La historia en sí, arranca de manera bastante sugerente. Un enigmático anciano llama la atención de la popular pareja "superheróica" del momento, formada por los inefables Gohan y Videl, para luego explicarles una historia asombrosa sobre liberar a un héroe que está encerrado en una pequeña caja de música.
Hoi, que así se llama el peculiar viejecito, resulta ser el único superviviente del planeta Konatsu (de Kokonatsu, o sea "coco"), y acabará por suplicar a nuestro incauto grupo de guerreros que liberen al citado héroe mediante un deseo a Shenron.
Tras desbloquear el hechizo, conocerán al esquivo guerrero Tapión (de Tapioca) y toda su dolorosa historia, pero al mismo tiempo también habrán liberado al devastador y monstruoso Hildegan, el ser más destructivo del Universo.
El tándem heroico, algo más soportable de lo que parece |
El viejo Hoi, explicando el secreto de su caja mágica |
Personalmente agradezco un poco de complejidad en la trama, aunque eso ocasione ciertas lagunas, y creo que la primera mitad del OVA está a un buen nivel, siendo interesante y prometedora, tanto en calidad de dibujo como de desarrollo.
La premisa de que un misterioso anciano tenga confinado bajo hechizo a un héroe en el interior de una caja de música es estimulante, y guarda un precioso secretismo durante unos agradables primeros minutos. La explicación de sus destinos y grises pasados guardan además la suficiente dosis de misterio como para que la sigamos atentos.
La trágica decisión de Tapión de separarse de su hermano pequeño Minoshia en sendas cajas confinadas para controlar las 2 mitades de Hildegan (seccionado por un katanazo), tiene un punto ilógico pero nos vale para situar una vivencia familiar tremendamente dolorosa que explica el porqué de su comportamiento posterior.
Tapión usando su ocarina para controlar a la bestia |
Explicándole a Bulma su tragedia personal, por la noche en Capsule Corporation |
Su diseño y el de su hermano (inspirados en "The Legend of Zelda"), son perfectamente válidos, y casi le perdonamos que no pare de tocar su ocarina, el instrumento de viento con el que mantiene a raya al monstruo.
La curiosa incursión al mundo "Kaiju" (en referencia a los monstruos o "bestias extrañas") demuestra una sana intención de crear variantes en la franquicia, siguiendo unas pautas archiconocidas para el público en general, y para la audiencia nipona en particular. Grandes urbes destruidas y pisoteadas por una bestia descontrolada del tamaño de un edificio, explosiones y caos por todos lados, desconcierto, gritos y más fuego. Eso es lo que Hildegan ofrece como enemigo, con la peculiaridad de que al principio, está dividido en dos partes, tren inferior y superior (siendo extrañísimo el primer ataque, sólo con sus patas). Este ser no habla, no razona, sólo destruye y posee una fuerza desmesurada, fuera de control. Eso otorga cierto toque oscuro y desolador al OVA, que no recurre al típico -¡vámonos a luchar al desierto o a la nieve!- y se inclina por centrar su lucha en la gran ciudad.
La bestia Hildegan versus Vegeta |
Gokuh, tras conseguir su objetivo |
Una ciudad destruida pero un monstruo finiquitado |
Lo malo es que de tanto querer complicar la situación, acaba por no tener un final a la altura de las circunstancias; con un innecesario nuevo ataque de un Gokuh melenudo (el puño de dragón, ni más ni menos), un supuesto happy end pero en una ciudad desolada con miles de muertos y un enganche argumental algo chirriante (el origen de la espada de Trunks).
En conclusión, se trata de un film desaprovechado pero entretenido, con unos insólitos villanos que parecen extraídos de otra franquicia y un desarrollo decente en sus tramas, con una buena mixtura de tonos (adulto, oscuro y cómico) pero con un cierre tan previsible como trillado.
En referencia a los nombres, decir que "Hoi" es "abrir" en cantonés (obviamente, a razón de su incapacidad para abrir su caja) y "Minoshia" es un anagrama de "Yashinomi" (coco). La larva gigante "Hildegan" tiene un origen más complejo : al productor Hiruta Seiichi no le gustó el boceto inicial del personaje, pero se quedó con la boca abierta al ver la versión definitiva (gesto que en japonés, se conoce con la onomatopeya de "Gaan"). Derivado de su nombre y dicho sonido, se le otorgó en su "honor" el definitivo Hildegan (Hiruta + Gaan).
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