Lenny Kravitz,
Stanley Tucci y
Donald Sutherland, se les une aquí el tristemente desaparecido
Philip Seymour Hoffman, que junto al anterior al menos dan un pelín de caché en este aspecto y hacen más llevable la historia.
Un punto que me imagino que a los fieles lectores de las novelas y al público joven le encantará es la trama romántica en forma de triángulo amoroso; así Katniss y Peeta seguirán fingiendo esa acaramelada
love story de puertas afuera para tener mayores oportunidades de supervivencia, quedando el pobre Gale como repudiado, una pena, tened kleenex a mano. Para el resto de insensibles a los amores
teen de andar por casa, entre los que me incluyo, son minutos en los que uno mira el reloj y confía que la escena termine lo antes posible.
Así pues, a pesar de alguna mejoría respecto a la primera parte, el hecho de que sea un gran calco y que al final nos hagan un
coitus interruptus en toda regla en forma de gancho para emplazarnos a la tercera parte, ha hecho que mi valoración general sea la misma que en la anterior. Vosotros mismos, ya sabéis lo que os espera...