NO LO LLAMES AMOR...LLÁMALO X (2011)

Mucho me temo que voy a tener que romper una lanza en favor de esta infravalorada comedia que, como mínimo a mí, me hizo pasar un buen rato.

Es la ópera prima de Oriol Capel, uno de los guionistas de 7 vidas o Aída, y que como ya sucedió con ¿Para qué sirve un oso?, se las apaña para juntar a los actores de aquella serie para perfilar su propio film.
La historia recae en un fracasado director de cine X llamado Pepe, que un día descubre que su vida no ha sido el éxito que él cree, ni que su matrimonio funciona tan bien como piensa ni que sus intenciones de volver a rodar una película 20 años después parece interesar a nadie.
Está convencido que el guión de su sobrino es ideal, "El Alzamiento Nacional", para volver a demostrar que es capaz de romper taquilla con intenciones de un estreno en la Gran Via madrileña.
Hipotecando su casa y sufriendo en silencio una dura enfermedad comenzará su sueño, crear lo que él define como el Ben-Hur del porno.
Contacta de nuevo con su equipo de siempre, el cámara, los actores, el "estilisto",ayudantes de dirección y además le acompañará su sobrino del pueblo, que verá su sobrio guión "un pelín cambiado". Según Pepe, el cine español para adultos necesitaba una película de la Guerra Civil Española combinada con cine X que le hiciera justicia, su lema es....hacemos el amor, no la guerra.
Sucederán algunas historias de amor nada convencionales mientras ruedan la película, y puede que el final feliz no esté del todo asegurado, aunque nunca es tarde para arreglar las cosas, si se pueden. A mi modo de ver, el film de Oriol es consciente de sus limitaciones constantemente, pero resulta refrescante, graciosa y sobre todo, muy entretenida. Su diversión radica en dos pilares fundamentales, el conjunto actoral (espléndido) y la trama, que da pié a miles de situaciones llenas de comicidad. Actores como Mariano Peña (el Mauricio de Aida), Paco León, Kira Miró, Julian López o Adriana Ozores garantizan un film grato, pero si además le sumas a Carlos Areces (buenísimo haciendo de Franco), la porno star Sophie Evans o a Javier Gutiérrez (de lo mejorcito en sus escenas con su madre anciana), el entretenimiento está casi garantizado.
Pienso que el film necesita verse desde una perspectiva nada crítica, alejado de la cinefília y aproximándose al concepto de la buena narrativa televisiva para entenderla del todo. El telón del porno siempre ofrece situaciones divertidas; esa escena del plátano del personaje de Lourdes, la declaración de amor de Fermín mientras ella se lo hace con un actor, o incluso las caras de Julian López al ver como descuartizan su serio guión.
Puedo entender que cataloguen ciertas partes del film como de humor grueso, pero considero un despropósito no divertirse con ello, ya que son personajes tan caricaturescos y desfasados que, como mínimo a mi, me han provocado empatía y buen rollo.

El entrelazado de historias está muy bien montado y las secuencias de sexo están hechas con descaro y soltura, sin ápice de grosería y eso se debe a Oriol y sus maneras, que apuntan alto.
Nada más que decir, espero que las duras críticas que se ha llevado este film, catalogado de malo, repleto de chistes de whiskeria, con personajes casposos o que causa vergüenza ajena quede suavizado por mi opinión, ya que a mi entender, esos juicios son destructivos como siempre lo suelen ser con las comedias de este país.
Un ensayo cinematográfico digno de aplauso y que ha conseguido arrancarme más risas que cualquier capítulo de sitcoms españolas.
No me iré sin destacar por encima de todos a Julián López, un talento en alza que poco a poco se comerá la pantalla sin compasión, un genio.