París 1845, en una feria en la ciudad hay un espectáculo presentado por el Dr. Mirakle (Bella Lugosi), quien está obsesionado con la evolución del mono hasta el hombre, y que realiza experimentos que traspasan la frontera de lo legal para poder confirmar sus teorías de vínculos entre ambos. En la feria conocerá a la joven Camille (Sidney Fox), quien acompañada por su pareja, el joven médico Pierre (Leon Ames) y unos amigos, han asistido a su espectáculo. El doctor se fijará en ella y pasará a ser uno de sus nuevos objetivos para proseguir con sus experimentos. 
Basado en un texto de Edgar Allan Poe (y digo basado porque a parte del título parece que no hay mucho más del relato original), los estudios de la Universal trenzaron esta sencilla pero bastante eficaz historia de terror. Con un Bela Lugosi que parece que nació para encarnar este tipo de malos (diría que sin nada de maquillaje habría sido igual de verosímil) personifica al sádico y despiadado doctor que se esconderá en las brumas nocturnas para capturar una chica tras otra. El modus operanti del inefable Mirakle recuerda al del mismísimo Jack el destripador en uno de los casos, acercándose a una prostituta y haciéndola subir a su carruaje escondido entre la niebla. 
Como puntos positivos, destacaré que estéticamente está muy lograda, gracias a los decorados e iluminación a cargo del expresionista Karl Freund y gracias a los cuales esta cinta consigue una ambientación inquietante. Remarcables esos decorados siniestros y amenazantes, así como la guarida del doctor. La poca duración del film (escuetos 58 minutos), no permiten desarrollar mucho los temas y aquí casi ni se insinúan los problemas morales de la experimentación con humanos o el choque que podría plantear las teorías evolutivas, por ejemplo. La censura hizo estragos en esta película, dejándola en esa duración cuando inicialmente llegaba a los 75 minutos (hay imágenes como la de la prostituta colgada de una cruz que para la época debió ser dura y me imagino que habría otras del estilo que propiciaron estos recortes tan drásticos). Es una lástima que hoy en día no se haya podido recuperar esos descartes y ver el montaje completo, pues tal vez la sensación final podría haber sido más positiva. Un punto en contra de este tipo de películas es la simpleza de los personajes, apenas dibujados y en los que no se profundiza en ningún momento en motivaciones o carácteres (el malo es malo y el bueno es bueno del todo, casi nunca medias tintas), pero eso era muy común en las producciones de esa época.
Como curiosidad, a mí me ha parecido ver un símil con El doctor Frankenstein, ya que Mirakle está haciendo sus experimentos en un caserón que por dentro tiene una estética como la torre que utilizaba Frankenstein y también está ayudado con un tipo que recuerda a Igor. Una cinta de terror menor pero interesante.
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