TROPA DE ÉLITE (2007)

Hace algunos años hubo una película que me impactó como pocas por el durísimo retrato que hacía de la vida de varios chavales a lo largo de gran parte de su vida en las favelas de Río de Janeiro, y es que Ciudad de Dios (2002) es de esas cintas que te marcan, que te obligan a pensar y reflexionar acerca de los que acabas de ver, apetece comentarla con alguien para compartir puntos de vista y a buen seguro que no puede dejar a nadie indiferente. Si no la habéis visto os la recomiendo para disfrutar con un cine de muchos kilates. Con una temática parecida tenemos a Tropa de élite, basada en una historia real (la visita del Papa a Brasil), un film que durante demasiado tiempo he tenido pendiente, pero que afortunadamente he rescatado. La historia nos sitúa en el año 1997 en Brasil, con el anuncio de la visita que el Papa Juan Pablo II realizará en Río de Janeiro en cuestión de unos meses; por deseo expreso del Papa y con la voluntad de estar lo más cerca posible de los más desfavorecidos va a instalarse cerca de una de las favelas más conflictivas de la ciudad, planteando esto un serio problema de cara a asegurar la integridad del pontífice durante su estancia. La corrupción general dentro del cuerpo de la policía hace que exista un frágil equilibrio con los narcotraficantes instalados en la favela, sin embargo por encima de la policía normal existe una tropa de élite llamada BOPE (Batallón de Operaciones Policiales Especiales), formado por un grupo especializado en la lucha que exige meterse en una ratonera como son las favelas, una policía militar que arriesga sus vidas cada vez que se mete en ese laberinto de calles donde cualquiera puede ser tu enemigo. El capitán Roberto Nascimiento (Wagner Moura) recibe por parte de sus superiores la orden de realizar una labor de "limpieza" en las favelas durante los meses previos a la visita del Papa para tener a raya a los narcos, paralelamente Nascimiento debe encontrar y formar un sustituto que le tome el relevo al frente del cuerpo, pues confía en poder retirarse de estas labores coincidiendo con el inminente nacimiento de su hijo. Así empieza la dura instrucción de dos policías honestos: Neto (Caio Junqueira), impulsivo y sediento de acción, y Matías (André Ramiro), más cerebral y convencido de que el sistema a pesar de sus defectos funciona. Ambos amigos desde la infancia, empiezan a vivir el día a día de lo que supone formar parte de un cuerpo como la BOPE.
La película arranca con la voz en off del capitán Nascimiento con una frase que resume muy bien la situación que se vive allí: "El que quiere ser policía en Río de Janeiro o se corrompe, o se calla o va a la guerra", su voz nos irá acompañando a lo largo de todo el metraje explicándonos la realidad político-policial y social con que tienen que lidiar continuamente. De esta manera vemos en todo momento los trapicheos que se monta la policía, desde los altos cargos hasta el que patrulla las calles, para sacarse un buen sobresueldo, desde cobrar a los comerciantes una tasa por protección, vender armas a los narcos y cualquier actividad con intimidación incluida que les permita sacar tajada. El negocio es tan jugoso que incluso entre los policías hay una despiadada batalla por ser el que controla una zona concreta de la ciudad en la que erigir un estricto control con fines recaudatorios

El sistema conocedor de sus propios problemas internos, en lugar de solucionarlos, ha acabado por crear una élite de policías que viven entregados a su causa, lejos de la corrupción y entrenados para la obediencia ciega de sus altos mandos para poner orden cuando haga falta y al precio que sea necesario, pues la BOPE es un arma de doble filo, sirviendo para imponer su ley cuando esta es requerida, haciendo el trabajo sucio que la policía no sabe o no puede hacer; pero por contra no deja títere con cabeza utilizando la táctica de disparar primero y preguntar después, estando en el punto de mira continuamente por su crueldad y falta de escrúpulos.
Los personajes sobre los que gira la historia son Nascimiento, un hombre de claras convicciones que antepone ante todo su trabajo, el respeto y la lealtad por sus compañeros, viviendo en un infierno diario que está acabando poco a poco con sus nervios, ya que la dedicación y tensión con la que se enfrentan acaba por tumbar incluso a los más fuertes. Por su parte Neto y Matías son dos policías abnegados que se ponen en sus manos para que les convierta en auténticas máquinas capaces de imponer la ley como sea, a sabiendas del duro precio que deben pagar teniendo que vender su alma y algunas de sus convicciones. La actuación de todos ellos es convincente y absorvente, principalmente la del capitán, que llega a dar miedo en más de un momento. El director no juzga directamente, nos plantea una situación y nos la expone friamente para que seamos nosotros los que debamos posicionarnos y opinar al respecto.
Cosa nada fácil, pues podemos entender a todas las partes implicadas, desde los más desfavorecidos que malviven en las favelas y cuya única salida es la del tráfico y vivir fuera de la ley; o de unos policías con un sueldo de risa que en la mayoría de casos optan por entrar a formar parte del engranaje de la corrupción o en el mejor de los casos no intervenir y limpiarse las manos; o los componentes de la BOPE, cuyas acciones pueden ser discutidas por el trato inhumano que dan a sus objetivos en más de una ocasión saltándose todas las leyes establecidas, pero comprensibles pensando en unas personas que se encuentran metidos en una guerra que exige matar o morir y que en más de una ocasión recuerda a unos Marines entrando en una ciudad enemiga. Para acabar el director José Padhila, ataca duramente a las clases bien acomodadas y a los estudiantes, los primeros por criticar desde su cómoda posición y a los segundos en muchos casos por hacer lo mismo y ser los primeros en divertirse con el uso de drogas, las mismas que generan el negocio en las favelas, la corrupción, la falta de seguridad de la ciudad y obligan a que exista la BOPE.
La polémica está servida con una película que te golpea una y otra vez con una cruenta realidad que nos es ajena, pero no por ello menos dura. Excelente film con un ritmo trepidante, una historia que transpira realidad por todos sus poros y dirigida de una forma estupenda. Tuvo una segunda parte que tengo intención de ver en breve y poder comentarla también, no os la perdáis, os aseguro que vale la pena.
La sesión no estaría completa si no véis la segunda parte que se rodó 3 años más tarde, aquí está el link correspondiente de una dignísima secuela:

TROPA DE ÉLITE 2: O INIMIGO AGORA E OUTRO (2010)