En el inicio, sus titulos de crédito son algo ridículos, con esos remeros surrealistas y los cientos de kanjis ilegibles ..bla bla bla...y entonces vemos al bueno de Lee en el aeropuerto, en un restaurante...en el baño (va como 4 veces en toda la peli...) todo aderezado con una sintonia que se repite hasta el suplicio, sonando como una veintena de veces cada vez que la situación era cómica o simpática. Un horror ese trozo, media hora de payasadas que sólo salva el carisma arrollador del artista marcial. Al llegar al local, los mafiosos atacan de nuevo, pero bruce estaba entretenido haciendo qué sé yo en el baño .. ¡¡ se le puede ver subido a la taza como si solo fuera a meditar !! .....algo muy raro.
Los combates venideros son un claro ejemplo de la capacidad y exigencia de Bruce, pues son de una hipnótica atmósfera que supo inmortalizar con gran acierto. Los 3 malotes en cuestión son Ing-sik whang (un maestro real de Corea que aqui se hace pasar por un profesional japonés del Karate), Robert Wall, un campeón karateka estadounidense que contribuyó a un gran combate en el film (escena mítica ya) y el grandioso Chuck Norris, cuyo combate podriamos decir que está entre los mejores 5 de la historia del cine. Bruce quería que hubiese mucha diferencia de tamaño entre ambos, y como ya he mencionado, cebó al bueno de Chuck para tal propósito.
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| Robert Wall |
Catalogaria pues a El furor del dragón, como una de las mejores peliculas de kung-fu de la historia, y una de las mejores de Bruce Lee, aunque no fueron muchas.



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