Hubo un tiempo en que la transformación de Son Gokuh en super saiyan (mejor correr cuanto antes un tupido velo en la farsa aquella de la leyenda) suponía algo trascendental, épico, determinante y sobre todo, un nuevo estado físico fruto de una descontrolada cólera.
La horrenda muerte de Krilín a manos de Freezer, la desesperación e impotencia ante un rival imposible y un derrumbe interno que le hizo tocar fondo, ocasionó que Kakarot estallara y emergiera la parte más primitiva de su naturaleza saiyan, dejando para la posteridad uno de los momentos más emblemáticos del manga del sensei Akira Toriyama.
Entiendo que la inevitable progresión de fuerza de todos a los que les corría sangre saiyan por las venas (híbridos o no), junto con el pleno dominio de esa "técnica de transformación" era sólo una cuestión de tiempo; aunque en mi opinión, quizás se perdiese demasiado rápido la verdadera esencia de la misma.
Ya no hacen falta situaciones límite, ya no hace falta la cólera, tan sólo se necesita un poco de concentración y griterío, mucho griterío, para lograr en un periquete ese ansiado cambio a un rubio centelleante.
Tan sólo el, por costumbre agotador, Gohan en su etapa niño, en su búsqueda constante de la esquiva rabia interior, mantuvo un poco el espíritu original de la transformación, dentro de su, por momentos espectacular, combate ante Perfect Cell.
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| El androide nº 17 elimina a su creador, el Dr. Gero |
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| Gokuh disfrutaba de una tarde plácida en un centro comercial |
En el film que hoy recupero, el décimo ya de la franquicia (que se dice pronto), las melenas rubias entran en la rutina de batalla como si nada, ya que se apagan y se encienden como auténticas bombillas. Ya no queda ni rastro de aquella épica, ya no hay situaciones límite "reales", sino una sucesión de golpes que desencadenan la transformación sin remedio cuando llega el momento de las tortas serias.
En esta historia alternativa, la muerte del Dr. Gero a manos del androide nº 17 (recordemos, decapitado y aplastado sin ninguna piedad) no significó el fin de sus trabajos sobre inteligencia artificial. El ordenador central ubicado en el subterráneo del laboratorio no quedó desactivado por completo y siguió trabajando por sí sólo en tres nuevos androides, los números 13, 14 y 15.
Los números 14 y 15 fueron los primeros en activarse y en intentar cumplir la tarea por la que fueron creados : eliminar a Gokuh de una vez por todas (debido a antiguas rencillas con la Red Ribbon Army).
Gokuh, ese día de compras por la gran ciudad con su familia y amigos (con una simpática referencia a su sempiterna indumentaria incluida), se verá sorprendido por los 2 cyborgs, que al no emanar energía alguna, eran imposibles de predecir.
El joven Trunks ayudará en esta ocasión a Gokuh en su enfrentamiento contra este par de poderosos e inexpresivos androides, y aconsejará adecuadamente alejarse de la gran urbe para ahorrarse así más disgustos con la ciudadanía. Lo que tal vez no fuese tan buena idea era tener que ir a luchar al mismísimo polo norte....
En fin, tras un rato de mamporros, llegará el más peligroso de todos, el presumido androide número 13. Poco después, como no podía ser de otra manera, también el oportuno Piccolo y el siempre fastidiado Vegeta entrarán en acción (este último siempre obligado a aclarar que no viene a ayudar, sino a que nadie más que él gane a Kakarot).
En esta ocasión, el film resulta extrañamente irregular, ya que sabe conjugar elementos realmente acertados e interesantes con otros aspectos que ni enriquecen ni aportan nada a la historia, y mucho menos a la serie.
A medida que avanza la cinta, el trazado de los dibujos empeora, sobre todo en momentos de lucha donde se pierde la pausa y todo sucede a gran velocidad. Se vuelve a las narices absurdas, con algún que otro Piccolo lamentable o más de un Gokuh en extremo narigudo.
A su favor, diré que tiene una de las mejores bandas sonoras de todos los OVA, un verdadero gozo para el fan de Dragon Ball y un despliegue sonoro que roza la excelencia (con excepción del insoportable zapateo metálico a lo Cell del número 13).
También el diseño de nuevos personajes es impecable, y aunque se aferre a las fórmulas de "enemigo bajito con enemigo grandullón detrás", se demuestra que sigue funcionando bien, aunque no haya demasiado tiempo para empatizar con ninguno de ellos.
El film nos deja algunos momentos para el recuerdo; como el curioso Genki Dama subacuático y su posterior "asimilación" por un Gokuh en estado de super saiyan, que se convierte por méritos propios en una estimulante y muy necesaria variación del rígido esquema que imperaba hasta ahora. La secuencia de un Gokuh apaleado en carrera o un Krilín más gracioso que de costumbre también ayudan a paliar, en parte, el cúmulo de errores restantes.
Los puntos en común con el OVA de Saint Seiya "Caballeros del zodiaco : La leyenda de los santos escarlatas" o incluso de la mítica e incomprendida "Superman II" (con esa batalla en los cielos de la city y el posterior desenlace en el hielo) hacen que "¡Batalla al límite! Los 3 grandes super saiyans" tenga varias capas de lectura, y eso ya es más de lo que se puede decir de otras anteriores entregas.
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| El androide número 15, un cyborg que le da a la botella |
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| Por lo visto, el androide nº 14 no es tan sencillo de batir como lo fue el Metal Freezer |
Gokuh, ese día de compras por la gran ciudad con su familia y amigos (con una simpática referencia a su sempiterna indumentaria incluida), se verá sorprendido por los 2 cyborgs, que al no emanar energía alguna, eran imposibles de predecir.
El joven Trunks ayudará en esta ocasión a Gokuh en su enfrentamiento contra este par de poderosos e inexpresivos androides, y aconsejará adecuadamente alejarse de la gran urbe para ahorrarse así más disgustos con la ciudadanía. Lo que tal vez no fuese tan buena idea era tener que ir a luchar al mismísimo polo norte....
En fin, tras un rato de mamporros, llegará el más peligroso de todos, el presumido androide número 13. Poco después, como no podía ser de otra manera, también el oportuno Piccolo y el siempre fastidiado Vegeta entrarán en acción (este último siempre obligado a aclarar que no viene a ayudar, sino a que nadie más que él gane a Kakarot).
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| El más temible de todos, el número 13. |
A medida que avanza la cinta, el trazado de los dibujos empeora, sobre todo en momentos de lucha donde se pierde la pausa y todo sucede a gran velocidad. Se vuelve a las narices absurdas, con algún que otro Piccolo lamentable o más de un Gokuh en extremo narigudo.
A su favor, diré que tiene una de las mejores bandas sonoras de todos los OVA, un verdadero gozo para el fan de Dragon Ball y un despliegue sonoro que roza la excelencia (con excepción del insoportable zapateo metálico a lo Cell del número 13).
También el diseño de nuevos personajes es impecable, y aunque se aferre a las fórmulas de "enemigo bajito con enemigo grandullón detrás", se demuestra que sigue funcionando bien, aunque no haya demasiado tiempo para empatizar con ninguno de ellos.
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| Vegeta desatando su poder ante un impactado androide |
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| La fusión de los androides en el cuerpo de nº 13. El verdadero enemigo a batir. |
Los puntos en común con el OVA de Saint Seiya "Caballeros del zodiaco : La leyenda de los santos escarlatas" o incluso de la mítica e incomprendida "Superman II" (con esa batalla en los cielos de la city y el posterior desenlace en el hielo) hacen que "¡Batalla al límite! Los 3 grandes super saiyans" tenga varias capas de lectura, y eso ya es más de lo que se puede decir de otras anteriores entregas.
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