Cuatro amigos de ciudad se reunen para pasar un fin de semana en plena naturaleza. Se proponen bajar en canoa un río que pronto desaparecerá por la inminente construcción de una presa, pero al parecer no serán bienvenidos por los lugareños, que amenazantes y peligrosos les impedirán su travesía. Los citados cuatro amigos tienen caracteres muy diferentes; por un lado tenemos a Ed (Jon Voight dejando el pabellón alto) que pese a ser un tipo racional e inteligente, le veremos llegar al límite a medida que el asunto se complica. Le acompaña su amigo Bobby (Ned Beatty, actor que todos reconocemos por ser el compañero de Lex Luthor en Superman de Richard Donner, 1978) que es un banquero entradito en kilos, despistado, patoso y miedoso, que protagoniza una de las escenas más perturbadoras del filme, siendo violentamente humillado y violado por los Hillbillys de turno; Drew (Ronny Cox) que es el personaje justo, equilibrado y razonable, y por último, el mejor de los cuatro, Lewis (un Burt Reynolds antológico) que personifica al valiente, impetuoso y líder del grupo que resultará decisivo en el desarrollo de la trama.
Avanzado el primer día de trayecto en canoa sufriran el acoso de dos "rednecks" violentos que, como antes mencionaba, someterán a Bobby a un trato vejatorio obligándole incluso a gruñir como un cerdo mientras le apañan un desmesurado castigo sexual. Mientras tanto, Ed está atado a un árbol contemplando obligatoriamente el trato humillante que recibe su amigo, siendo él el siguiente en los planes perversos de los "cariñosos" pueblerinos...pero llega Lewis y acaba con uno de ellos con una flecha, comenzando un torbellino de problemas a cada cual más engorroso; ¿dónde y cómo esconder el cadáver?¿Deberían ir a la policía?¿ Cual es la solución para limpiarse de problemas?....es ahí donde la trama adquiere inercia y se vuelve totalmente magnética, atrapando al espectador hasta los minutos finales.
Una excelente interpretación de Reynolds |
Que decir tiene que me ha parecido una obra notable, sin fisuras, atractiva, cautivadora y algo macabra, ya que acaricia el género gore (aunque en este caso justificadamente) y nos enseña sus cartas sin prejuicios, convirtiendo este film en una experiencia única.
El hecho de que su desarrollo sea en plena naturaleza nos ofrecerá momentos impresionantes, como los descensos por el río, las cascadas o los bosques en general, regalándonos una admirable fotografía.
Únicamente El Padrino pudo arrebatarle la estatuilla a mejor película en el año 72, y Cabaret le robó las otras 2 nominaciones, a mejor director y montaje.
El rodaje del film estuvo lleno de anécdotas, debido al escaso presupuesto, todas las escenas peligrosas las rodaban los actores principales, fracturándose el coxis el propio Burt Reynolds o dando ejemplo Jon Voight cumpliendo con los descensos por el precipicio, sin dobles ni stuntmen.
A destacar que el proceso de cásting fue movidito, barajando nombres de peso como Marlon Brando (descartado por ser demasiado viejo) , Donald Sutherland (que no apreció el guión en su momento, arrepintiéndose más adelante) o incluso Charlton Heston, que pareció interesado en otros menesteres.En fin, un prodigio filmico, de notable factura técnica que te remueve por dentro como pocas películas lo consiguen, siendo totalmente recomendable y diría más, casi obligatoria para cualquier amante del séptimo arte.
Era una recomendación que sabía que no iba a fallar, a mí me dejó alucinado y aún recuerdo esa tensión en la escena de la orilla del río con la vejación del pobre Bobby, por inesperada y por lo bien ejecutada, da grima la verdad. Un peliculón!
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