lunes, 29 de mayo de 2017

PICNIC (1996)

Tras el exitazo de Love Letter (1995), Shunji Iwai había logrado entrar con fuerza y rotundo éxito en el panorama cinematográfico japonés.
Dicho éxito permitió que algunos de los films anteriores de Iwai se estrenaran en cines japoneses, aunque ese no fuera su propósito inicial. Fireworks (1993), el delicioso telefilm que retrataba la vida de un grupo de niños de la ciudad de Iioka, se estrenó en las pantallas japonesas en 1995. Un curioso film, rodado en 1994 y que todavía no había conseguido ninguna clase de distribución ni proyección, también pudo beneficiarse de dicho éxito; se trataba de Picnic.
Picnic sigue la estela de Undo (1994), en la forma de tratarse de un film conciso en su duración (nada más y nada menos que 72 minutos) y con un tono algo más oscuro y surrealista que films más plácidos y románticos como Love Letter. Picnic es una pequeña joyita de obligado descubrimiento.
La película relata las andanzas de tres personajes residentes en un centro psiquiátrico, quienes se convencen de que el fin del mundo llegará en breve, por lo que deciden aventurarse al mundo exterior. Caminando a través de las paredes de la ciudad, el trío buscará un lugar para hacer un picnic, y poder ver el apocalipsis.
Picnic supone toda una sorpresa. Un film pequeño, el cual solamente necesita poco más de 70 minutos para contar y explorar sobradamente sus planteamientos.
La ambientación es exquisita, con ese putrefacto hospital psiquiátrico donde viven los 3 personajes principales; un hospital a medio camino entre una cárcel y un campo de concentración.
Su tono va a medio camino entre lo onírico y lo surrealista, además de impregnar sus imágenes de una cierta inocencia e ingenuidad, un tono en total sintonía con las psiques de los 3 jóvenes protagonistas. La cantante pop japonesa Chara interpreta al personaje de Coco con gran acierto, bailando permanentemente en la fina línea de la sobreactuación, pero saliendo airosa (evitando por los pelos interpretaciones de personajes similares y que resultan ser muy cargantes), con un personaje de curiosa vestimenta cual cuervo infernal y que actúa como una especie de ángel de la oscuridad que remueve los cimientos de las vidas de los dos personajes masculinos, descubriéndoles un mundo nuevo, cual caverna de Platón. Tadabonu Asano, quien ya apareció en Fried dragon fish (1993) (uno de los primeros films de Iwai y la primera aparición de Asano en el mundo del cine) realiza, como es habitual en él, una muy notable interpretación.
Koichi Hashizune es el tercero en discordia, con una interpretación correcta como partenaire de Asano. Las escenas de carácter surrealista, donde el personaje de Asano es torturado por las visiones de su profesor de instituto, son tan grotescas que chocan en un primer visionado; te coge de sorpresa que aparezca de golpe un puppet inquietante de un japonés cincuentón atrapado en una pared y orinando a chorros. Al igual que me parece un detalle delicioso que los personajes salgan del psiquiátrico pero sin violar las normas del centro: no atravesar el muro. Los personajes lo entienden a su manera y van caminando de muro en muro hasta llegar al mar.

Atrapados en el psiquiátrico 
"El fin del mundo está cerca..."
Los personajes deciden escapar del manicomio, caminando de muro en muro...
...montar un Picnic y tener una visión privilegiada del apocalipsis
El final no es como se espera...
Iwai toca uno de sus temas predilectos, como es el desamparo y marginación de los jóvenes japoneses presentándolos como seres torturados, traumatizados, blanco de actos horribles producidos por los adultos y que son unos outsiders incomprendidos (de ahí que la localización en un manicomio le vaya a la historia que ni pintado).
El film a nivel cinematográfico vuelve a ser una delicia e Iwai te sumerge una vez más en un mundo único y poético, con su sempiterna cámara flotante y con una fusión entre música e imagen maravilloso. En este sentido, llegando a la perfección en su inolvidable final, la que es la llegada del fin del mundo, de una tremenda fuerza visual que logra convertirse en una de las mejores escenas de toda la filmografía del director, y uno de los finales más bellos visualmente que yo haya visto.
Llena de pequeños detalles delirantes (el hecho de que la fecha del fin del mundo sea la fecha de edición de la Biblia que están leyendo los personajes), Picnic (1996) es una joyita a descubrir, un tesoro escondido que sorprenderá al cinéfilo con una propuesta original, sensible y de gran calidad cinematográfica.
Logró ganar en el Festival de Berlín de 1996 dentro del Forum of new cinema Prize of the Readers of the Berliner Zeitung. Como curiosidad de carácter rosa y sensacionalista, Tadabonu Asano y Chara, los actores protagonistas, tras conocerse en el set de rodaje, iniciaron una relación amorosa hasta contraer matrimonio en 1995. Se divorciaron en 2009.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...