miércoles, 30 de mayo de 2012

GET THE GRINGO (2012)

Que los años pasan para todos es evidente, y como cruel verdad que es, quizás algunos actores deberían empezar a reflexionar si siguen teniendo cabida como protagonistas en películas de acción o empieza a ser hora de buscar papeles más adecuados para su edad. Mel Gibson ya probó un cambio de registro como pudimos ver recientemente en El castor, y quizás en sus futuras películas debería seguir explorando nuevos caminos, ya que sin llegar al nivel de geriátrico de actores que supuso The Expendables, una película que considero gratuita del todo y sin más interés que ver un desfile de viejas vedettes del cine de acción (va a tener dos secuelas más), he tenido un poco esa sensación con Mel Gibson en esta nueva incursión en el género de acción. Ya cuesta creérselo metido en esos fregados, la verdad sea dicha.
¿Por dónde van los tiros esta vez? Pues aquí Mel se ve en la piel de un ladrón americano llamado Richard Johnson que está huyendo de la policía cargado de dinero hacia la frontera de México. Finalmente cae en manos de unos polis corruptos que tienen tratos con la mafia mexicana al otro lado de la frontera y que obviamente al ver los 2 millones de dólares que lleva consigo, no dudan en quedarse el botín y deshacerse del molesto yanki encerrándole en "El Pueblecito", un penitencial muy peculiar que realmente existió, donde vivían los reclusos junto a sus familias y en el que se podía gozar de ciertos privilegios siempre que tuvieran con que pagarlo. La corrupción, tráfico de drogas y gran violencia que reinaban allí, hicieron que finalmente las autoridades decidieran desalojarlo y cerrarlo definitivamente en el 2002. Y aquí con la llegada de Richard a esa cárcel es cuando empezamos a verle los defectos más grandes a la película, que cae estrepitosamente en mostrarse como un vehículo hecho a la medida y solo para el lucimiento de un Mel Gibson que encarna el típico americano listo, bocazas, de vuelta de todo y evidentemente muy superior a todos los otros reclusos, creando así un personaje nada creíble pero que tanto gusta al público norteamericano.


Paseando con total tranquilidad por el infierno...
En un infierno como era El Pueblecito, sobrevivir allí dentro debía ser ya una proeza para cualquier recluso, pero aquí no llega a transmitirnos del todo esa sensación, quedando bastante deslucido en ese aspecto a pesar de que la ambientación es correcta, si a esto le sumamos que nuestro protagonista es un gringo, la situación debería ser límite y se podía haber sacado mucha más tajada de sus vivencias allí dentro. Pero no, aquí en cuestión de un par de días se las arregla para saber como funciona todo, quien manda, los trucos para sacarles la pasta al resto de los pobres presos (que tontos son) y como quien no ve la cosa, tropezar casi por casualidad con un niño que es la clave allí dentro...
Si os preguntáis cual es el objetivo de la película una vez dentro de la cárcel, sin destaparos nada importante, deciros que salir de allí y vengarse de aquellos que le birlaron el dinero, ah, y de paso salvar a un niño y a su madre, para acabar siendo todo un héroe con mayúsculas. Como podéis ver, se trata de un argumento original del todo.


Bueno, sea como sea, el film se deja ver, no es que sea malo ni mucho menos, pero sabe a plato precocinado para paladares no muy exigentes. Película de sábado por la tarde en la que si te duermes a mitad de la película para echar una buena siesta, no pasa nada.
Todos aquellos que gusten del estilo de Mr. Gibson, seguramente se encuentren en su salsa, pues el actor aquí vuelve a ofrecernos su repertorio habitual de hombre duro contestatario incluso en situaciones en las que cualquiera con dos dedos de frente no osaría ni mirar a los ojos a su interlocutor, con esa actitud chulesca y resabiada que debería haberle valido un tiro entre ceja y ceja poco después de cruzar la puerta de entrada de no ser una producción made in Hollywood donde la realidad y credibilidad no siempre importan.

Tiroteos a mí... estáis muertos...
Sin embargo también tiene algunos buenos momentos por su parte, destacaría el mejor sin duda alguna con una imitación que hace de Clint Eastwood hablando por teléfono, y que en versión original me ha parecido lograda y graciosa. También ciertas escenas cargadas de ironía (las de las granadas, por ejemplo) ayudan a que nos lleguemos a tomar la película con cierta tolerancia por nuestra parte y que como entretenimiento acabe funcionando correctamente. Por cierto, un argumento más para que si os decidís a verla lo hagáis en su versión original, es poder verle chapurreando en un castellano forzadísimo, como el mismo dice "necesito practicar un poco...", pues sí, Mel, la verdad es que sí. Muy gracioso.
Lo peor es que es totalmente previsible, una vez puestas las piezas sobre el tablero, cualquiera de nosotros sabe anticipar casi todos los movimientos que se avecinan, clichés muy vistos donde la única incógnita parece ser en que minuto tendrán lugar, con pocas sorpresas (alguna sí), encaminados a terminar como todos ya sospechamos. La historia principal tiene poca miga, carece de entidad por no estar trabajada y al final los pequeños destellos rescatables predominan por encima de ella, hecho que deja bien claro esa falta de cuerpo de una película dirigida por el debutante Adrian Grunberg, que me imagino habrá sido un títere puesto realmente a las órdenes de Gibson...


4 comentarios:

  1. Hoy me ha tocado a mi ver "Vacaciones en el paraíso" (menuda traducción, ¡tócate lo que no suena!).
    Bastante de acuerdo con tu análisis, se sigue bien y por mucho esfuerzo que le pongas, Gibson te acaba cayendo gordo en alguna de sus "hazañas" masculinas (por lo menos confiesa haberse cagado encima en una escena).
    Me parece un marco interesante esa cárcel mexicana, incluso el personaje del niño (que no su historia) tiene su punto (en serio fuma??), pero es lo de menos, aunque la suciedad y la mierda esté por todos lados, él saldrá siempre victorioso, y eso sí que hace vomitar ya.
    En fin, se deja ver, sí. Y poco más.

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  2. Es una película "pret a porter" para Monsieur Gibson, el cual me gusta bastante más en su faceta de director que en la de actor (al menos cuando intenta perpetuarse en el rol de héroe se me hace muy cuesta arriba). El niño es una tontería más del guión, se tropieza con un niño en medio de ese gentío y tiene que ser quien le ayude y la clave sobre la que gira toda la trama (ah, y viene acompañado de su mamá), con lo que el argumento se convierte en el típico episodio del "Equipo A" con la banda salvando a la madre y a su retoño de las garras de los malos, que grande es Hollywood... me gustaría leer la critíca del maestro Aguilar, seguro que en dos lineas lo clava!

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  3. Escuchemos al siempre polémico Carlos Boyero, dice así :

    Es una película muy bien escrita, rodada, ambientada e interpretada. Desprende frescura y vitalidad, todos los personajes son creíbles, los diálogos revelan ingenio y cinismo de primera clase, funcionan las claves del cine de género, es una película notable que transcurre muy rápido, que te da pena que termine.

    Utilizando el escenario de una abigarrada, pintoresca y temible cárcel de Tijuana, algo que funciona en palabras del narrador como el mayor supermercado del cutrerío, describe un mundo en el que todo funciona como en el exterior, con la corrupción como única norma, regido por las relaciones de poder, con mafias con poder absoluto que son los jefes de los guardianes que les custodian, de la policía, de todo lo que se puede comprar. Incluido el trasplante del hígado de un niño endurecido y profesional de la supervivencia que ha pasado su corta existencia en esa cárcel. La relación cómplice de ese crío con un ladrón estadounidense al que todos quieren robar su botín está contada con gracia y soterrada ternura. Hablada mayoritariamente en español, interpretada por actores excelentes del cine mexicano, Vacaciones en el infierno desprende talento y atmósfera por todos sus poros. Sería lamentable que pasara inadvertida por los prejuicios que despierta Mel Gibson y por el mal momento que atraviesa su cotización en el mercado. Lo que no sufre problemas de salud es su transparente inteligencia y su sentido del cine.

    Para gustos....

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    Respuestas
    1. Es su opinión, respetable como todas, pero que al menos personalmente no comparto. Los aciertos que cita como tales, a mí me parecieron en lineas generales unas pifias enormes y de una falta de agudeza y frescura totales. Pero para gustos, colores...

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