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domingo, 18 de diciembre de 2011

APOLLO 18 (2011)

Estrenada durante el pasado Festival de Sitges, levantó una gran expectación y prueba de ello es que las entradas se agotaron rápidamente, quedándome sin poder entrar a verla, pero estamos en la era de Internet y no hay nada que en un par de meses no se pueda encontrar con una excelente calidad de imagen. Justo acabo de verla y puedo decir que no se trata de una gran película pero que en cine debió resultar bastante inquietante, pues vista desde casa logra en algunos pasajes crearte una sensación de incomodidad que demuestra que algo tiene. Os comento un poco el argumento (tampoco hay mucho que explicar) y luego ya vamos a valorar que da de sí el film en cuestión. La película arranca con unas anotaciones en pantalla declarando que se han desclasificado toda una serie de documentos y videos de una misión que no consta en los archivos oficiales, desvelando así una inquietante verdad ocultada hasta ahora por el Gobierno. Durante la carrera espacial contra la otra superpotencia del momento (la URSS), la NASA llegó a mandar a la Luna varias misiones tripuladas, siendo el Apollo 17 en 1972 la última de ellas. ¿Pero fue así realmente? Pues se ve que no, y gracias a los distintos videos que en forma de documental conforman el film, llegamos a conocer que un año más tarde de la última misión de la que se tiene constancia, la NASA mandó a dos tripulantes a la Luna para cumplir una misión secreta financiada por el Departamento de Defensa.
La tripulación cree que se trata de una misión rutinaria para ir a la superficie lunar y realizar una serie de pruebas, la instalación de unos sensores y cámaras, así como la toma de muestras para su posterior estudio. Pero al poco tiempo de aterrizar allí empiezan a tener la sensación de que algo marcha mal, primero solo serán detalles que intentan achacar a causas "naturales" y conocidas para poder explicarlas, sin embargo el descubrimiento en las inmediaciones de una nave rusa abandonada y sin rastro de la tripulación les hace sospechar que no están allí por casualidad; eso sumado a una serie de incidentes y a extraños sonidos desde el exterior (¿o el interior?), les obliga a estar alerta sin poder descuidarse ni un solo momento ante la posibilidad de estar ante algún tipo de amenaza desconocida.
Una nueva incursión en el género de la grabación en forma de falso documental que intenta conferir halos de autenticidad y veracidad mediante este uso tan cercano de la cámara. La película tiene por así decirlo un buen arranque e ingredientes para lograr generar una mayor sensación de agobio que otras obras del estilo, simplemente por el hecho de transcurrir en en el espacio exterior consigue en ciertos momentos incomodar mucho al espectador, pues si no te sientes seguro dentro de tu sonda espacial, ¿dónde demonios te vas a ir si estás en plena superficie lunar?
Como decía, los primeros minutos tienen el interés de ir descubriendo de que va todo esto, y en cierta manera logran crear un ambiente creíble de lo que podría ser una misión de la NASA mediante los diferentes tipos de cámaras usados, alternándolos continuamente, pasando de imágenes tipo documental de los 70, como a enfoques con cámaras de Super 8 dentro de la sonda y varios puntos de vista de las imágenes.
Siendo como es una idea no muy original, necesita de un buen guión para permitirse alargarse durante casi 90 minutos y salir bien parada; aquí está el problema, pues con menos de una hora ya lo teníamos casi todo explicado y bien clarito, pero el negocio manda, había que alargarlo para darle más cancha al tema y llevarla al cine. Por desgracia la cosa no daba para tanto y acaba por ser repetitiva y poco imaginativa en la parte final, aparte de caer en la tentación de usar topicos muy vistos en historias parecidas (vease Paranormal Activity o muchas en las que hayan situaciones claustrofóbicas), por lo que va perdiendo fuelle a medida que llegamos a la conclusión, siendo esta además algo precipitado. Un mediometraje de 50 intensos minutos habría sido una obra notable, pero nos tenemos que conformar con un producto que acaba cumpliendo con lo justo para arrancarnos algún momento de suspense (las escenas en los cráteres dan mal rollo y están bien filmadas, y quizás alguna sorpresa puntual), pero el resto nos puede llevar a pensar algo del estilo: "Esto ya se ha hecho..." o "Va a pasar esto..." o simplemente no acabarnos de convencer. Con todo un correcto entretenimiento que si se ve en el momento adecuado y a solas puede ser más que resultona, por lo que tal vez no desmerezca un pase para los amantes de la ciencia ficción / terror.  


domingo, 26 de febrero de 2012

THE RIVER (2012) - SERIE TV

La imagen del Dr. Emmet Cole (Bruce Greenwood) vestido de explorador y hablando delante de la cámara antes de adentrarse en la selva, es la última de la que se tiene constancia antes de su misteriosa desaparición en pleno Amazonas. La gran conmoción de este hecho, desata unos largos meses de incesante búsqueda del carismático y querido protagonista de un programa de documentales, que a lo largo de más de 20 años ha acompañado a miles de familias de todo le mundo a través de sus televisores, descubriéndoles las grandes maravillas de la naturaleza. Sin embargo tras 6 meses de infructuosa búsqueda se le da por muerto para desconsuelo de la familia y de sus fieles seguidores. Cuando todo parece perdido, oportunamente la cadena para la que trabajaba Emmet, les hace una propuesta a su mujer y su hijo, ofreciéndoles la posibilidad de subvencionar una nueva búsqueda a cambio de permitir que vayan acompañados de cámaras en todo momento para que quede grabado hasta el más mínimo detalle, y poder realizar un documental a posteriori. El grupo de rescate está formado por los siguientes miembros: Tess Cole y Lincon Cole (mujer e hijo del aventurero respectivamente), Lena Landry (hija de uno de los cámaras que han desaparecido junto a Cole), A.J. Poulain (cámara del programa que les graba en todo momento), Clark Quietly (productor del programa), Kurt Bryndilson (experto en armas contratado para proteger al grupo en caso de necesidad), Emilio Valenzuela (fiel mecánico del barco del Dr. Cole y que había viajado en muchas ocasiones con él) y para acabar, la hija de éste: Jahel Valenzuela (de la que ya hablaré luego...).

El Dr. Emmet Cole, muy al estilo del conocido "El cazador de cocodrilos", Steve Irvin
Avanzando en la búsqueda, finalmente logran localizar abandonado el barco en el que viajaba la expedición (y que partir de ese momento será su nueva base), es en ese momento cuando descubren la existencia de una presencia totalmente hostil y de una naturaleza que roza lo paranormal, cambiando por completo la percepción que tenían hasta entonces de las posibles causas por las que el Dr. Cole podía haber desaparecido (las nuestras también, por supuesto). Aprovechando las cintas dejadas a bordo con las grabaciones realizadas hasta el momento en que perdieron el contacto, van reconstruyendo los pasos dados por la anterior expedición para intentar localizarles en los diferentes puntos en los que aparecen en sus vídeos. Se presenta un largo viaje por el río Amazonas (de ahí el título, claro, no la van a llamar "The mountain"...), adentrándose cada vez más en las profundidades de una naturaleza salvaje, desconocida  y que esconde muchos más misterios de los que nunca hubieran podido imaginar.
 
El árbol con las muñecas... quizás el momento de más mal rollo
El creador de la serie es el israelí Oren Peli, responsable de la exitosa saga Paranormal Activity y que aquí da el salto a la televisión. Por tanto, no es de extrañar que a nivel visual, The River tenga mucho en común con sus anteriores obras. La perspectiva siempre es subjetiva, con multitud de enfoques, cambios de planos bruscos si la situación lo precisa, logrando de esta manera dotar de un buen ritmo a los episodios, así como generar una creíble sensación de realismo y sugestionarnos gracias a la notable ambientación en medio de la selva. Sin embargo, sus mejores armas a veces también juegan en su contra y hay momentos en los que ciertos enfoques o movimientos de cámara nos sobran, aunque la duración de unos 40 minutos por episodio permiten que no lleguemos al agotamiento como pasaba con obras como El proyecto de la bruja de Blair o Apollo 18, que abusaban de metraje. Otro buen punto es el sonido, jugando a inquietarnos al combinarse con imágenes que quedan fuera de enfoque y que dejan rienda suelta a nuestra imaginación.

Múltiples cámaras y todo tipo de enfoques y resoluciones...
Los episodios se presentan en forma de falso documental, siguiendo el día a día de la tripulación de rescate mientras avanzan por el Amazonas. Tenemos momentos de todo tipo: Acción trepidante que nos eleva el pulso, pasando a ver partes de entrevistas con los distintos miembros del grupo, durante las cuales se les pregunta acerca de sus expectativas a la hora de unirse a esta misión, sus recuerdos y opiniones en referencia a Emmet Cole, su estado de ánimo ante algún hecho ocurrido con la travesía, etc...; así como la creciente aparición de tensiones en el seno del grupo al enfrentarse a los retos que la selva les va planteando a lo largo de los episodios o a la hora de tomar alguna decisión para seguir su viaje.
Los diálogos no son nada del otro mundo, y este no es realmente un punto donde se haya demostrado una gran creatividad, siendo algunos de ellos de lo más típicos y vistos ya en multitud de películas con situaciones parecidas.
En general los personajes cumplen a pesar de que presentan unas personalidades también bastante previsibles y un tanto estereotipadas, pero esto no llega a ser una molestia insalvable para intentar meterse en la historia; de no ser por uno de ellos, que creo que se hace bastante odioso desde bien al principio, Jahel Valenzuela, nativa del país, que se nos descubre como una gran conocedora de todo tipo de leyendas, signos mágicos y todo lo que se tercie, demasiado oportunamente para la resolución de los misterios planteados en cada episodio, poco creíble y quizás lo que más me ha molestado hasta ahora. La serie está planificada, según se ha dicho, en 8 episodios, asimismo según ha afirmado su creador, la serie va a ir de menos a más en cuanto a mostrar sus cartas y una creciente sensación de desasosiego al internarse cada vez más en lo desconocido. Espero que sea así y logren cerrarla convincentemente, aunque me temo que al final del 8º episodio solo descubriré que esto solo es el comienzo de una larga cuenta de temporadas. Hasta lo que he visto (4 episodios), se le ve cierto potencial, hay cosas positivas como comentaba antes, pero el esquema de episodio es quizás un poco previsible al intentar hacer pequeñas mini historias autoconclusivas en cada uno de ellos, cuando yo personalmente, preferiría una historia más abierta; y siempre parten de algún oportuno descubrimiento en alguno de los vídeos grabados y con la "inestimable" ayuda de la Valenzuela de marras...
Su episodio piloto tuvo acento patrio, al ser dirigido por Jaume Collet Serra, un cineasta que ha ido ganando prestigio gracias a películas como Sin identidad, y al que confiaron el arranque de esta serie y que debía marcar la pauta a seguir para los otros directores encargados del resto de episodios. La serie no ha tenido de momento unos grandes números de audiencia, aunque dependiendo de si logran darle un buen final, puede ser de aquellas que luego muchos espectadores rescaten gracias al efecto boca oreja. Para amantes de los misterios y a los que os guste sufrir y las situaciones tensas, esta puede ser una buena opción para lograr una dosis semanal de subida de adrenalina. Absteneros el resto y los que os mareéis con facilidad.

martes, 29 de octubre de 2013

SITGES 2013 DÍA 6 : DE SHAKESPEARE AL ESPACIO EN UN DÍA ACCIDENTADO

10:45 La mañana del miércoles 16 no fue precisamente como la imaginábamos, para qué engañaros. Ya en plena cola previa a nuestra sesión, asistimos al enojo del crítico Àlex Gorina, que justo salía del visionado de "The Congress". Según nos dijo, la proyección acusó ciertos "problemillas de sistema" y eso originó un pequeño retraso que, obviamente, nos afectaba.
Más tarde que pronto, entramos a ver nuestro film "mañanero", que no era otro que la nueva cinta del madrileño Gonzalo López-Gallego,"Open Grave" (literalmente, tumba abierta). La cosa prometía.
La premisa era lo suficientemente intrigante como para despegarnos las pestañas : un hombre amnésico despierta en una gran fosa repleta de cadáveres putrefactos; al parecer, todos víctimas de algún tipo de enfermedad infecciosa.
Gracias al preciso socorro de una chica (exótica y muda pero no sorda, para darle emoción al asunto) consigue salir del hediento agujero. En medio de un gran bosque, confuso y visiblemente nervioso, nuestro "muerto viviente" vislumbra una cabaña.
Allí se encontrará con un grupo de personas en casi idéntica situación. La amnesia generalizada les impedirá recordar qué sucedió allí exactamente, y quién es el responsable de tamaña atrocidad humana.
Tan sólo el tiempo y alguna que otra pista ocasional (algunas, demasiado casuales) nos irán desvelando la horrible verdad de lo que allí aconteció.....o no.



De alguna manera inmersos en el film, sufrimos en nuestras carnes un nuevo parón de la proyección, pero esta vez por partida doble. Pausas de varios minutos debido a la "caída del sistema", nos obligaron a esperar mientras devolvían la imagen a la pantalla (¡qué razón tenía Gorina, una vez más!). Minutos en los que nos sentíamos igual de confusos que los personajes del film, pues nadie sabía exactamente qué pasaría con la película ni si la podríamos acabar de ver (más de 35 minutos de retraso sonaba a demasiado).
Para asombro de todos, el film se reanudó desde un punto demasiado adelantado (propiciando abucheos), luego "rebobinado" (más abucheos) y más tarde iniciado desde un punto "ya visto", que por lo menos, estaba estable (aplausos por fin).
Pero eso no es todo amigos. A 5 minutos del final, el maldito sistema volvió a jugárnosla, y esta vez para dejarnos definitivamente fuera de juego.
Sin posibilidad de ver el final ni sin mayor dilación, nos mostraron amablemente la puerta de salida, pues la cosa iba para largo. "Mala", la película argentina programada para las 12:45h, fue anulada, y durante todo el día no cesó el murmullo de insatisfacción por la "calidad" de las proyecciones (aunque a veces, no seamos del todo justos con la dificultad que entrañan 24h de cine non-stop durante 9 días).
Obviamente, la valoración del film se vio perjudicada por las circunstancias que la rodearon, pero (aún sin terminarla, y sin que sirva de precedente en este blog, ya que SIEMPRE las visualizamos de cabo a rabo) podemos decir que el nuevo film del director de "Apollo 18" funciona con relativa solvencia, dejando momentos de buena atmósfera, con diversidad de recursos técnicos (los distintos dispositivos de grabación le dan realismo) y un twist casi al final, a mi modo de ver, bastante inteligente.


Por contra, su premisa inicial arranca con tanta fuerza que se desmerece la trama siguiente, algunas incongruencias en su desarrollo le pesan en exceso (el comportamiento de algunos personajes, del ejército, etc) o la clara influencia de "The Walking Dead" en su concepción la acercan demasiado a ser casi como un capítulo piloto de una serie televisiva.
Una película en definitiva que asume ciertos riesgos de "deconstrucción" del género (un thriller amnésico cercano a lo caótico) que se desvirtúa por recurrir a los derroteros de siempre para resolver un enigma más convencional de lo esperado.


16:45 El auge del found footage ha tenido como consecuencia una sobrexplotación de sustos en primera persona y sobredosis de cámaras mareantes siguiendo a los protagonistas del film de turno. Sin embargo en otras ocasiones, su uso puede buscar la implicación casi intimista por parte del espectador con lo que está ocurriendo en la pantalla. De esta forma, el director ecuatoriano Sebastián Cordero, traslada los recursos del género al de la ciencia ficción para contarnos a través del circuito de cámaras de la nave Europa One, las vivencias de la primera nave tripulada en su viaje hasta una de las lunas de Júpiter, para descubrir si bajo el hielo de su superficie puede haber vida.
Como si de un documental de la NASA se tratara, hay unos primeros minutos introductorios donde se narra la preparación de la expedición y como a lo largo de los primeros 6 meses de viaje, todo el mundo pudo ser testigo del día a día de la expedición. Hasta el momento en que las comunicaciones se cortaron por culpa de la radiación solar, dejando una incógnita acerca del destino corrido por parte de la Europa One. Solo mucho tiempo después, el Control de la misión tuvo acceso a las miles de horas grabadas a bordo en su largo periplo hasta Júpiter. La reciente desclasificación del material, permite poder conocer por fin lo acontecido en la misión, y ya tenemos película...

La tripulación del Europa One...
Acercándose poco a poco a la luna Europa en órbita a Júpiter...
Casi como si de un Gran Hermano se tratara, el conjunto de cámaras diseminadas por toda la nave nos permitirá ser unos espectadores de lujo en todo momento para seguir las experiencias, dificultades y reflexiones realizadas por la tripulación. Con un corte totalmente científico, olvidémonos pues de pseudo-ciencia plagada de situaciones efectistas y diálogos para besugos, el film es capaz de trasladar hasta el espectador la vivencia tediosa de ser astronauta, llena de días repetitivos a bordo de una nave en un viaje de cerca de dos años hasta su destino. Es un enorme riesgo si nos paramos a pensarlo, el jugar únicamente con las cámaras de la nave y mostrar muchos minutos de su "aburrida" vida, logrando a pesar de ello generar una tensión e interés en el espectador, cuando lo más fácil era jugar a lo de siempre y apostar sobre seguro. Si lo comparamos con la propuesta de Alfonso Cuarón en Gravity (sin duda una de las mejores experiencias cinematográficas que he experimentado gracias a su 3D y la gran sensación que transmiten sus imágenes espaciales), apreciamos la gran diferencia entre ambos proyectos. Gravity con una historia bien sencilla que no pasa más allá de ser una aventura de supervivencia y superación pero que brilla al estar apoyada por su grandiosidad visual. Sin embargo, la propuesta para esta tarde de Festival busca llegar más por el contenido que por la vistosidad de sus imágenes, resultando un interesante contrapunto, con un presupuesto mucho menor aquí.

En el interior de la nave...
Y saliendo fuera para hacer reparaciones...
El interés que despierta a todo aquel con espíritu científico, el entrar en detalle de como se genera la gravedad artificial en la nave, los problemas para el cuerpo el estar sometido siempre a gravedad cero, el largo proceso para entrar y salir de la nave, los procedimientos científicos para la exploración de la luna y un largo etc. Asimismo, plantea una de las preguntas que la humanidad se ha hecho siempre: ¿Estamos solos? ¿Hay vida más allá de la Tierra? Una pregunta que llevará al desarrollo de este ambicioso proyecto para enfrentarse a lo desconocido y satisfacer uno de los grandes rasgos del ser humano: su curiosidad.
Como punto menos conseguido podría comentar que el interés de la situación y la tensión generada, supera en mucho nuestro interés por los personajes, con quienes no acabamos de empatizar más allá de lo necesario, pero la intención de la película no era profundizar demasiado en ellos, sino en el grupo y la misión.
Ha llegado el momento de la verdad, ¿están solos o no?
El film guarda ciertos paralelismos con Apolo 18 (2011), si bien aquel era más efectista y se adentraba en el género del terror. Como en aquel, se puede decir que la resolución final podría ser algo mejorable, pues sin ser en absoluto mala y siendo consecuente con lo visto hasta entonces, no llega a estar al mismo nivel que el resto de metraje. Con todo, la sensación final que dejan sus interesantes imágenes son de veracidad científica y los aplausos en la sala corroboraron que en general el público había entrado al juego propuesto y valiente de Europa Report.

18:45 Todo un misterio fue ponerse delante del film a cargo del desconocido neoyorquino E.L.Katz, que presentaba su ópera prima "Cheap Thrills" en l'Auditori del Festival. El simple hecho de contar con un elenco actoral de primer orden (o casi),  permitía al jovencísimo cineasta cierto margen de expectación, por lo que la sala lucía muy bien de público.
Pat Healy y Sara Paxton (ambos vistos en The Innkeepers), Ethan Embry (actor de contorno todoterreno de series como House o Anatomía de Grey) o incluso el risueño David Koechner (miembro de la genial troupe de Will Ferrell) son algunos de los rostros "familiares" con los que se presentaba el film, además de augurar momentos muy negros, vista su escueta sinopsis y los pocos comentarios que la precedían.
Nadie se esperaba que esta comedia de inicio agridulce que se transforma en un discurso mordaz sobre los límites y el poder del dinero, se convertiría en la película más entretenida y sorprendente de la semana, a la altura de lo nuevo de Edgar Wright o de Jim Jarmusch.
El film de Katz nos plantea una mirada sobre la gris figura del endeudado Craig (Healy), padre de un niño de meses, amenazado de desahucio y despedido del taller donde trabajaba. El pobre hombre, antes de comunicarle a su mujer la horrible noticia de su reciente desempleo, decide pasar por un bar a ahogar algunas penas.
Tras coincidir con Vince, un antiguo compañero de barrio con similares problemas económicos, se les presentará una extraña pero jugosa oportunidad para ganar dinero fácil esa noche.
Un extravagante millonario y su joven y caprichosa novia, incitarán a nuestra pareja de perdedores a realizar pequeñas pruebas sin demasiada importancia (provocar a la camarera, darle un cachete, etc...) que como resultado, les llenará los bolsillos de billetes.

Craig, el multimillonario Colin y el inestable Vince, comenzando la extraña y demencial noche de juerga
Inevitablemente, ante ese irresistible juego, los dos amigos continuarán acumulando tareas y más tareas, dejándose arrastrar hasta límites inhumanos que jamás hubiesen pensado en traspasar con tal de amontonar fortuna. Una noche de juerga sin reglas ni ética alguna, donde el dinero y su imperante necesidad les hace cometer las mayores locuras que os podáis imaginar.
Si bien la película representa el idóneo arquetipo para Sitges, creo que consigue desmarcarse de cualquier etiqueta  gracias a estos 4 sólidos pilares.
1) Un guión indudablemente ingenioso, con un ritmo narrativo tremendamente ameno.
2) Unas interpretaciones más que correctas, con 4 personalidades bien distintas entre sí y bien ejecutadas.
3) Su lectura tan actual de la sociedad (la crisis económica y sus gravísimas consecuencias).
4) Una dosis muy equilibrada entre comedia, dramatismo, terror y gore, dando al público su dosis de sangre esperada pero con un estimulante contenido crítico y social.
De madrugada, las cosas se van de madre...
¿Cortar una hemorragia con el calor de una plancha?....aquí todo es posible.
Escenas como la peculiar apuesta sexual (geniales los 4), el valor del meñique (el murmullo en la sala era palpable), la "hazaña" en casa del vecino o el giro de la caja fuerte (para mí, fundamental en la trama), son un enorme acierto en un film que, sin duda, huele a verdadero culto.
El simple hecho de que sus pretensiones sean un poco más el "divertir" que el "profundizar" en su discurso a una audiencia entregada, la sepultarán a un inmerecido puesto en el reducido mercado de género, donde seguro hará buenos números pero no logrará la resonancia adecuada.


Desde nuestro modesto espacio blogero queremos defender y ensalzar esta estupenda película titulada "Cheap Thrills", y no solo por su calidad y aciertos múltiples, sino por hacernos pasar el mejor rato dentro de una sala de cine en todo el Festival. Un verdadero placer experimentar esa noche de locura junto a Craig.


21:00 En el cine Prado y dentro de la sección seven chances (la cual ha cumplido veinte años en esta edición), nos dispusimos a ver una película alejada del cine de género terrorífico o fantástico que predomina en el festival. Se trataba del nuevo film de Joss Whedon, "Much ado about nothing", una nueva adaptación de la obra de Shakespeare del mismo título en clave de comedia y adaptada a los nuevos tiempos.
El film fue grabado en blanco y negro por Whedon en un descanso de la inmensa producción de "Los vengadores" en poco más de diez días, en la propia casa del director y entre amigos. Para los que han seguido la carrera televisiva de Whedon (Buffy cazavampiros, Ángel, Dollhouse…) es todo un placer encontrarse de nuevo con ciertas caras conocidas y muy queridas por los fans como Alexis Denisof, Amy Acker o Nathan Fillion.
En los primeros minutos del film te encuentras con que no se ha adaptado el texto de Shakespeare a los nuevos tiempos sino que se ha cogido -literalmente- el mismo texto original.
Si te recuperas de este shock inicial, entrarás en el jugoso juego que propone la cinta.


En ella se plantean diversos conceptos: esta forma clásica de relatar historias de amor, ¿siguen siendo válidas en estos tiempos? ¿Qué se ha perdido y qué se ha ganado?; esta dualidad entre diálogo e imagen que provoca algunos gags memorables como la de incluir teléfonos móviles en una trama del siglo XVI. Los actores son correctos pero brillan especialmente la pareja protagonista, Amy Acker y Alexis Denisof, la primera simplemente borda un papel muy difícil al igual que el segundo, que además nos brinda varias secuencias de humor físico que hicieron saltar las lágrimas (de risa) en la sala de cine, como el momento del extraño cortejo.


Resulta un film curioso y muy entretenido (aquí recibirá el título de "Mucho ruido y pocas nueces"), que irónicamente su peculiar punto fuerte, el diálogo, hace que sea también su mayor desventaja, ya que mucha gente sin duda le costará entrar en el juego que propone Whedon.
Por cierto, un fantástico blanco y negro.

lunes, 17 de octubre de 2016

FESTIVAL DE SITGES 2016 : DÍA 7

Corren buenos tiempos para el thriller nacional. Películas tan notables e interesantes como "No habrá paz para los malvados"(2011), "La Isla Mínima" (2014) o la reciente "Tarde para la ira" (2016) dan fe de ello.
El último trabajo de Rodrigo Sorogoyen "Que Dios nos perdone", también entraría con honores en esa privilegiada lista, que nos devuelve las ganas de pisar/pagar un cine para ver un producto nuestro (y no me refiero al típico gestado en Estados Unidos con firma española) y salir del todo satisfechos.
Con un estilo sobrio, directo, trabajado y coherente; de personajes firmes, que reformula el thriller clásico pero sin calcar a los de siempre, y en donde el guion, las interpretaciones y la puesta en escena, rozan la excelencia al no caer en dinamismos obsoletos ni en un humor de teleserie.
Sorogoyen nos sitúa en Madrid, en aquél caluroso agosto de 2011. En plena crisis económica, y mientras la capital recibía al Papa Benedicto XVI, un asesino en serie comienza a cobrarse víctimas de manera cada vez más contundente y brutal.
A los antitéticos inspectores Alfaro y Velarde, bravucón e inestable el primero, tartamudo y metódico el segundo, se les asignará la difícil tarea de encontrar al criminal sin levantar mucho polvo, pues el país tiene la mirada puesta en otros asuntos "de mayor importancia".
Muchos elementos entran en juego para dar forma a esta formidable película policíaca, y no solo desde un punto de vista cinematográfico, sino también por ofrecernos un discurso social muy relevante a la par que actual, ahondando también en psicologías de toda índole y creando, a mucha honra, un serial killer para el recuerdo.

Alfaro y Velarde, juntos en un caso que les desborda
De entrada, el escenario de una Madrid sufriendo una de sus peores olas de calor, socialmente indignada y con aglomeraciones de devotos cristianos adorando al Sumo Pontífice, resulta ideal para relegar un caso de asesinatos a un cuarto plano en los medios de comunicación.
Los detectives, cada uno con sus respectivas vidas al borde del colapso, dibujan sendos personajes con gran acierto pese a las dificultades que entrañaban (sobre todo para De La Torre), y demuestran talento y profesionalidad a un nivel muy competente.
El telón social de fondo, con la indignación política y los comienzos de la peor crisis económica en democracia, construyen un escenario conflictivo y crispado, que se respira en la relación entre compañeros, jefes, noticiarios o incluso dentro de las familias. Un ambiente malsano y rancio que alimenta el odio general del film y nos impregna de una atmósfera agobiante pero idónea, sin duda uno de los aspectos más interesantes del conjunto.

Tras las huellas de un asesino brutal
Si a todo eso le sumamos un metraje ágil, buenas dosis de acción inteligente, diálogos casi brillantes, una narrativa con desparpajo más un original asesino y violador de abuelas (aunque nos recuerde vagamente al inigualable Bates de Hitchcock), ya tenemos veredicto.
Film, en suma, espléndido, que no llega a obra maestra por licencias en la historia y falta de pretensiones más altas, pero que puede sacar pecho ante productos similares de mayor presupuesto, y que tiene, gracias a su humildad y valentía, un lugar de honor en el cine nacional. ¡ Un bravo para Sorogoyen !.
(Redactado por Jesús Álvarez)

El cine de animación rara vez entrega películas destinadas exclusivamente al público adulto, en la actualidad suelen abundar las películas infantiles o en el mejor de los casos, destinadas a toda la familia gracias a una serie de "capas" que la hacen accesible a un amplio abanico de edades - véase la magnífica Del revés de Pixar-. Dentro del cine animado para adultos, podemos encontrar títulos clásicos como "Heavy Metal", "Cuando el viento sopla" o "El gato Fritz"; o más actuales, como las imprescindibles "Bals con Bashir", "Princess" o "The Fake", por citar algunas, pero no solemos tener muchas oportunidades a lo largo del año.
Por eso, la inclusión en la programación de Sitges de "Bad Cat", me parecía una propuesta irresistible. La película es la adaptación de un cómic turco de título Kötu Kedi Şerafettin, creado por Bülent Üstün, enormemente popular en su país natal, que nos presenta las aventuras de un gato llamado Shero, un auténtico rufián malhablado, malcarado y obsesionado con ligar, beber, comer e insultar a todo hijo de vecino que se cruce en su camino.
Junto a sus amigos Riza la rata y Rifki la gaviota, están preparando una noche de barbacoa, cuando surge la oportunidad de intentar ligarse a la dulce gatita de un dibujante de cómics que vive por allí cerca. Pero el destino siempre está lleno de sorpresas, y el breve encuentro terminará con la muerte de forma accidental de la gatita. Como consecuencia, su dueño, presa de la ira, buscará vengarse de Shero y de otro felino -un proxeneta- que pretendía presentarle a la atractiva gata.
En la dura pelea, solo Shero sobrevive, mientras el dibujante termina con los sesos desparramados al caer desde lo alto del edificio. Sin embargo, volverá de entre los muertos convertido en una especie de zombie vengativo que sólo tendrá en mente matar a Shero.
Por si el día no hubiera sido suficientemente duro, la casera del piso donde vive Shero, está a punto de desahuciarles y ese día se le presenta un hijo bastardo reclamando su paternidad.   
Bad Cat sorprende desde su primer fotograma gracias a una cuidada animación tridimensional muy en la línea de la última entrega de las aventuras de Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo. Demostrando el cariño que se le ha dedicado al diseño de los personajes, decorados, objetos y detalles de todo tipo, y su interactuación. De la película solo se puede decir que es un disfrute transgresor de principio a fin, cuyo cómic nació en el año 1995, momento en que el movimiento underground permitía mucho más que hoy en día la publicación de obras con un contenido tan subido de tono.
Shero y su dueño son puras caricaturas de muchos clichés turcos: el gato más deslenguado y con más mala ostia con quien nos hayamos cruzado nunca, mientras su "cuidador" de aspecto brutal, cejijunto, con camiseta imperio y peludo como un oso, resulta ser un amante del arte que decora su apartamento con litografías de Picasso y toca música clásica con su violonchelo. De ritmo vertiginoso -pero sin pasarse-, también aprovecha como en otras películas del festival, para lanzar una crítica a la banca urdiendo un atraco surrealista a una sucursal bancaria. Repleto de gags visuales, chistes, frases lapidarias y muy mala baba, ha sido una de las propuestas con las que mejor lo he pasado este año en Sitges. Realmente una película a rescatar para aquellos que no tuvieron oportunidad de verla.
Al terminar la película, los directores de la misma - Ayse Ünal y Mehmet Kurtulus - atendieron una ronda de preguntas, donde dieron luz ciertos aspectos desconocidos en nuestras tierras acerca de la animación turca en general. Sobre el cómic en que se basa el filme, comentaron que se publica en forma de semanario de dos hojas con gags muy inconexos entre ellos, lo que dificultó el poder crear un largometraje en el que desde hacía más de 10 años ya tenían sus miras fijadas. Para el proyecto contaron con la entusiasta colaboración del creador del cómic, quien además aparece caricaturizado en la película como el dibujante apacible que termina transformado en un zombie.
Asimismo, aclararon que el cómic es mucho más corrosivo y transgresor que la versión animada, que si bien no se queda corta en el apartado escatológico o visual, no llega a la altura de su fuente original, donde se puede ver como Shero nace gracias a una masturbación y donde el contenido sexual y de incorrección verbal es altísimo.
(Redactado por Marc Ventura)


Su presentación en Sundance, donde dividió al público de forma brutal (muchos huyeron de la sala rechazando la propuesta y los que se quedaron acabaron amándola), no hacia sino aumentar las expectativas respecto a "Swiss Army Man", film dirigido y guionizado por Daniels (Dan Kwan y Daniel Scheinert).
La verdad es que el punto de partida del film, con un cadáver moribundo, interpretado por Daniel Radcliffe, el cual no cesa de emitir flatulencias, era bien llamativo, algo muy del gusto de un Festival como Sitges.
La historia presenta a Hank, quien lleva una larga temporada aislado en una isla desierta, pero tras encontrar a un cadáver de un joven que el agua ha traído hasta la orilla, logra escapar haciendo uso de sus "especiales" habilidades con los gases corporales. 
El film sorprende por su tono juvenil, gamberro y tremendamente imaginativo, aprovechando el espacio de la acción y llevándolo al terreno de lo absurdo y al surrealismo. Sí, el cadáver moribundo (interpretado muy bien por cierto, por un Daniel Radcliffe quitándose ya definitivamente el sambenito de Harry Potter forever), es una auténtica navaja suiza: se tira pedos que lo ayudan a propulsarse cual lancha motora o emana de su boca chorros de agua limpia que sacian la sed del protagonista; pero el film no se queda en estas demostraciones de humor escatológico, absurdo y refrescante.
Una vez el cadáver empieza a hablar, la película entra de lleno en terrenos más profundos y complejos: la vida, la soledad, las relaciones humanas o cómo nos amarga la forma de comportarnos frente a la sociedad. Un camino que lleva a Hank, interpretado por un estupendo Paul Dano, a redescubrirse a sí mismo y a enfrentarse a sus temores más internos a la vez que cuenta una preciosa historia de amistad.


Si encima, el objeto de deseo de esta extraña pareja es Mary Elizabeth Winstead (la fémina de la cual Hank está enamorado y nunca se atrevió hablarle), una actriz de referencia para el que esto suscribe por motivos evidentes, el film se hace emocionante, divertido y reflexivo.
Juega en contra que su humor sea muy especial y que al fin y al cabo, no hay mucho más que rascar en la trama y el metraje se haga, por momentos, algo largo y con escenas reiterativas y repetitivas. Pese a todo, el clímax final es inmejorable y hace que al acabar la proyección, no puedas reprimir una sonrisa tonta de satisfacción. 
(Redactado por Adrián Roldán)

En el reciente festival de Cannes 2016, algunos privilegiados asistieron a la proyección restaurada en 4K del clásico film checo de ciencia ficción "Ikarie XB-1". Conocida película por ser la primera producción checa de dicho género y por servir de fuente inspiradora para futuros clásicos como "2001 : Una odisea del Espacio (1968)" o "Alien, el octavo pasajero (1979)".
Basada en la novela "La nube de Magallenes" del polaco Stanislaw Lem, el film por fin se ha visto reivindicado tras tantos años, pues no se pasaba en un cine en su versión original intacta desde su gran acogida en Trieste de 1963. Y es que al poco de estrenarse, y para comercializarla mundialmente, la AIP (American International Pictures, con el incansable Roger Corman de por medio) la rebautizó y remontó para adaptarla a otro tipo de público.
Así pues, el novedoso film de Jindrich Pólak, tras el centrifugado yanki, pasó a titularse "Voyage to the end of the Universe" ("Viaje al fin del Universo" en España), y suprimió por completo 10 minutos del original, cambió el final por otro más "adecuado", alteró el nombre de los actores checos, anglofonizándolos, e incluso eliminó uno de los puntos más significativos y auténticos de la película, su marcado espíritu comunista.
Gracias al festival de Sitges 2016, unos pocos pudimos deleitarnos con esa copia restaurada y original que se exhibiera en Cannes, además de sorprendernos por la noticia de su posible re-estreno en salas de nuestro país a principios de 2017. Todo un lujo.
La película nos sitúa en el año 2163. Ikarie XB-1 es una nave que viaja a una velocidad cercana a la luz y que ha sido enviada, en un viaje de más de 2 años y junto a una tripulación mixta de 50 personas, a un desconocido planeta "blanco", cerca de Alfa Centauri, que no esté tan dañado como del que proceden.

Tratando a un astronauta afectado por la radiación
Durante el plácido trayecto, toparán con otra nave espacial abandonada, aparentemente terrícola, que emana radiación mortal, provoca desequilibrios psíquicos graves y parece una seria amenaza para los intereses de la misión.
El componente fuertemente comunista del film es palpable en toda la cinta. Desde el comportamiento general de la tripulación, todos de una misma condición, con raciones de comida equitativas y sin apenas jerarquías visibles, hasta la propia alegoría de la búsqueda de una sociedad ideal (ése planeta "en blanco"), huyendo de un sistema podrido.
Las ideologías políticas no terminan ahí, pues también hay claras referencias a la Guerra Fría (el armamento que transporta la nave abandonada y que atenta contra sus intereses), o al sistema de estancamiento económico que azotaba la república checa a principios de 1960.

Un robot "obsoleto", de lo más divertido de la cinta
Un asombroso ejemplo de su poderío estético
Lejos de ser solo un film panfleto, "Ikarie XB-1" también se adentra con desparpajo en aspectos tecnológicos, y es ahí donde encontramos sus mayores virtudes. Con un acabado estético magnífico, un despliegue visual sorprendentemente actual y una visión muy estimulante del presente y futuro de la ciencia espacial, el film posee una poderosa identidad propia y se desmarca por su originalidad, exotismo y su capacidad premonitoria (incluso en aspectos musicales). Todo un alarde de invención estética que contrarresta y/o complementa el fuerte aroma político.
La balanza se desequilibra cuando el film trata de ahondar en las relaciones humanas, pues esboza con brocha más bien gruesa las relaciones de amor (seguramente respetando los límites permitidos), fraternidad, desquicio psicológico (en el caso de un tripulante en concreto), sus fallidas pretensiones como thriller o las mínimas dosis de violencia.


Incluso sabe contagiarnos el tedio cuando a la tripulación, por causas que no desvelaré, les entra una somnolencia extrema. Ése es, en realidad, el verdadero talón de Aquiles de esta peculiar película sobre el espacio, aburrirnos en buena parte de su segunda mitad.
Como curiosidad, parece ser que el maestro Kubrick mostraba a su equipo de realización escenas de "Ikarie XB-1"  mientras rodaba su obra maestra "2001", y hay quién ve más de una similitud entre ambas. Sea como sea, bienvenida reivindicación de este clásico desconocido, y ya de culto, de la ciencia ficción checa.
(Redactado por Jesús Álvarez)


Christopher Smith, director de "Detour", presentó la que según él es su mejor película hasta la fecha. Asiduo al festival desde que en la edición del 2004 presentara Creep, a la que posteriormente se unirían Triangle y Black Death en el 2009 y 2010 respectivamente. La historia nos presenta a Harper, un joven estudiante de casa acomodada que vive convencido de que el accidente de coche que llevó a su madre a estar en coma, fue causado por su padrastro con la intención de librarse de ella, conseguir una buena herencia y poder estar con una pretendida amante a la que según el joven visita con asiduidad en Las Vegas. Una noche de borrachera solitaria para evadirse del calvario en que se ha convertido su vida, le lleva a entablar conversación con un tipo duro llamado Johnny, quien tras escuchar sus teorías acerca de su padrastro se ofrece a solucionarle el problema y hacerlo desaparecer del mapa a cambio de 20.000$. Al día siguiente, cuando Johnny se presente delante de su puerta para recogerle e ir a Las Vegas para acabar con su padrastro, se da cuenta del problema en que se ha metido por culpa de unas copas de más. Y aquí deberá elegir si sigue con el plan trazado en una noche etílica o se queda y planta cara a Johnny que ante todo quiere sus 20 mil.

Si algo se le tiene que reconocer a la última película de C. Smith es que es un neo-noir más que decente, bastante respetuoso con el género -incluso con guiño a la mítica Detour de 1945 que están dando por televisión-, a la vez que no tiene miedo a presentarse con una personalidad propia con una estructura narrativa que usa el splitscreen cuando quiere presentar una disyuntiva -como cuando podemos ver a Harper siguiendo a Johnny hacia Las Vegas mientras en el otro lado de la pantalla se queda en casa-. Por fortuna es un elemento del que no se llega a abusar y no entorpece el ritmo de la película, sino que logra darle un punto de tensión y sorprende a medida que vamos atando cabos conforme avanza la historia.



Con una buena actuación de los actores principales, los personajes y elementos que pueblan la historia son viejos conocidos del noir: en muchos casos elementos fuera de la ley, con cuentas pendientes con terceros o cuya vida va encaminada en la senda de los perdedores, como es el caso de Cherry, la joven puta que les acompaña en su viaje y a la que un cliente ha marcado con un navajazo en la cara. Con algún que otro interesante giro de guión y un buen trabajo de montaje logra sorprender en determinados momentos para que la experiencia sea agradable, ligera eso sí, pues al terminar no es una película que invite a grandes reflexiones ni tenga momentos que vayan a perdurar mucho en el recuerdo.
(Redactado por Marc Ventura)


Cada vez más, el triunfante concepto inmersivo que ha conseguido el mundo del videojuego se va colando progresivamente en otros formatos audiovisuales. Uno de los últimos experimentos con el que está jugando el mundo del cine estos últimos años es el fallido y caduco 3D o la realidad virtual.
"Hardcore Henry" es un vehículo de acción cuya mayor atención se centra en que sus 90 minutos están grabados en primera persona y casi en tiempo real, cual videojuego shot'em up tipo Call of Duty (o Doom, para los nostálgicos y amantes de los clásicos de la Play Station de los 90).
La trama es bien simple. Henry, el protagonista (o nosotros, si lleváramos un mando) revive en un laboratorio y de la mejor manera, siendo ensamblado biónicamente con prótesis robóticas súper poderosas por una enfermera de muy buen ver que dice ser su esposa (Henry no recuerda nada de su vida anterior). A los pocos minutos, unos maleantes comandados por un personaje con poderes psíquicos, mata a todo el mundo en el laboratorio, aunque Henry (junto a su curvilínea mujer) consiguen escapar.
Es cuando empieza un sin parar de acción cada 2 minutos con Henry encontrándose cada dos por tres con personajes metidos con calzador, los cuales le dan alguna pista o nueva arma que le permita seguir en el desarrollo de los acontecimientos (como cualquier videojuego del género).


Es evidente destacar que la propuesta es resultona y técnicamente excelente, pero para un servidor, el tema de la primera persona le ha parecido insufrible y tremendamente mareante (y eso que mi mente está más que acostumbrada a las mayores locuras narrativas y visuales).
Para un corto de 10 ó 20 minutos bien, pero no para 90. El conjunto es monótono y aburrido. Todo se centra en una sucesión de escenas de acción, una tras otra, (muy bien hechas, eso sí) donde el mayor atractivo reside en cómo Henry va destrozando a sus enemigos de las maneras más burras posibles.
A destacar el tramo final, donde el nivel de acción llega a cotas sobrehumanas y espectaculares (como fan de Queen, me hizo especial gracia que sonara Don't stop me now cuando Henry se inyecta adrenalina en vena).
Pese a sus aciertos, se trata de un film que funciona como curiosidad narrativa, pero que os aseguro que no volveré a visionar nunca más para así evitarme una buena vomitera.

(Redactado por Adrián Roldán)

En la última década, el cine francés de género ha dado lugar a piezas que han ofrecido nuevas perspectivas del terror, desde el torture porn, con films provocativos, desagradables y viscerales.
À l'intérieur (2007) es una de las favoritas para un servidor de esta nueva y volátil ola de cine de terror francés, a la que también pueden ser ejemplos destacados Martyrs (2008) o Alta tensión (2003).
"Grave" (o Raw, o Crudo), es una de las propuestas más interesantes, no solamente de esta reciente ola francesa, sino del género en estos últimos años, manteniendo el mismo nivel de incomodidad en sus escenas más gore (aunque sin llegar a los niveles de los anteriores títulos mencionados); con un toque de cine de auteur (muy europeo) y una historia femenina de autodescubrimiento sexual, vital (y alimenticio).
Justine, una joven de 16 años, vive en una familia donde todo el mundo es veterinario y vegetariano. Desde su primer día en la escuela de veterinaria, Justine se desvía radicalmente de sus principios familiares y come carne. Las consecuencias no tardan en llegar y Justine empieza a desvelar su verdadera naturaleza.
Lo sorprendente de este film es que se trate de la ópera prima de la directora Julia Ducournau y el resultado final parece haber sido creado por alguien con una trayectoria mayor, y es de destacar la naturalidad con la que pasan los hechos, no solo los sangrientos, sino en las situaciones referentes a la sexualidad o a la descontrolada vida universitaria donde vamos acompañando a la vorágine de degradación (o renacimiento, según como se mire) de Justine, con una fantástica interpretación de Garance Marillier, sin duda, lo mejor de todo el film.


No niego que haya algunas facultades o universidades francesas (o en el resto del mundo) con ese nivel de descontrol alcohólico y sexual, con orgías entre estudiantes en cada esquina, pero por momentos me resultó algo difícil de creer y parecía que estuviera viendo una escuela militar o una rave permanente antes que una escuela de veterinaria, si bien es un ambiente que ayuda en el desarrollo vital de Justine.
Respecto a los desmayos producidos en el Festival de Toronto, he de avisar que si estáis acostumbrados al género y a las emociones fuertes, las escenas sangrientas no os van a quitar el sueño ni mucho menos, pero sí es verdad que esos momentos en donde el canibalismo o la automutilación se hacen presentes, resultan desagradables y muy shockin' (pero no son para tanto).
El giro final, lleno de humor negro, es muy destacable y me hizo especial gracia. Grave (Raw) es un film de terror adulto, hecho con estilo, que remueve y hace pensar, algo muy necesitado en el genero estos últimos años y que con títulos como It follows (2014) o el presente film, hacen que recuperemos la esperanza en el cine de terror.
(Redactado por Adrián Roldán)

La moda de los mockumentary parece que no cesa, para qué engañarnos. Es un género la mar de económico de realizar para directores con pocos recursos pero son un tipo de películas con numerosas limitaciones.
REC (2007), Troll Hunter (2011), Cloverfield (2008) o Paranormal Activity (2007) son buenos ejemplos de cómo enfrentarse a la cámara en mano con buen hacer, e incluso propuestas tan delirantes y marcianas como The dinosaur project (2012) me hicieron especial gracia.
"Operation Avalanche" mezcla el concepto del falso documental con la leyenda urbana de que la llegada del hombre a la luna fue un montaje. Estamos en 1967, y la Guerra Fría está caliente, caliente, con la carrera espacial como punta de lanza. La CIA cree que un espía ruso se ha infiltrado en la NASA para sabotear el programa Apollo, y tienen la “brillante” idea de mandar a unos agentes del departamento de audiovisual para que se hagan pasar por documentalistas y desenmascaren al topo.
Personalmente siento pasión por las teorías conspiratorias, desde que el gobierno esconde la existencia de extraterrestres, que bajo el Vaticano hay un sótano enorme con esqueletos de humanoides gigantes o que el 11-S fue un montaje. Operation Avalanche se centra durante 90 minutos en la creación y desarrollo del montaje de la llegada del hombre a la Luna, y si bien es una vuelta de tuerca interesante, es algo insuficiente para un film de hora y media. 


El metraje se va haciendo largo y vas descubriendo que no hay mucho más que contar, nada más que seguir a unos personajes más o menos anodinos y ver como graban la citada farsa para luego escapar de agentes de la CIA que los quieren ver muertos. Hacía falta una vuelta de tuerca en el guión de esta producción o quizás la presencia de algún alienígena, pero esto ya es a gusto personal.
Operation Avalanche es una propuesta interesante, que retrata bastante bien el clima social y de paranoia de finales de los 60, pero resulta en conjunto un producto soso e insuficiente, aunque pasable.
(Redactado por Adrián Roldán)
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