Tras unos primeros momentos en que ambos personajes chocan por ver quien es el afortunado que caza al primer autoestopista, las largas horas de espera en medio de ninguna parte acaban por acercarles gracias a la insistencia de un simpático Lionel que va haciendo bromas y explicando chistes, hasta que consigue despertar algo en el rudo y frío Max, que hasta entonces se había mostrado desconfiado y distante. Esa primera chispa de complicidad hará que se acaben decidiendo a compartir parte del camino juntos, y no mucho después le propondrá al bueno de Lionel que sea su socio en el negocio que tiene en mente.
El inicio de una buena amistad en medio de la nada... |
Y este es realmente el tema central sobre el que gira el film, la amistad, tocándola desde varios ángulos para poder desarrollar la historia de estos dos personajes. De esta forma el arranque de la película se centra en mostrarnos como se genera una relación de amistad entre dos desconocidos que por azares del destino coinciden en medio de ninguna parte, pasando del recelo inicial, a una cierta tolerancia posteriormente, más adelante una cierta camaradería cuando comparten sus primeras vivencias, para finalmente dejar paso a la aparición de la verdadera amistad e incluso de una dependencia con el otro.
Dos vagabundos con un largo trecho hasta Pittsburg, poco dinero, pero mucho ingenio... |
Un alto en el camino... |
La película está diseñada para lucimiento personal de estos dos actores, dándoles todo el protagonismo desde principio a fin, pero hay que reconocer que estaban en uno de sus mejores momentos profesionales y resuelven sin problema el reto para convertirse en los dos pilares sobre el que se levanta este interesante, poco conocido y a veces algo desconcertante film.
Un Gene Hackman ataviado con gabardina, un montón de viejas camisas sucias, boina, puro y gafas, para dar vida a un estrafalario buscavidas que nunca ha tenido suerte en la vida debido a su peculiar y agresivo carácter, que ya le ha hecho pasar por prisión una vez. Su actuación es totalmente convincente, siendo creíble tanto cuando se muestra arisco y distante al principio, como a lo largo de todo el metraje en el que se aprecia una evolución en su personalidad cada vez más afable y abierta.
Por su parte Al Pacino sabe estar a la altura de su compañero de reparto, y personifica a un joven alegre, muy incocente y del cual intuimos una cierta limitación en cuanto a sus capacidades intelectuales, por lo que se entiende que se deje arrastrar en una aventura sin mucho sentido y seguramente con menos futuro todavía, pero como un niño al que se le promete un caramelo, Lionel sigue a Max. Un buen trabajo del entonces un actor capacitado y que buscaba buenos papeles, no como en los últimos años en los que casi parece una mala caricatura de sí mismo.
Momento del robo frustado y un Max que se queda de piedra ante lo que está viendo... |
Hay grandes momentos en la película, aquellas escenas que a uno le quedan muy marcadas en su memoria y que tiempo después de visionarla y al rememorar el film, vuelven a nuestra cabeza de forma clara. Algunas tan divertidas como la escena del streptease de Max en un bar de carretera, es memorable y pone de manifiesto el cambio que se ha originado en su personalidad gracias al permanente contacto con Lionel, pues la espontaneidad y alegría con la que se pone a bailar y despojarse de toda su ropa para regocijo de todos los presentes, hubiera sido impensable para él solo unas semanas antes.
Cena con la hermana de Max y una amiga muy necesitada... |
Pero no solo tenemos grandes momentos cuando se centran en ambos actores, me ha gustado el retrato general de perdedores que podemos observar a lo largo de toda la historia, desde la calenturrienta amiga de la hermana de Max, una mujer falta de cariño, solitaria que ve en él un oasis en su triste vida; o la ex pareja de Lionel, otra perdedora aprisionada en una vida que la hace infeliz, sin salida posible para huir de allí y empezar desde cero.
Incluso los amigos pasan por malos momentos... |
Lionel y su momento de inflexión en esta historia... |
Poco conocida, a pesar de llevarse en 1973 la Palma de Oro en el Festival de Cannes, una peculiar road movie que fracasó en su momento en taquilla, personalmente creo que de forma totalmente inmerecida y quizás merece ser recuperada y valorada en su justa medida como una obra más que interesante que combina el drama y la comedia de una forma inteligente, que a buen seguro a todos nos hace reflexionar después de acabar de verla, pues dificilmente dejará a nadie indiferente con su cierre.
Por cierto, si os intriga su título El espantapájaros, no os preocupéis, pues en los primeros minutos queda bien claro y explicado por uno de los dos personajes. Os invito a verla y que nos contéis que os ha parecido.
Según cuenta John Phillip Law en el libro que le dedicó Aguilar, Hackman es un tipo insoportable en los rodajes y en lo que respecta al trato humano. Puedo imaginar que el carácter huraño que demuestra al principio de esta "Espantapájaros" (¿se titula así por su forma de ser..?) se acerca bastante al que parece hacer gala en la vida real. Pacino en cambio, aún estaba con ganas, y sin botox ni pelucones...jajaja..
ResponderEliminarLa tenía en mi punto de mira, la revisionaré en cuanto recuerde borrosa tu reseña..
No, lo de Espantapájaros, lo explica Pacino, quien cuenta una reflexión acerca de la función del espantapájaros. Según él, no asusta a los cuervos, sino que les hace reír. A partir de ese momento su personaje toma "prestada" esa personalidad y actúa como tal. Gene Hackman dijo que quedó profundamente afectado por el fracaso de la película y decidió que solo actuaría en películas comerciales a partir de ese momento. No sé si es completamente cierto.
EliminarDe Pacino lo último bueno que recuerdo sería Donnie Brasco, El Dilema o si me apuras Insomnio, y desde entonces ha llovido mucho.... la única moderna que tengo apuntada para ver algún día y en la que tengo depositadas bastantes esperanzas de verle actuar bien, es la producción de la HBO No conoces a Jack...