El personaje de Sherlock Holmes, nacido de la pluma de Sir
Arthur Conan Doyle, siempre se ha mostrado en pantalla (y en las novelas originales) como un inestable pero inteligente adulto con capacidades deductivas inigualables. Pero...¿os habéis preguntado alguna vez cómo pudo ser su adolescencia?, ¿cómo empezó todo? y..¿de qué manera llegaron a conocerse el Dr.Watson y él?
Apoyándose en esa idea de base, el cineasta
Barry Levinson y el guionista
Chris Columbus se dejaron convencer por el gran
Steven Spielberg (aquí como productor ejecutivo) para capitanear las aventuras de un joven Sherlock Holmes compartiendo escuela con su inseparable Watson (en realidad, se conocen ya de adultos según Doyle, pero permitámosles esas licencias por el bien del cine).
Un chico inseguro de nombre J.Watson (
Alan Cox, posible inspirador involuntario de
Harry Potter) llega procedente del norte para estudiar en una prestigiosa escuela de Londres. Allí conocerá al que, años después, se convertirá en la persona más influyente en su vida, el inigualable Sherlock Holmes.
Éste, ya destacaba por sus enormes capacidades intelectuales y excelentes resultados académicos, pero cualquier moneda tiene dos caras y no todo el mundo en la escuela le tenía el mismo aprecio y consideración.
Una serie de asesinatos recientes en la ciudad llaman la atención del joven Holmes, cuyo olfato para los casos más complejos estaba ya en proceso de maduración (incluso le retaban a resolver algunos dentro del recinto, con apuestas del profesorado incluidas).
Para Holmes, existe una relación entre esos asesinatos, que de maneras bien poco ortodoxas (la gente se suicida sospechosamente), le sugieren una extraña conexión criminal, como un minucioso plan oculto que aún está por desvelar.
Es ahí cuando Sherlock y Watson se unen para esclarecer un misterioso caso que acabará siendo mortalmente peligroso y mucho más cercano de lo que en un principio podían imaginar.
Esta aventura juvenil contiene todos los ingredientes para que su visionado sea de lo más placentero, actores capaces, diálogos ingeniosos, un buen guión (convincente tanto para el fan como para el primerizo) y una excelente banda sonora, que a buen seguro, gustará a todos los públicos.
Su excelente presentación de personajes (de lo que más me gustó, demostrando una gran capacidad en ese terreno) y esos toques de humor Watsoniano tan acertado logran alzarse con nuestra empatía, y no parecía sencillo, puesto que es un personaje mil veces trazado.
Su estructura lineal y su espléndida dosis de intriga la convierten en una más que estimable cinta "ficticia" (o más bien "libre") de las correrías adolescentes del gran Holmes, que nos cautiva desde un buen principio (hastiado de no ser ya un virtuoso del violín habiendo practicado únicamente ¡¡3 días!!), avivando su esencia plenamente.
Es evidente además la buena química entre la pareja protagonista (que no entre la chica y Holmes, puesto que ella deja bastante que desear, sobre todo en su último suspiro), y el elenco de secundarios, todos afortunadamente bien escogidos y dirigidos.
Tal vez, como puntos menos favorables, estarían las escenas de acción finales, que salpican inmerecidamente una cinta que ya de por sí, funcionaba sin esos recursos de estudio. Como podéis suponer, contiene alguna que otra crítica blanda en su conjunto (hacia la ineficacia policial británica, las rivalidades académicas entre alumnos y profesores e injusticias sociales varias, como el viejo científico incomprendido de la azotea) que no hacen sino que respetar lo comercialmente aceptable.
Nominada a mejores efectos visuales por la Academia en 1985, sobresale en el grueso de películas coetáneas por un encanto y personalidad propia, que nos seduce de maneras bien distintas (incluso los cánticos sectarios se hacen entrañables), y que nos deja un satisfactorio regusto cinéfilo (por favor, aguantad los créditos finales, la sorpresa es rigurosamente necesaria).
Es justamente en ese apartado visual donde debemos resaltar un magnífico trabajo de laboratorio, con algunas secuencias memorables (las alucinaciones son todas increíbles) y un despliegue de medios sin igual para la época, dignificando el film todavía más.
Sin duda, y obviando algunas secuencias de acción desajustadas y artificiosas, resulta una encantadora aventura para toda la familia, de principio a fin y capaz de hacernos disfrutar durante casi 2 horas de la auténtica magia del cine, trasladándonos a esa época y con esos personajes tan fascinantes.
Como punto adicional a mi reseña destacaré las fuertes similitudes con la saga Harry Potter, donde incluso hay personajes casi idénticos y lugares sospechosamente parecidos (el comedor de la escuela).....que quién sabe, quizás la Rowling sea una enamorada de esta cinta y no nos haya confesado aún que en realidad, le inspiró para su best seller.
Para terminar, agradecer de nuevo la inigualable iniciativa de los responsables del - Phenomena - por regalarnos esa proyección en 35mm tan gratificante en un cine como Dios manda, el Urgel de Barcelona.
Sin duda, estas sesiones son el acontecimiento cinematográfico más importante de los últimos años, y es obligatorio reconocerlo.