Puede que el agotamiento a estas alturas sea un claro condicionante en mis conclusiones, o que el público japonés quiera ver tramas que personalmente me parecen ridículas o que haya sido un intento de "infantilizar" la serie para llegar a un público más joven de nuevo, pero me sigue pareciendo imperdonable que con más medios a su alcance, un gran número de buenas historias abiertas e inacabadas y un público del todo asegurado, sean incapaces de crear cosas interesantes.
En esta que hoy rescato (y olvido), la historia se centra en las correrías de Trunks y Goten niños, sin la presencia ya de Gokuh y con apariciones puntuales del resto del equipo (que también descansamos nosotros de ellos, todo sea dicho).
Los dos amigotes andan aquí tras las Dragon Balls bajo la supervisión de la hostiable Videl (anagrama de "devil"), -hija de Mr.Satan y novia de Gohan- para hacer realidad sus deseos : Goten ansía una ciudad hecha de pasteles y Trunks un parque de atracciones para él solito. No digo más.
Llegarán entonces al pueblo de Natade, donde desde hace unos 7 años viven sumidos en la pobreza y la desesperación, convencidos de que un monstruo que habita en la zona tiene la culpa de sus desgracias y recurriendo al brujo de la aldea para que solucione el asunto (con intentos de sacrificio a lo King Kong). Casualmente, mientras nuestros intrépidos gamberretes juegan con el monstruo de marras (un dinosaurio que acaba siendo el plato del día), muy cerca de allí despertará Broly, que llevaba congelado 7 años pero que reacciona al escuchar la voz de Goten, obviamente similar a la de su odiado Kakarot.
Coco, una niña dispuesta a ser sacrificada por salvar su pueblo |
Trunks. Videl y Goten, explicándoles a los aldeanos de Natade que pueden salvarles |
El charlatán del pueblo, responsable de futuras entregas |
El film, está claramente orientado a la supuesta comicidad del jovencísimo tándem, y por ende, a un público mucho más juvenil. El reclamo adolescente corre a cargo de Gohan y Videl, estrechamente unidos pero sin roce alguno, en una relación "a la japonesa" podríamos decir.
El villano Broly pierde toda la gracia que pudo tener en su día, limitándose a gritar lo mismo una y otra vez (¡¡Kakarotto!!), absolutamente trastornado y habiendo perdido plenamente sus teóricas facultades intelectuales.
Para más inri, confunde a Goten con el Gokuh adulto que lo derrotó, se pasa toda la película persiguiendo a Trunks y su presencia es tan molesta que aturde de mala manera al espectador (además, no hagamos hincapié en cómo llegó a la Tierra con esa capsula porque...).
El monstruo será la merienda ese día |
Uno de los fotogramas destacables de la cinta |
Ni la broma de disfrazar a Krilín de Piccolo, recuperar en vano la esencia de las dragon balls o la supuestamente feroz batalla final (con un triple Kame-ha-me-ha en familia) logran apagar ya el incendio que ha provocado el film en mi, plenamente abochornado ante tanto despropósito y defraudado como nunca.
Así pues, el regreso de Broly no podía acabar peor (aunque aún volverá otra vez), pues han convertido a un buen rival en la peor calaña del espacio, quitándole cualquier estímulo a su presencia. Y en lo referente a los pequeños, no alcanzan ni de lejos la empatía que conseguía el niño Gokuh, todo modestia y pasión, magia e inocencia.
Los renacuajos tomándose las peleas siempre a broma |
El legendario Broly, quién te ha visto y quién te ve.... |
Triple Kame-Ha-Me-Ha en familia. |
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