domingo, 5 de marzo de 2017

GODZILLA: FINAL WARS (2004)

Llegó la fecha señalada, 2004, año donde se cumplía el 50 aniversario de la bestia radiactiva desde su primera aparición en el clásico Japón bajo el terror del monstruo (1954). 50 años de batallas y destrucción en el que el personaje había pasado por buenos y malos momentos. La Serie Millenium no estaba pasando por un gran momento precisamente, salvo la obra maestra de Shusuke Kaneko que fue GMK (2001), el resto de entregas resultaban sosas y repetitivas, y por mucho adelanto en los efectos especiales que hubiera, no compensaba.
La Toho decidió aprovechar el aniversario para crear algo realmente especial que sirviera como homenaje a estos 50 años de películas, pero añadiéndole el toque moderno y rompedor que había aportado Shusuke Kaneko varios años antes. Ryuhei Kitamura fue el elegido. Director del film de culto Versus (2000) o del clásico moderno Azumi (2003), un hombre de estilo juvenil y que imprime a sus films un halo novedoso y adrenalítico.
Quizás no el estilo adecuado para Godzilla pero que podría dar aires nuevos. El rodaje se inició y con varios datos sorprendentes: Godzilla. Final Wars iba a convertirse en el film japonés más caro hasta el momento. Y no solo eso, sino que el film sería un homenaje a la serie clásica de Godzilla apareciendo más de una docena de monstruos diferentes, batiendo el récord de Invasión extraterrestre (1968) además de un enemigo final llamado Monster X cuya identidad se mantuvo en secreto.
Godzilla: Final Wars (2004) nos traslada a un futuro cercano donde sin previo aviso el mundo entero es atacado por bestias gigantescas. Detrás de todo están los habitantes del planeta X. Godzilla es la única esperanza. Como hemos comentado, esta entrega es prácticamente un remake de Invasión extraterrestre (1968) pero incrementándole todavía más el número de monstruos. Esta condición de remake sirve para homenajear a Ishiro Honda, la serie clásica y la locura y diversión de los films de los años 60 y 70. Así aparecen prácticamente todos los Kaijus aparecidos en la saga clásica de Godzilla (incluso algunos poco conocidos o maltratados y que aquí tienen su momento bien merecido de gloria como Hedorah, Galien o Ebirah) aunque como freak de la serie que soy se echa en falta a Megalon y Jet Jaguar.
El film es todo un despliegue de acción, destrucción y batallas por doquier. Rodan ataca Nueva York, Anguirus Bangkok… e incluso (en la que es la mayor coña de la película) aparece el Godzilla americano causando estragos en Sidney. Los créditos iniciales del film son una delicia en donde van apareciendo pequeños clips de films de Godzilla desde 1954 hasta el presente. El problema de esta entrega viene por el lado humano. Hay mucha influencia de Matrix en Final Wars, y eso acaba resultando muy cargante y molesto llegando a momentos algo ridículos, exagerados e innecesarios.
La acción humana excede los momentos Kaiju siendo una sucesión de batallitas cuerpo a cuerpo, algunas distraídas y otras no tanto, siendo el punto más flojo de esta entrega. Además las 2 horas de duración resultan desproporcionadas para un producto de estas características haciendo que acabes realmente agotado tras el visionado. Los personajes, totalmente sosos, planos y cargantes es un punto en contra de esta entrega a excepción de la incorporación extranjera a la saga, esa mole imperturbable que es Don Frye, quien a lo Steven Seagal no deja de soltar mamporros y frases lapidarias katana en mano. La chulería y aire paródico de este personaje encaja muy bien con el clima de locura y diversión de esta entrega al igual que el jefe de los habitantes del Planeta X, totalmente sobreactuado y descontrolado.
Monstruos gigantes atacan las principales ciudades del mundo

Una de las escenas con sabor a Matrix más pobres del film
Godzilla, la arma más poderosa de la Tierra
Minya atento a cualquier percance en la carretera
Godzilla japonés vs Godzilla americano

Don Frye repartiendo tullinas katana en mano

Godzilla contra el Monstruo X
Arreglado el entuerto, Godzilla e hijo se retiran
El film técnicamente llega a límites espectaculares para una producción japonesa de Godzilla. Los disfraces, los variados momentos de destrucción y en especial, las batallas. Godzilla tarda en aparecer (1 hora de metraje) y para la ocasión tiene un diseño remodelado al tono clásico muy acertado. La lástima es que dichos enfrentamientos entre kaijus pasan volando y no salen del gag del momento cuando por el contrario tenemos largas luchas y conversaciones entre los personajes humanos casi en paralelo. ¡No! ¡Tú lo que quieres es ver a los kaiju dándose mamporros! En la que es la mayor coña de la película, el Godzilla japonés se ventila en 2 segundos al inefable Godzilla americano de Roland Emmerich dejando claro la supremacía de la bestia japonesa. Llegado el final, en un escenario apocalíptico en pleno Tokyo absolutamente devastado aparece el esperado Monstruo X que resulta ser un enemigo bastante decepcionante y de marcado carácter Z además realizando una exhibición de llaves de karate bastante risible. Aunque no falta la sorpresa final porque el Monstruo X acaba metamorfoseándose en una versión modernizada de King Ghidorah.
Godzilla: Final Wars (2004) se plantea así como un homenaje 100% a la serie clásica y concretamente a la etapa sesentera del personaje incluyendo en consecuencia todos sus pros y sus contras. No os esperéis seriedad en esta entrega, no, esperaos a ver científicos, soldados, extraterrestres invasores, naves espaciales, rayos por doquier… (¡Incluso regresa Minya, ¡el terrible hijo sesentero de Godzilla!) Y por supuesto la locura y humor de las batallas entre kaijus con saltos imposibles, llaves de karate y demás. Todo eso lo encontrareis aquí. Es el punto más conflictivo de esta entrega, si entras en el juego te supondrá un gran divertimento.
En resumen, Final Wars es un film entretenido y completamente descerebrado, no tan terrible como se criticó en su momento (el hype con esta entrega era bastante grande) y que supone una recompensa para el fan de toda la vida, eso sí, lastrada por la estética Matrix y las numerosas escenas con los personajes humanos, muy faltos de interés, esa banda sonora de carácter electrónico tan extraña como inadecuada o la sensación de agotamiento que te produce aguantarla hasta el final. No obstante consigue momentos y planos muy potentes como Mothra y Galien luchando en un Tokyo destruido, Godzilla con el Monte Fuji al fondo o la espectacular escena de los héroes humanos luchando contra Ebirah.
Foto de rodaje
Foto de familia con todos los monstruos del film
Como he dicho las expectativas con esta entrega eran altas y se planeaba realizar nuevos films que se ambientaran en este universo futurista pero llegó el estreno y las críticas fueron pésimas y el resultado en taquilla, apenas 1 millón de espectadores, uno de los más bajos resultados de la historia de Godzilla. Teniendo en cuenta que en su momento fue el film japonés más caro de la historia, la hostia fue monumental. Tras esto Godzilla desapareció de las pantallas cinematográficas durante unos 10 años que se hicieron muy largos.

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